Cuando un grupo llega a nuestro país a destiempo el elemento sorpresa suele perderse en el camino y los prejuicios por lo leído (y no escuchado) parecen inevitables. Tal vez por no poder obviar las obligadas listas de lo mejor del año. Pero a lo que íbamos, Secret Machines nos llegan con algo de retraso. La prensa británica les coronó el pasado año como la enésima “next best thing in music”, por lo que la etiqueta de hype pendía sobre sus cabezas como la espada de Damocles. Y lo digo en pasado, porque la presunción se esfuma casi de inmediato tras la escucha de “Now Here Is Nowhere”, su álbum de debut. No sólo no tienen nada que ver con el sonido de moda, sino que perpetúan un particular estilo que bebe de fuentes tan dispares como inusuales en formaciones de esta generación. Benjamin Curtis (voz y guitarra), su hermano Brandon Curtis (bajo y teclados) y el batería Josh Garza, comenzaron su andadura musical hace ya algunos años en su Dallas natal.
"La música tiene que ser del presente, pero debe tener la mirada puesta en el pasado y también en el futuro" |
“Cuando vivíamos allí, estuvimos en muchas bandas y sólo hacíamos versiones de T-Rex y cosas así... Por esa época ya escribíamos canciones, pero nunca las tocábamos porque no nos sentíamos del todo seguros. Hasta que nos mudamos a Nueva York y decidimos tomárnoslo más en serio las canciones se iban acumulando sin que nadie más las escuchara. Eran nuestro secreto mejor guardado”. En su primer largo, el trío revindica a las bandas seminales de krautrock teutón (Can, Neu!) y el hard-rock de tintes épicos (Pink Floyd, King Crimson y Led Zeppelin). Eso sí, como Benjamin Curtis se empeña en asegurarme durante toda la entrevista, la banda evita a toda costa el calificativo “psicodélico”. “No nos gustaría que nos percibieran como una banda mística, pero desde luego tampoco como algo meramente terrenal. Somos una mezcla de ambas cosas”. Claro que, en la hoja promocional de la compañía se resaltan las siguientes declaraciones: “intentamos hacer música que conecte con la gente, conecte con el cosmos y conecte con Dios”... glups. Dicho así da un poquito de miedo. Curtis se explica. “En realidad son tres formas de decir lo mismo. No es un mensaje mesiánico ni nada parecido. Seguramente nos referíamos a la forma en que sentimos la música. Puede ser una experiencia muy fuerte. Muchas veces cuando estamos tocando, ya sea en el estudio o en directo, nos olvidamos de dónde estamos y quienes somos para centramos única y exclusivamente en la música. En cierto modo es como llegar a algún tipo de éxtasis místico... y creo que cuando el público es receptivo les ocurre algo parecido. Ese es el lenguaje del rock con el que crecí y el que me interesa. Nos esforzamos mucho en crear atmósferas, bonitas a ser posible. Es como mirar una fotografía e ir apreciando los detalles con detenimiento”. Pese a lo que pueda parecer, Secret Machines no son precisamente una banda que se abandone al virtuosismo. “Somos muy directos. No nos interesa hacer solos ni nada de eso. Es música pop, con elementos experimentales, pero pop al fin y al cabo”. Estamos de acuerdo, pero lo cierto es que para hablar de Secret Machines son habituales las referencias a grandes nombres del krautrock o el hard rock de los setenta, pero nunca de sus influencias más intrínsicamente pop, que también las hay. Y la voz de Curtis se encarga de delatarlas. “Me encanta que me digas eso, porque nadie suele mencionarlo. He escuchado mucho pop británico de todas las épocas, pero sobre todo me interesan las melodías vocales, un poco en la línea de los primeros Beatles o Simon & Garfunkel. Mi forma de cantar está muy influida por ellos”. Nombrar al dúo del puente sobre aguas turbulentas como influencia demuestra que a Secret Machines poco les importan los parámetros más básicos del in & out occidental. El título del disco (“aquí y ahora es ninguna parte”), además de un juego de palabras, se refiere precisamente a eso: “La mayor parte de las bandas actuales están demasiado preocupadas por las modas, quieren parecer cool a toda costa. Hay excepciones, Interpol es una gran banda.... pero la mayoría desaparecerán en poco tiempo. La música tiene que ser del presente, pero debe tener la mirada puesta en el pasado y también en el futuro. Olvídate de lo que se supone que es cool y lo que no, juzga las cosas por ti mismo”.
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