"No nos gusta ir de tíos chungos"

El nuevo mordisco sonoro de Avulsed se llama “Ritual Zombi”, un álbum despampanante que ya forma parte de la historia del metal más extremo de este país. Su vocalista, Dave Rotten, nos lo cuenta.

En los últimos años prensa y público han vuelto sus ojos a una escena metálica estatal que siempre ha sido ninguneada por previsible, a rebufo constante de lo que se cocía fuera de nuestras fronteras, pero en la que un puñado de bandas han sembrado pacientemente el camino para ahora recoger sus frutos. Casi de forma paralela sellos de referencia como Nuclear Blast, Superball o Relapse se han interesado por nuestra bandas, véanse los casos de Angelus Apátrida, Toundra o Looking For An Answer. Esta tendencia es compartida por Dave. “Si, la verdad es que ya iba siendo hora de que los grupos de aquí fueran espabilando y abriéndose a sellos de fuera. Pocos hemos sido los que lo hemos hecho y parece ser que en los últimos años se va abriendo la cosa, aunque como siempre digo, hasta que no tengamos un grupo realmente relevante, nuestra escena seguirá siendo insignificante”. Con veinte años de carrera a sus espaldas, los madrileños no se relajan.“Nuestra principal intención disco tras disco es la de mantener nuestra esencia sin caer en la previsibilidad. Más que evolucionar, Avulsed es una banda que busca no perder su identidad y al mismo tiempo no acomodarnos si algo ha funcionado”.

Precisamente, en “Ritual zombi” el sonido de la banda ha huido de una sobreproducción que hace que el resultado final peque de artificial, algo que conscientemente han evitado a toda costa.“Hemos llegado a un punto en el que las cosas parece que tienen que sonar perfectas, sin el más mínimo fallo, todo demasiado retocado, lo cual al final le quita vida a la grabación. Para este nuevo disco quisimos que se notase que somos nosotros, incluso con algún que otro fallo, no se nos caen los anillos en reconocer que los hay, pero creemos que ahí está la naturalidad”. El trabajo , perfectamente coordinado por Dani Blanco en la tareas de grabación, Javi Félez a las mezclas y con una masterización impecable a cargo de Dan Swano ha cristalizado “en el sonido final que nosotros queríamos, con unas guitarras gordísimas y pesadísimas, una batería atronadora y una potencia general que hace que el álbum sea una auténtica muralla sónica”. Caso aparte es del humor, una de la señas de identidad de la banda.“Siempre hemos tenido un fuerte componente de humor negro y macabro en nuestras letras. No nos gusta ir de tíos chungos, serios y dramáticos. Algunos grupos parece que no disfrutan con lo que hacen”.