No le digas a nadie que te gustan
EntrevistasAstrud

No le digas a nadie que te gustan

Redacción — 28-10-2004
Fotografía — Archivo

Aquí lo tenemos. El tercer disco, el que dicen que confirma a un grupo o lo hunde en la miseria. Astrud han llegado a él, que ya es algo, y, aunque ellos jurarían que siempre han estado en la miseria, habrá que ver si "Performance" (Sinnamon, 04) les dota de mayor credibilidad o, por el contrario, les mantiene en ese estado tan suyo, mitad promesa de gran grupo, mitad atracción de feria.

“¿Es persona seria o tan sólo un idiota?”, se preguntaba Dostoievski. Sentado con ellos, no es fácil discernir si Manolo y Genís son unos payasos, unos tipos normales disfrazados de provocador, los nuevos renacentistas o sólo dos amigos que, pese a conocerse profundamente, se admiran. También cuesta deducir por qué, si sus intereses incluyen teatro y video digital, literatura, interpretación callejera y existencialismo, el envoltorio en el que se expresan era hasta ahora de apariencia tan superficial. En “Performance” lo remedian incluyendo músicos de carne y hueso donde antes campaban sin vergüenza bases pregrabadas. ¿Se estarán haciendo mayores? ¿O, lo que sería peor, serios? Al menos ¿dejarán de acusarles de “hágaselo usted mismo” y de poco respeto hacia su propio producto? (Genís) “Lo harán igualmente, no te preocupes. Pero nos da igual, aunque me jode cuando la gente dice cosas raras, como lo de teclados baratos y letras tontas. Joder, si supieran lo que me ha costado el teclado...”. (Manolo) “A mí me cansa lo de la poca seriedad. No creo que por meter una batería real ahora seamos serios. Siempre lo hemos sido. Lo que somos es vagos y esta vez es la primera que hemos tocado con músicos en un local, trabajando las canciones para ver cómo podían sonar. Ya queríamos hacerlo con el disco anterior. Hemos trabajado como negros, pero sólo en unas pocas canciones. Otras son completamente improvisadas, así que no sé por qué suena más serio. Sí es más variado, y eso es porque al haber más gente involucrada había más ideas en el aire. ´Performance´ es como creemos que tiene que sonar Astrud en disco".

"Aparte de que es mentira, es que aún hay quien cree que la música buena es un género en si mísma"

Llevan tiempo levantando castillos en el aire y demoliéndolos con la cotidianeidad característica de sus canciones, poco aptas para quien busca en la música vestigios del éxtasis de Santa Teresa. Aves raras de vuelo libre, aún en un hipermórfico pop español donde cabe todo, su propio público da la sensación de esperar con ansia sus trabajos con la morbosa aspiración de concluir inmediatamente que esperaban más de ellos. Y vuelta a empezar. “Performance” son nuevas historias cotidianas de los Astrud de siempre, los engaños, las neuras y las histerias de la vida en la ciudad. De la que vive un determinado urbanita moderno de nuestros tiempos, al menos. Quizá sea eso lo que les inhabilite para contactar a un público más amplio. (Manolo) “Ya llevamos tiempo como para que eso nos preocupe. Si pasa, pues vale. Pero lo que deseamos es que haya gente que nos escuche. Como que de pronto cuaje la demanda del gran público con mi oferta, pues no me pone nada. La única clave es que quien nos oiga se convenza de que todo da lo mismo". “Todo es una mierda”, el single, y “Todo da lo mismo”, el mejor tema, un desvarío pop de casi siete minutos. ¿Estamos de bajón? (Manolo) “¡No! ¡No! Significa que todos los juicios de valor están vacíos, son sólo prejuicios culturales o sociales. Da lo mismo. Y todo es una mierda, menos una cosa en concreto, como dice la letra. Es una canción de convencimiento a favor de algo, de pasión. No nos gusta el eclecticismo desaforado tipo ´me gusta todo mientras no me guste lo contrario´ ni la gente que a todo le ve lado malo, como en la canción de los Housemartins (´Both Sides Of Both Sides´). La gente que lo ve todo lleno de grises... eso es un rollo, que se sitúe, por favor". (Genis) “Diría que ´Todo es una mierda´ celebra ese momento de entusiasmo en que todo lo demás alrededor desaparece. Puede referirse a una persona, un grupo, una canción, un... no sé... un sindicato”.

"La única clave es que quien nos oiga se convenza de que todo da lo mismo"

De la nada se enmaraña una discusión surrealista sobre el anacronismo de los sindicatos actuales. En boca de Manolo asoma la expresión “opresión del trabajador” y en la de Genís “menos mal que existen los sindicatos”. Lo que resta puntos a su aparente frivolidad y los suma a la columna de “tipos corrientes con disfraz” que mencionábamos al principio. Continuemos. De cómo defiendan este disco en directo (con banda o sin banda, entre otras cosas) dependerá el aumento de su grado de credibilidad entre el público, aunque no descenderá el número de quiénes los consideran unos heterodoxos. Por no decir unos payasos o torpes provocadores, que eso lo he oído con matiz despectivo en conciertos suyos. (Genís) “A menudo no nos damos cuenta. Va a ser un conflicto entre lo que nosotros creemos normal y el significado de ese concepto para la gente. Tomamos decisiones según nuestro gusto y poquísimas veces con intención de provocar. Es como cuando hicimos ´Marginales´ (su cancionero callejero ambulante) en el BAM y el FIB. Lo planteamos como contraprogramación, un juego provocador. Y la gente no entraba al trapo, nos venía a ver como a un concierto más. Luego hacemos algo que consideramos bonito y entretenido y se nos escandalizan”. (Manolo) “A veces nos ofende. Como no somos como los demás, nos usan. Por ejemplo, en Siglo XXI para escandalizar a sus oyentes o en un festival para impactar a un público al que se supone que no le va a gustar Astrud. Te usan como un payaso sin ser un payaso. Hasta en la línea editorial del Mondo (no nos pongamos a hablar de entelequias...) hay como un cierto disfrute guay de ´Astrud no mola pero a mí sí´(qué sabrá usted, hombre de Dios, si hasta han acabado en la portada de este número). (Manolo) "Lo aceptamos. No sé si es porque sacamos discos inauditos, superinteresantes o mierdosos, pero por algún motivo se nos puede usar. Somos fáciles de programar para llamar la atención”. (Genís) “Incluso el título del disco. Lo puso una amiga nuestra. Como todo lo que hacemos tiene ese punto, pues para reírse de nosotros. Es como insultarme yo antes de que me insulten los demás. ¿A qué te suena, a pretencioso, a payaso? Pues antes de que lo digas tú, lo digo yo”. Conste que yo sólo había inquirido por la aparente obviedad del título... Ya de noche, aún en la mesa con ellos, sigo entreviendo qué fácil es confundirlos con simples provocadores cuando son tipos normales –normales en una ciudad como Barcelona, me refiero- que se diferencian de los demás por sus ganas de expresarse. Escriben fanzines literarios (“Esmeraldo”, el otro día nos pasaron todos los números), colaboran con artistas visuales (Carles Congost) y hasta tontean con “Esperando a Godot” (se aprendieron el segundo acto para las fotos de portada). O sea, actúan y lo hacen en un lugar donde mucha gente sólo habla, donde existen miles de genios que jamás han publicado/escrito/editado/compuesto nada pero cada vez que les ves están a punto de hacerlo. Son el perfil de artista de nuestro tiempo, el que busca simplemente la capacidad comunicativa que todo humano lleva dentro y la extrae sin más ambiciones en un formato en el que sabe desenvolverse. Lo que inclina definitivamente mi balanza hacia su seriedad artística es que lo consideren un deber. (Genís) “Es inevitable. Estamos en medio del mundo. Como público nos da rabia que grupos que nos gustan saquen disco y desaparezcan. Querríamos que sacaran Ep´s, caras B inéditas, que se mostraran de más formas. Lo dice ´Todo es una mierda´: si no sacas disco, rompo el tocadiscos. Es como decir ´me gusta lo que haces, pues haz cosas, estoy esperándolas´. Nosotros sabemos hacer varias así que, mal que bien, pues entretengamos a los demás. Como un trueque. La gente me vende y regala productos y yo a ellos. Se lo debemos a la gente que nos sigue. Tener un grupo implica un grado de responsabilidad, hacer cosas y que sean bonitas. A

Un comentario
  1. Thanks, Prashant! One thing that jumped out at me was how fimlaiar nearly all the music of that week's charts still was for most people, even those rather younger than me.Stan Getz is the saxophonist on those tracks (an American), Astrud Gilberto the woman singer (her husband Joao Gilberto was also a singer and guitarist, and Antonio Carlos Jobim, another featured player, was another guitarist/singer and also pianist...they all Brazilian.)

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