"No hay éxito sin haters, ni vicerversa”

Con los premios saliéndoles ya por las orejas, los británicos llegan a nuestro país para presentarnos “Babel” (Sony BMG, 12), un disco con el que han logrado seducir a una gran variedad de perfiles melómanos. Atentos porque se han puesto nuevas entradas a la venta para su concierto madrileño.

Amantes del pop, del country, seguidores de escenas indie y mainstream entierran el hacha de guerra en sus conciertos para dejarse llevar por adhesivas melodías vestidas de folk, siempre con buenos bailoteos de por medio. “Nuestros shows requieren un gran esfuerzo físico”, nos cuenta Ted Dwane, que al igual que sus compañeros desempeña labores vocales y multiinstrumentales. “Nos preocupa mucho estar a la altura en todos y cada uno de ellos, de hecho nos preocupa tanto que hemos desarrollado cierta obsesión por nuestra salud. Nos cuidamos muchísimo para no caer enfermos”.

“Mens sana in corpore sano” es sin duda una de las claves para sobrevivir en este negocio que a veces puede ser algo esquizoide. Dwane y sus socios lo tienen muy asumido: la fama tiene su precio. “No, no me sorprendió ver que New Musical Express publicaba un artículo sobre nuestros haters. Desgraciadamente tenemos que alegrarnos por ello, es como una buena señal porque no hay éxito sin haters, ni vicerversa”.
El cuarteto londinense tiene las cosas muy claras en ese sentido. Por eso no tienen ningún miedo a las críticas que puedan desatar, por ejemplo, sus colaboraciones (al parecer la habrá con Big Boi de Outkast). “Honestamente, no sé dónde está el límite –dice Dwane-. Nos han ofrecido multitud de colaboraciones y de lo más variopintas, y creo que no hay ninguna que jamás haríamos. Nunca decimos que no, de hecho generalmente decimos que sí a todo, porque así es como un músico se enriquece. Si obramos en función de lo que se espera de nosotros, y no de lo que realmente nos apetece, nuestra creatividad estará muerta. Como fan de otros artistas pienso lo mismo: les deseo la máxima libertad, aunque yo espere algo de ellos. Por ejemplo, Bob Dylan seguro que nunca haría música electrónica porque sus seguidores pondrían el grito en el cielo. Pero a mí me parecería genial que lo hiciera. En nuestro caso además, Mumford & Sons nunca dijimos que fuéramos una banda acústica, o folk, o como quieras llamarlo. En realidad estamos abiertos a cualquier cosa. No somos unos folk warriors (guerreros del folk). Si tenemos que perder fans para lograr que la nuestra sea una banda feliz, lo haremos sin pestañear”.

Las entradas para su concierto en Barcelona (20 marzo, Sant Jordi Club) están agotadas y para Madrid (21 marzo, Palacio Vistalegre Arena-The Madrid Center) se han puesto a la venta algunas entradas. La organización ha anunciado que “debido a la implantación definitiva en plano del escenario en el Palacio de Vistalegre de Madrid, se ha liberado espacio para nuevas entradas y debido a la gran demanda de los fans del grupo británico se pueden comprar en www.livenation.es.