Las ciudades por las que pasará la gira son: Barcelona (Sala Apolo, 20 enero), Burgos (27 enero, La Rua), Madrid (28 enero, Copérnico), Valladolid (11 febrero, Porta Caeli), Logroño (12 febrero, Fundición), Valencia (17 febrero, 16 Toneladas) y Zaragoza (18 febrero, Sala López). Además, ha confirmado su participación en el festival Viña Rock de Villarrobledo (28 de abril) y Alameda Festival de Málaga (3 de junio). Entradas en: www.ndlhrecords.com.es.
Tras muchos meses sin publicar nada, lanzas tu primera novela (“El diario de los incurables”), anuncias un gran cambio respecto a tu formación, un nuevo disco y gira. ¿Cómo han sido los meses de preparación de toda esta metamorfosis de El Niño de la Hipoteca?
Los meses de preparación bien, están siendo más difíciles que los de ejecución [risas], porque está viniendo todo a la vez. El disco ya venía un poco de antes, empecé a sacar singles antes del COVID y vino ese parón y, de una forma orgánica, paré. Cada uno en su proyecto hizo lo que quiso y yo aproveché para parar un poco, desaparecí en redes, desaprovechando la oportunidad de crecer, pero es que no ves empezar a andar a tu hija todos los días. Ese tiempo lo aproveché para eso y para la novela, me vino esa idea a la cabeza y le dediqué muchas horas. Como estábamos todos tan parados pues había tiempo para todo y ahí empecé a gestar lo que era la separación de la banda con mi yo cantautor y luego ya vino el mítico Viña Rock con la aparición de Ferran y fue la gota que colmó el vaso. Tenemos una relación de muchos años y no lo veía, y fue como “Tío, tú tienes que estar en mi banda cantando conmigo pero es que, desde siempre, no sé porque no lo hemos hecho antes”. Y él pensaba lo mismo. Preparar todo esto ha sido fácil, lo que está siendo bastante estresante es hacerlo todo a la vez [risas]. La novela con su propio Verkami, preparar la gira con Ferran, seguir lanzando singles, preparativos del disco, festivales del año que viene… Ahora sí que está empezando a venir la apisonadora.
La pregunta es obligada, ¿Por qué decides añadir una segunda voz a El Niño de la Hipoteca? ¿Y por qué Ferran Exceso?
Primero porque andábamos un poco cojos de coros con la evolución que había hecho la banda. El tema de Ferran es porque somos amigos de hace muchos años, de hecho, al principio él ya me venía a hacer coros y funcionaba muy bien, pero él tenía su película y nos lo pasábamos bien pero no habíamos caído en la idea de juntarnos. En todo este tiempo hemos hecho muchas cosas juntos, un EP, gira en acústico, vídeos… y ahí es donde se ha ido cociendo a fuego lento hasta que explotó en el mítico Viña Rock. A título personal, me alucina como canta Ferran, siempre he sido súper fan. Cuando irrumpió en el mundillo fue de los pocos que cantaba rock con un sonido más americano, aunque cantase en castellano, de ahí que me flipe como cantante y como persona también.
Ahora presentareis ese primer trabajo ya con la banda al completo, ¿Qué nos puedes adelantar sobre él?
Este disco es la segunda parte de “Esto no es un disco Vol. 1” (El Niño de la Hipoteca Records, 19) y así se cerrará este capítulo, aunque habrá una tercera parte, que ya desvelaré más adelante como será, pero que no será de temas inéditos, ahí lo dejo. Este segundo es el mismo proceder del primero, una cantidad de singles que han ido saliendo en el tiempo, los que salieron antes de la pandemia y los de ahora. En total serán diez temas, de los que ya han visto a la luz siete y quedan todavía tres más y con eso se cierra el trabajo. De ahí que tenga este nombre. No es un disco pensado como disco, sino como una recopilación de singles.
De momento, ya hemos comprobado con “La cárcel de los presos inocentes” y “Profetas sin fe” que, a pesar de añadir una segunda voz, mantiene la esencia habitual intacta, pero ¿ha costado que esto sea así?
Ha sido totalmente normal porque venimos de una era en la que las colabos están a la orden del día y son hasta un despropósito. Yo cuando empecé a hacerlas también lo hacía con ese sentido de crecer, pero también las hacía con artistas más pequeños que me gustaban y a lo que quería darles altavoz. Estamos tan acostumbrados a hacer colabos que lo vemos muy claro. Entendemos que cada canción es un mundo y tiene distintas necesidades y que no tienen por qué estar todas repartidas, o no tiene por qué estar siempre a la mitad, pueden ser en un porcentaje pequeño y uno le puede hacer coros al otro o al revés. Raro no se hace, a mí como cantante de pega, y mira que le puse muchas ganas, ya que de pequeño estuve muchos años yendo a clases de canto y luego forjando mi propia voz tocando en el metro, tengo muchos recursos técnicos, pero hay cosas que no se tienen y afinas o no afinas. Y por mucho que lo trabaje solo lo puedo matizar y añadir la voz de Ferran a cualquier tema me las hace crecer por sistema. Para mí no es ningún problema.
Tenéis hasta siete fechas entre este mes de enero y febrero donde vais a poder recorrer una gran parte del país, pero ahora ya con una formación más grande. ¿Cómo será el nuevo show?
Siete que serán ocho con el Viña Rock y diez con dos festivales más. Os vais a encontrar una vuelta de tuerca bastante gorda. Estamos trabajando mucho los detalles del concierto. Ya teníamos un bolo del que estábamos muy contentos y al tener esta pieza, Ferran, que mejora, ya todo sale solo. Esto nos está permitiendo darles la vuelta a muchos arreglos que igual no nos acababan de convencer o simplemente se han propuesto cosas distintas, y cuidar muchos más detalles del bolo. Más que incorporar a Ferran, que está saliendo de forma natural y sencilla, estamos perfilando el concierto con precisión nipona.
"A mí las ideas me vienen como dardos que se me clavan en la cabeza y normalmente las materializó en forma de canción o de acción de YouTube"
Al margen de todos estos cambios, también has lanzado tu primera novela, “El diario de los incurables”. ¿De dónde surge esa vena literaria?
Pues de forma accidental. A mí las ideas me vienen como dardos que se me clavan en la cabeza y normalmente las materializó en forma de canción o de acción de YouTube. Y esta idea me vino así, pero una canción no era espacio suficiente para poderla desarrollar, intenté hacerla como relato y también se me quedaba corto y tuve que hacer el ejercicio terrible de cambiar de género, que parece que no, pero hacer canciones y narrativa es muy diferente y lo pasé fatal. Hice un aprendizaje exprés, recuperé varias lecturas obligatorias de cuando estudiaba humanidades y me pude nutrir de muchos recursos que tuve en el pasado y tuve que aprender a volver a escribir. El proceso ha sido muy duro, muchos momentos de decir nunca más, pero ahora viendo el resultado estoy súper contento. El mejor piropo que me han dicho, me lo dijo un familiar y fue que el libro no se le caía de las manos, que no lo podía dejar a medias. Yo soy el primero que he dejado libros muy importantes de la literatura universal a la mitad porque no podía más y conseguir un libro que no se deje a medias me parece un hito. Cuando hay gente que cambia de disciplina artística a veces te sorprende y funciona, pero muchas veces se encuentran con un fracaso dado por ese cambio de género que es muy difícil de conseguir. Es lo que más me ha costado.
La historia del libro arranca en la sede andaluza de la Asociación Española de Enfermedades Raras y va desarrollando en un efecto mariposa que llegará mucho más lejos de lo que se imaginan. ¿Cómo te nace esta peculiar historia?
La sinopsis es extremadamente escueta y un poco ambigua porque desde el principio de la novela ya hay spoilers. Sé que si desarrollará más esa sinopsis vendería mucho más, pero de alguna forma tenía esa pelea de vender más o conseguir el efecto sorpresa para el lector y escogí la segunda. Lo que tengo claro, y lo aclaro en la novela, es que no hay tanto mensaje político como pueda parecer, no hay tanta crítica social, es más una historia que otra cosa. Me uso de la política, las grandes riquezas, el terrorismo y en más cosas para dar forma a la historia, pero hay mucho menos mensaje social del que pretendo, sí que hay algunos darditos más humanos a mi modo de entender la vida y la intrapersonalidad de la gente. Para mí el mensaje es lo de menos, es más la historia en sí.
Así que cerraste 2022 con unos aires completamente renovados y con la sensación de que 2023 va a ser uno de vuestros grandes años, ¿Qué te esperas tú de este año nuevo?
Venimos del lío este tan gordo que no sé si el 2023 será nuestro año fuerte, creo que eso se va al 2024. Este es el año de acabar de madurar todo lo que hemos sembrado en 2022 y en 2024 recogeremos los frutos. A nivel personal tengo unos aires renovados, venía de una época precovid donde la cosa nos estaba yendo muy bien, me instalé en una zona de confort y daba como por terminada esta carrera, no de dejar la música, pero sí que le restaba valor. Yo pensaba en seguir sacando canciones y haciendo conciertos, pero ya está, me buscaría otros menesteres y a vivir de la vida de jubilado. Pero vino esta hostia de realidad y hubo que ponerse las pilas y vuelvo a tener ganas de esta profesión. Porque aquí todo el mundo dice que es muy guay al calor del directo, pero al final eso es como una droga. Los que nos dedicamos a hacer nuestro repertorio todo el rato, salimos al escenario a cantar una y otra vez lo mismo, no deja de ser una profesión, claro que entras en comunión con el público, pero al final es algo repetitivo que estás harto de hacer, no hay tanta magia en repetir noche tras noche el mismo repertorio que llevas años tocando. El momento de tocar, el previo, es un trabajo, no es un regalo divino. Cuando eres músico y haces jazz sesions eso es increíble, pero cuando repites un repertorio de arriba a abajo todo el rato… quieras que no es más agradecido que otras profesiones, pero no deja de serlo. Digamos que todo esto que me está pasando en cada una de las facetas me ha hecho un reset que me hacía falta. Me vuelve a apetecer ensayar y tocar, aunque sean las mismas canciones ahora pasan cosas nuevas, ahora tocamos las canciones que me apetecen no solo los hits y también lo que le apetece al público. Haber aireado de esa forma me ha hecho recuperar la ilusión por la profesión.
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