Quizás por eso sea tan estimulante la idea de que “Canto Cósmico”, el documental de Leire Apellaniz y Marc Sempere sobre el cantante que se acaba de estrenar, funcione como ampliación de estos enigmas iconoclastas al terreno de la imagen. Hablamos con Niño de Elche sobre cosmologías polisémicas, el valor de destrozar el arte y el artista que teme.
¿De dónde nace esta colaboración con Leire Apellaniz y Marc Sempere, los directores de la película?
Nace de una invitación que me hace Marc después de ver mi concierto de presentación del disco “Voces del extremo” (15) en Sevilla, hace ya siete años. Ahí Marc me propuso empezar a realizar algún tipo de película o de pieza audiovisual sobre mi persona.
¿Y en qué momento se incorpora Leire a la fórmula? Como productora de “Espíritu Sagrado” (21) el proyecto parecía irle como anillo al dedo.
No recuerdo exactamente en qué momento entra Leire, pero ella entra después de un proceso muy personal que Marc desarrolla con relación a todos los materiales que vamos reuniendo. Leire llega para poner orden y mecanismos de industria, pero también para proponer una estética y unas formas. Marc había hecho todo un trabajo en relación conmigo y todos los personajes y Leire le ayuda a amasar todo esto y a darle forma.
"Colaborar es encontrar a tus iguales en el sentido espiritual. Quizás no tanto a tus iguales, sino a gente que te haga pensar. Yo siempre he trabajado y me he relacionado desde ahí"
Me llamó mucho la atención el uso del adjetivo “cósmico” en el título del documental. ¿Cuál es tu concepción de ese término? ¿Cómo entiendes lo cósmico?
Ahí está la influencia de uno de los libros que más me ha cambiado la vida, “Cántico cósmico” de Ernesto Cardenal. Sigo trabajando sobre él porque es mi Biblia, por decirlo así. La figura de Cardenal es muy importante para mí así que se la dí a conocer a Marc. Él ahí entendió que lo cósmico conmigo se puede entender desde una perspectiva de cosmología o bien desde el cosmos como Dios. Marc lo planteaba desde ahí porque tenía interés en que la palabra Dios apareciera en el título. Leire no tanto. “Cósmico” acabó siendo un espacio de entendimiento entre ellos y en el que yo me siento muy cómodo. La idea del cosmos en un sentido científico, pero también un sentido teológico o espiritual es mi práctica cotidiana.
De hecho, dentro de esa vertiente más polisémica del concepto, me interesa cómo el documental entiende lo cósmico también desde su vertiente estética, ligada incluso a ciertas literaturas como la lovecraftiana. Al fin y al cabo la pieza parece mucho más interesada en tu fondo que no en tu figura, articulando un despliegue puramente atmosférico. ¿Crees que a veces la esencia de tu obra está en tu ausencia?
Me parece muy bonita la reflexión que has hecho porque precisamente, aunque no reniego del individuo y del yo, mi labor en este mundo es una labor de colaboraciones. Pero no de colaboraciones tal y como las entendemos en la música, que ha banalizado bastante esta idea. Colaborar es encontrar a tus iguales en el sentido espiritual. Quizás no tanto a tus iguales, sino a gente que te haga pensar. Yo siempre he trabajado y me he relacionado desde ahí. Cuando alguien se acerca a mí lo que se encuentra es una cosmología, es un collage de decenas de personas que me conforman. Nos pasa a todos, lo que pasa es que yo lo reivindico, lo expongo y lo comparto. Eso da una riqueza brutal y, contrariamente a lo que se piensa, creo que eso beneficia en un sentido más material a la figura de Niño de Elche y la hace entender mejor, para que no parezca que soy un extraterrestre que ha caído del cielo [ríe]. La película transita por ahí porque no podía ser de otro modo. Yo me siento mucho más cómodo porque soy un ser al que le gustan las profundidades.
Me apasiona la definición que se da del iconoclasta en la película como aquel que destruye para dar sentido y valor al arte. ¿Crees que en esta era de reproductibilidad técnica casi hiperbólica que estamos viviendo la hazaña del iconoclasta se dificulta?
El del iconoclasta es un papel que está constantemente con nosotros. A veces nos referimos a él como envidia o crítica, pero la iconoclastia es mucho más compleja que todos esos términos. Mi relación con el flamenco está muy arraigada a esta idea. Creo que hoy en día se sigue dando. La iconoclastia supera las tendencias. Siempre hay alguna noticia en relación al destrozo de algo. Todo eso es iconoclastia.
"La versatilidad tiene que ver con la inquietud, la curiosidad y la experimentación como experiencia. Poco a poco voy descubriendo cosas. Por eso voy cambiando de opinión y de forma"
Te refieres mucho al miedo en el documental. ¿Crees que se puede crear sin trauma?
Depende de cómo entendamos el trauma. De niños se nos impulsa a que tengamos miedo, no a tener un pensamiento crítico o a ser poco temerarios. Cuando hablo de miedo hablo de miedo, de un inmovilismo que se puede convertir en un trauma y dejarte petrificado, convirtiéndote en una persona conservadora en todos los aspectos. La mayoría de artistas superan una serie de miedos y de traumas, o al menos utilizan el arte para superarlos, como es mi caso. Es algo paradójico. Cuando dicen que soy un artista muy valiente entienden a un artista sin miedo. Yo siempre digo que no, que la paradoja es que para ser un artista envalentonado tienes que haber reconocido tus miedos y por supuesto tus miserias, mostrarte vulnerable. Eso es lo que yo intento. Es el mecanismo que he encontrado como expresión artística y para darle sentido a lo que hago, a la labor que tengo aquí. Sino sería poco más que un ejercicio de estética, por mucho que también sean importantes. “Esto que estoy escribiendo no es estética, son lamentaciones”, leía el otro día.
También dices que no se puede entender el amor sin el miedo.
Por mucho que en el documental lo hablemos en referencia al amor en pareja, si quieres amar a Dios tienes que superar un montón de miedos. Si quieres amar al arte tienes que superar un montón de miedos. Las relaciones de pareja son espacios que no hemos entendido de esta forma, sino como todo lo contrario, como espacios de confort y protección. Como te sientes vulnerable, buscas compañía como el que busca a Dios.
¿Qué canaliza de Niño de Elche la imagen que no consigue canalizar el sonido?
Todo eso depende de quién esté enfrente. Como sabes yo no soy muy fan de términos que separen. La imagen tiene un cierto sonido y el sonido, una cierta imagen. Las conectividades ya no solamente cerebrales sino espirituales son más complejas que todo eso. Por eso me muevo mucho en diferentes mal llamadas disciplinas, porque para mí siguen teniendo muchas más cosas en común que diferencias. Para mí no hay tanta diferencia entre una película y un disco en el sentido conceptual y emocional. Todo formato puede canalizar ciertas cuestiones de diferentes formas, pero no hay una mejor que otra.
Justamente relacionado con eso que comentas de no querer trazar fronteras que limiten, en la película se comenta que tu marca es justamente no tener marca y la versatilidad que eso conlleva. ¿Crees que hay alguna faceta de ti que prefieras dejar fuera de tu todo artístico?
Creo que eso me lo irá diciendo la experiencia. La versatilidad tiene que ver con la inquietud, la curiosidad y la experimentación como experiencia. Poco a poco voy descubriendo cosas. Por eso voy cambiando de opinión y de forma. Ahora mismo es una necesidad. Igual dentro de diez años me convierto en una persona muy conservadora y no tendría ningún problema en reconocerlo [risas].
Uno de los muchos testimonios que aparecen en el documental es el de C.Tangana, que centra su discurso en una vertiente de la música más vinculada al éxito económico y el ascenso social. ¿Esa visión más industrial del arte está presente en tu proceso de creación?
Eso está, no podemos ser ingenuos. Cuando pensamos el arte, hay que entender que este se crea desde las ideas industriales y no desde el concepto más espiritual de creación. Nace desde la perspectiva económica y mercantil. Toda persona que intente que el arte no tenga esta connotación está totalmente equivocada. Si estás en contra del arte como mercancía estás en contra del artista y del arte en sí. Por eso el artista no puede entender el arte desde la perspectiva marxista. Esto lo descubres haciendo.
Cuando se enarbola la bandera del underground, de donde yo vengo, me suena a idiotez. El underground lo único que hace es replicar las lógicas de las grandes multinacionales pero con menos recursos. Sigue existiendo su espacio de valor, sigue existiendo su representatividad en un mercado y sigue existiendo su valor liberal y simbólico. C.Tangana, desde la experiencia de venir desde más abajo incluso que yo, conoce esto perfectamente. Cuando te sumerges en estas complejidades, consigues más cosas. ¿Quién me iba a decir hace diez años que alguien que hace flamenco experimental podría tener su pequeño espacio en los medios? Todos los que aparecen en la película somos ejemplos de esto.
Hay una escena del documental en la que, mientras haces una mudanza, referencias directamente algunos libros mientras los sacas de sus cajas. Viniendo yo del mundo del cine y siendo este un documental, necesito preguntarte por tus películas o cineastas de cabecera.
Yo no soy de películas narrativas. Leo muy poca novela o casi ninguna. Si no es una obra con mucho pensamiento filosófico o mucha retórica poética me aburro bastante. Pero sí soy capaz de verme una película de Béla Tarr, de Dreyer, de Tarkovsky o de Chris Marker sin parpadear. Ese es el tipo de cine que me gusta.
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