“No somos un grupo de estrofa-estribillo-estrofa-estribillo”
EntrevistasNiña Coyote Eta Chico Tornado

“No somos un grupo de estrofa-estribillo-estrofa-estribillo”

Amaia Santana — 11-04-2019
Fotografía — Ramón Zabalegui

Niña Coyote eta Chico Tornado querían extraer de su sonido pétreo y rocambolesco la esencia pura y orgánica, y lo han conseguido. Su nuevo álbum “AitzStar” se adentra en la psicodelia sin renunciar a su estilo, vibrante y tenaz. Unos riffs pesados y ritmos cómplices completan este tándem tempestuoso. El cantante y guitarra Koldo Soret nos habla del nuevo disco, de filtros y de estructuras que, por supuesto, hacen temblar.

¿Por qué “AitzStar”? ¿Cuál es el mensaje?
Haitz significa roca en euskera. Nos hacía gracia utilizar una palabra tan antigua como esta. La palabra aizkora (hacha), por ejemplo, se supone que existe desde la edad de piedra, o al menos desde que se trabajaba la piedra. En cuanto a Star, nos gusta hacer juegos de palabras. En nuestros discos anteriores también hay guiños de este tipo; mezclamos palabras en inglés, euskera y castellano. En esta ocasión, jugamos con el concepto de rockstar, pero con aitz. No es porque nos sintamos unos rockstar, ¡ni mucho menos! -no hacemos más que currar y darle duro al proyecto-. Tan solo es un juego de palabras.

Según recoge la hoja de promo, habéis decidido “arriesgar” en este disco, ¿en qué sentido? ¿En un giro más pronunciado hacia la psicodelia?
Siempre nos decantamos por grabar una canción cuando realmente la sentimos al tocarla. Por ejemplo, estamos con un riff y decimos: “Esto nos hace vibrar”. Ese suele ser el filtro. O sea, hemos hecho un poco lo que nos ha salido, aunque quizás sea más psicodélico que nuestros trabajos anteriores.

¿Haber tocado en tan distintos países -y paisajes- ha influido a la hora de componer este tercer LP?
Cuando sales fuera, abres tu mente, no pones límites a la hora de crear música. En cambio, cuando estás en casa es como si estuvieras en una burbuja; tiendes a hacer música pensando en un determinado estilo, o quizá te da más miedo dar un paso más allá. Viajar supone lo contrario: sientes que puedes ir más allá. Con todo, más que en el sonido en sí, creo que se nota más en las canciones.

¿Qué os ha aportado Ricky Falkner y Jordi Mora en cuanto al resultado final del disco?
Llevamos las canciones bastante trabajadas al estudio. Falkner y Mora nos han dado bastante tranquilidad. A más oídos… Normalmente hemos grabado con Haritz (Harreguy), muy a gusto también, es un gran amigo; pero teníamos ganas de cambiar, de tener a una persona que viera las canciones desde fuera, por vez primera. Falkner nos ha aportado nuevas ideas y sugerencias. Por ejemplo, me decía: “En esta canción, en vez de cantar tan forzado, ¿por qué no cantas más tranquilo, sintiendo más…?”. O de repente igual se le ocurría algún teclado o algún ruido en un momento determinado. Jordi Mora también ha contribuido de forma notable al disco: “A ver cómo le saco el sonido a este bombo…”. Siempre estaba dándole vueltas a cómo extraer de la mejor manera el sonido de nuestros instrumentos, que son muy antiguos. Hemos utilizado una (batería) Ludwig del 70, que es con la que grabamos normalmente los discos. La guitarra también es antigua, al igual que los amplis. Mora se ha preocupado de sacar el sonido REAL. Queríamos que sonara más ORGÁNICO, y creo que lo hemos conseguido.

Los estudios de Casamurada (Tarragona), donde habéis grabado, cuentan con un antiguo pozo para obtener “reverb natural”, ¿habéis hecho uso del mismo?
Sí, está bastante presente en el disco, sobre todo en una canción, la más oscura de todas -“Sinestesia”-. Al final de este tema, sólo suena lo que sale del pozo, como unos “¡GOOONG!, ¡GOOOONG!”. Es la guitarra, que suena a través de los micrófonos que metimos en el pozo. Aparte de esto, durante todo el disco se percibe este reverb natural, aunque de una forma muy sutil, en momentos muy específicos. Pero sí, lo hemos utilizado bastante... ¡Es una pasada la reverberación que produce! Es impresionante.

El álbum lo habéis editado en CD y vinilo...
Sí, en ambos formatos. Siempre sacamos todo en vinilo y en CD. Y, si por mí fuera, sacaría unas copias en casete también. Por hacer la chorrada (risas). La primera maqueta que saqué fue en cinta.

Parece que vuelve a estar de moda...
Sí, ¿verdad? Un amigo me contó el otro día que en Estados Unidos, los chavalillos deben de andar con el Walkman y la cinta… Está bien, como hace unos años empezó a editarse todo otra vez en vinilo, y mira ahora, parece que está en pleno auge. De nuestro primer disco vendimos todas las copias; lo reeditamos, y se agotaron. “Eate”, el anterior disco, prácticamente lo tenemos agotado también. Nos quedan unas pocas copias. Sí que se mueve el vinilo, sí...

A propósito de “Eate”, ¿qué tsunami, huracán u otro ‘desastre natural’ pensáis provocar ahora con “AitzStar”, de cara a los directos?
Estamos con muchas ganas de presentar las canciones en concierto. Básicamente haremos lo de siempre: meter caña y dejarnos la piel. Esa es la idea principal.

En cuanto a las letras, en alguna entrevista habéis afirmado que siempre intentáis meter voces en cada canción. En este disco lo instrumental tiene mucho peso...
En realidad, quizá sea el disco que más voces tiene, comparado con todos los anteriores. Si no me equivoco, hemos metido voces en 7 de los 11 temas. Antes, solía ser mitad y mitad. No respetamos mucho las estructuras habituales de una canción; no somos un grupo de estrofa-estribillo-estrofa-estribillo. Nos saltamos un poco los esquemas, o los hacemos a nuestra manera. Intentamos romper un poco con eso. Sobre todo los riffs tienen mucho peso, así como los ritmos y esa complicidad que compartimos. Le damos más importancia a todo eso que a la voz, aunque a las letras sí que le damos importancia.

¿Qué colaboraciones ‘estelares’ destacan en “AitzStar”?
Contamos con David Soler, que ha grabado el pedal steel -lo cual se nota especialmente en los momentos más psicodélicos-. Es un musicazo impresionante. El propio Ricky Falkner también ha metido algún teclado. Y en las letras hemos vuelto a colaborar con Harkaitz Cano -en el single de lanzamiento “Azeri eta Herio”-. Es una gozada porque es muy natural. Me lo encuentro por la calle y le digo: “Oye, Harkaitz, tengo una canción y tal…”. Y siempre me dice: “Mándame, mándame”. Es impresionante su manejo de las palabras. Me quedo alucinado, quizá porque es lo que más me cuesta. En cambio a él, le mando la canción y en hora y media ya recibo las letras, ¡y son una pasada! ¡Qué cabrón! (risas). Por otro lado, hemos vuelto a contar con Zigor DZ, colaborador habitual, quien aporta unos scratches en la última canción (“F.U.A”). La masterización corre a cargo de Víctor García, de Ultramarinos Mastering.

A juzgar por la portada, “AitzStar” supone un cambio significativo en cuanto al diseño. ¿A qué se debe?
El diseño vuelve a firmarlo Xavi Forné, de Error! Design. Como en los tres discos anteriores habíamos optado siempre por ilustraciones, esta vez queríamos cambiar y poner nuestro careto, una foto nuestra. Teníamos ganas de cambiar un poco.

Pregunta extra: ¿Para cuándo una versión de The Cramps?
(risas) No sé… En directo es verdad que nunca hemos tocado una versión de ellos, pero en el local de ensayo, sí. Muchas veces, en vez de ensayar nuestras canciones, por divertirnos y tal, decimos: “Venga, vamos a tocar esta…”. Y en esas sí que hemos tocado a The Cramps. Lo tendremos en cuenta (risas). Quizás pueda ser la siguiente.

 

Fecha Ciudad Recinto Hora Precio
jueves 11/04/19 Bilbao Kafe Antzokia 21:30 10€
viernes 12/04/19 Vitoria-Gasteiz Jimmy Jazz Gasteiz 21:00 10€
sábado 13/04/19 Donostia Intxaurrondo Kultur Etxea 22:00 13€
jueves 09/05/19 Ourense El Pueblo Café Cultural 00:00
viernes 10/05/19 Ferrol (A Coruña) Super 8 21:30 10€
sábado 11/05/19 A Coruña Playa Club 22:30 12€
De 24/05 hasta 25/05/19 Madrid Festival: TOMAVISTAS FESTIVAL
De 24/05 hasta 25/05/19 Pamplona (Navarra) Festival: IRUÑA ROCK

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