El primer encuentro en persona con un artista internacional en veinte meses tiene lugar en la terraza de un elegante hotel madrileño junto a la bulliciosa Gran Vía. Entre las burbujas de un agua con gas, un afable Nathaniel recién llegado de la radio nos habla de su nuevo disco y también de una carrera que no ha sido un camino de rosas. Aventajado discípulo del gigante de Belfast Van Morrison, del espíritu Motown y de clásicos como Leonard Cohen (que tituló igual su disco de 1992), Rateliff bebe de fuentes clásicas para mostrar su optimismo ante lo que viene a través de composiciones atemporales.
Lo primero que te tengo que preguntar es sobre el título. Entiendo que el disco está hecho durante la pandemia. ¿Es una especie de declaración?
Compuse las canciones durante la pandemia, con la excepción de un par de ellas. Empecé hacia junio y julio de 2020, y la primera sesión de grabación fue en octubre del mismo año. El título es más una pregunta que una declaración. Al principio no tenía claro si la canción “The Future” debía estar dentro, pero cuando Bradley Cook se involucró, él sostenía que tenía que estar sí o sí, y que debía ser el primer tema. Así que empecé a pensar que esa canción iba a ser como el umbral desde el que se empezaran a lanzar todas esas preguntas. Y a darme cuenta de que esa colección de canciones hablaba de dónde estoy yo, dónde estamos y a dónde vamos.
“Cuando era más joven, lo de cantar me daba vergüenza”
¿Cómo afectaron las restricciones de la pandemia a la grabación y a los temas que tratas?
Bueno, en ciertos aspectos estar en casa estuvo bien, porque tuve tiempo para la introspección. Mucha gente ha tenido la ocasión de serlo también. Creo que, sobre todo, me dio tiempo para sentarme un poco y pensar.
El álbum suena muy natural. Cuando te metes a grabar una canción, ¿la interpretación es lo más importante?
Creo que capturar una interpretación buena es muy importante como punto de partida. Y luego, todo lo que hay alrededor es más como una progresión desde la grabación previa que hayamos hecho; sonoramente e incluso en cuanto a la estructura. Yo quiero seguir creciendo, y respecto a la banda, quiero que sigamos experimentando y probando cosas nuevas. No se trata tanto de sacar un sonido determinado o sonar clásicos, sino de tratar de hacer canciones que nos gusten.
¿Tendéis a grabar las canciones todos juntos en vivo?
Algunas de ellas sí, y otras no necesariamente. Canciones como “Face Down In The Moment” se hicieron del tirón, pero otras como “Oh, I” “Love Me Till I’m Gone” o “So Put It Out” las hicimos tocando todos juntos, pero añadiendo cosas adicionales encima.
¿Y cuándo sabes que una toma de voz es buena?
Con la voz trato de hacer una o dos tomas. Cuando empezamos a tocar “The Future” con Patrick (Meese) a la batería y yo con la guitarra y cantando, todos juntos en la sala, una vez tuvimos buen sonido, creo que la hicimos una vez, aunque luego le añadimos capas. Estaba calentando y no quería gritar demasiado. La tocamos una o dos veces y es la que está. En el disco hay un montón de batería que se cuela en el micro de la voz y de mi guitarra, pero miles de discos que me encantan se han hecho así. Cuando empiezas a aislar cosas en la misma sala, empiezas a oír otros instrumentos que se cuelan.
¿Grabas en tu propio estudio?
Esta vez grabamos en el que tengo en casa. Cuando me mudé hace tres años, empecé a montar un estudio. Y ha seguido creciendo y creciendo con distintas piezas de equipo. Está en las afueras de Denver, Colorado. Creo que trabajar con Richard Swift en los discos anteriores ha sido crucial: siempre me animaba a que invirtiera el dinero del sello en equipo, porque generalmente intentamos que los discos nos salgan baratos. Tratamos de invertir en nosotros mismos. Hemos adquirido un montón de equipo estupendo, y tuve la suerte de comprar una mesa Neve. Tenemos una mesa analógica magnífica y magnetófonos operativos, de modo que podemos crear un sonido muy analógico o trabajar con Pro Tools. Podemos hacer lo que necesitemos, en realidad.
Es un álbum muy animado, lo cual puede sorprender a primera vista, dadas las circunstancias que hemos vivido. Sin embargo, que se haga arte luminoso o positivo en los momentos más oscuros es una constante casi histórica.
Creo que es importante tener esperanza incluso en tiempos oscuros. Mi disco anterior era enteramente sobre eso: cómo experimentamos la alegría y la esperanza en tiempos conflictivos. Es importante, porque sería fácil sacar un disco oscuro y desolado, teniendo en cuenta cómo fue 2020.
“Me enorgullece haber seguido a pesar de mis inseguridades”
Yendo a canciones concretas: “Love Me Till I’m Gone” tiene un aire muy Van Morrison. ¿Qué significa para ti?
Me encanta Van Morrison. “Astral Weeks” es uno de mis discos favoritos. Y también me gusta mucho el material de las “Bang Sessions” o las “TV Sheets”, todo lo que salió de esas grabaciones. A mis padres le gustaba mucho Van Morrison. Mi madre y yo solíamos oír “Moondance” sin parar cuando estábamos juntos. Y pasábamos mucho tiempo juntos.
O sea, que lo has mamado, prácticamente.
Sí, siempre me ha gustado la voz de Van y su capacidad para que sientas que canta con un motivo. Siempre he tratado de hacer lo mismo en cuanto a la interpretación vocal. Cuando grabas una canción lo que quieres es que la gente sienta que está ahí mismo contigo.
Aparte de Van Morrison, ¿quiénes son tus héroes como cantantes?
Me encantan Otis Redding y James Brown. Nina Simone es fantástica. Pero si hablamos de cantantes y compositores, está Leonard Cohen. Aunque no tuviera una gran voz, tuvo muchísima intención en todo lo que hizo, su expresión era perfecta. También he sido un fan enorme de Sam Cooke.
O sea, de los grandes.
Sí, es un poco la lista de los grandes [risas]. He encontrado mi voz escuchándoles a todos y también, a veces, imitándolos. Eso me ha permitido encontrar mi propia forma de cantar y controlar la voz.
Si tuviera que elegir una canción, probablemente me quedaría con “Love Don’t”, la última, porque me parece que encapsula la esencia de tu propuesta.
Esa canción empezó con cuatro de nosotros dando una vuelta alrededor de la casa. Estábamos allí conmemorando el fallecimiento de Richard Swift, contándonos historias y tomando algo juntos. La cosa acabó con todos en el estudio y hablando de un montón de bandas antiguas. Acabamos creando un tema y un ritmo, una parte B y una parte C y empecé a cantar así, sin más. Lo primero que salió de mi boca fue la frase inicial “Lately I’ve been feeling this way, tell me if I’m wrong” (Últimamente me he sentido así, dime si me equivoco”) y pasé a “Love Don’t Treat Ya Like That” (“El amor no te trata así”), y aquello acabó siendo un poco la base de la canción. Escribí lo que había dicho, o lo que creía que había dicho, en esa maqueta. Luego intentamos que funcionara, pero fue sobre todo escritura automática. Me encanta crear así de vez en cuando, te puedes sorprender mucho a ti mismo. Fue también uno de esos momentos en los que parecía que todo se iba a venir abajo, y eso es lo que más me gusta del rock and roll: es mejor cuando va a “descarrilar”.
¿Qué importancia tiene, entonces, tu banda en este momento?
Mucha. No creo que fuéramos un grupo sin ellos. Incluso muchas cosas de mi proyecto en solitario las grabo con Patrick y James [Barone]. Pero cuando vamos a tocar las canciones en directo, están todos los Night Sweats, con excepción de los metales y las cuerdas. Llegamos a ser diez sobre el escenario. Nuestra forma de tocar juntos es como una relación que va creciendo y cambiando. Me da la impresión de que si empezara con otra banda el enfoque sería completamente diferente.
“Más que sonar clásicos, se trata de hacer canciones que nos gusten”
Entonces, ¿enfocas tus discos en solitario de modo muy distinto, en cuanto a composición?
Sí, creo que el contenido es diferente. Cuando es más intenso, no tiene por que parecerme apropiado para The Night Sweats. Pero en cuanto a la composición, el enfoque es similar.
Tu disco anterior “Tearing At The Seams” (Stax, 18) recibió muy buenas críticas. ¿Qué importancia le das a lo que se escriba sobre tu música?
Bueno, trato de no leer ninguna o no muchas de las reseñas que se publican sobre mis discos [risas]. Por supuesto, en general creo que las buenas críticas son estupendas para una carrera, pero intento centrarme en lo que hago. Si alguien opina mal de lo que haces, es mejor no leerlo. Y me parece bien si hay personas que no lo pillan, o incluso a las que no les gusta. No le vas a gustar a todo el mundo en esta vida.
¿Es cierto que empezaste en la música tocando la batería?
La batería fue mi primer instrumento, sí. Antes incluso de tocar en grupos. Me ponía los cascos con música y tocaba. He tocado en muchos de los discos. De hecho, en este toqué la batería y la percusión de “Babe I Got Your Number”. No sólo me encanta el aspecto del ritmo, sino pensar en la batería como si fuera otro instrumento melódico más.
“Sería fácil haber sacado un disco desolado, teniendo en cuenta cómo fue 2020”
¿Y recuerdas el momento en que decidiste ponerte a cantar y componer tus propias canciones?
Sí, empecé a tocar la guitarra y durante mucho tiempo pensé que iba a ser guitarrista. Además de la batería, tocaba la guitarra y escuchaba a los grandes guitarristas de rock para ser como ellos. Pero también empecé a componer y encontré mi propia voz. Cuando era más joven, lo de cantar me daba vergüenza, pero luego me empecé a sentirme más cómodo. Así que empecé a tirar más hacia la composición, y menos a perfeccionar mis habilidades como guitarrista.
El camino hasta llegar a este disco no ha sido fácil para ti. ¿Cuál fue el punto de inflexión?
Sacar el primer disco de The Night Sweats y tocar en el show de Jimmy Fallon por primera vez. A partir de entonces, todo explotó en cierta manera.
De hecho, antes de eso pensaste en tirar la toalla, ¿no?
No sé si iba a dejar de tocar música para mí mismo, pero llegué a pensar que estaba preparado para dejar de intentar que fuera una carrera profesional.
¿Estabas decepcionado con la industria o todo lo que rodea a la música?
Sí, por aquella época había hecho mucho material como cantautor, y esa industria cambió mucho. Ese mundo giró hacia una sensibilidad pop. No era lo que yo quería hacer, no quería sonar así. Durante un tiempo me sentía como cansado de tocar la guitarra acústica. Quería tocar la eléctrica, y en lugar de ser introspectivo, hacer ruido y canciones que me parecieran divertidas, que pudieran entretener.
Entonces, ¿de qué estás más orgulloso cuando miras atrás?
Sobre todo de haber seguido con todo lo que estaba haciendo; de haber seguido pegado a mi intuición y mis sentimientos sobre lo que estaba creando. Creo que ahora que soy un poco más viejo, mi percepción sobre mi carrera ha cambiado un poco. Pero incluso a día de hoy no me da la impresión de tener el cuerpo de una estrella del rock: siempre he sido un poco crítico conmigo mismo. Pero me enorgullece haber seguido con ello a pesar de mis inseguridades.
Quizá esto le da una cierta autenticidad a tu música.
Eso espero, sí [risas].
¿Cómo te sientes estando en un sello como Stax?
Me sorprendió muchísimo que empezáramos a trabajar con ellos. Cuando supe que Concord iba a trabajar con Stax en el primer disco de The Night Sweats, pensé que molaría mucho si saliera. Cuando empecé con esto pensaba que lo que estaba tratando de hacer era una especie de homenaje a Sam And Dave, Otis Redding... Era el sonido que quería, así que
Voy terminando. ¿Me puedes decir qué es The Marigold Project?
Es una fundación a través de la cual recaudamos fondos. Nos centramos en la justicia social, racial y económica, de modo que trabajamos en un rango muy variado de cosas: desde edificios comunitarios para la gente sin hogar, hasta ayudar con la legislación sobre armas en Colorado, más conservación de agua en el Oeste de Estados Unidos…Trabajamos mucho con pequeños granjeros y otras organizaciones que se alinean con nuestras ideas. Hay un grupo de Chicago que me gusta mucho, y unos granjeros de Missouri, cerca de mi ciudad natal (St Louis). Hacemos cosas muy diversas, pero con todas tratamos que las comunidades mejoren. Creo que es algo muy importante ahora porque hemos perdido ese sentimiento comunitario.
¿Vais a girar ahora por Estados Unidos?
De hecho, llevamos girando desde julio, pero todo lo que estamos haciendo ha sido en exteriores y estamos pidiendo prueba de vacuna o test negativo. A mí simplemente me parece que tenemos la responsabilidad de garantizar la seguridad de la gente, independientemente de lo que opinen de la vacuna. Esperamos venir a España y Europa en primavera. Sé que se están empezando a hacer conciertos, pero todo va lento y queremos tocar por aquí todo lo que podamos, en vez de venir tres veces. No creo que podamos hacer festivales porque muchos de ellos se han retrasado dos años, y muchas de las bandas que iban a tocar entonces van a tocar ahora. Los carteles están repletos.
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