Después de un segundo álbum, una separación, una reunificación y un tercer disco, presentan “Nothing But A Bad Day” (GP Records, 09), un cuarto trabajo recién salido del horno con cambio de guitarrista, de productor y de sello. “Lo del cambio de sello básicamente fue por la necesidad de tener a alguien que nos representara, que nos buscase conciertos. Es algo para lo que nosotros nunca hemos servido (somos un puto desastre)”, nos cuenta Iñigo (guitarrista). El resultado es un álbum que destila rock de barrica, en el que se quedan con su parte más clásica y rockera. “Cada vez sonamos más a bloque. Creo que nunca hemos estado tan cerca de lo que, personalmente, siempre he querido que fuera un disco de The Hot Dogs! Para mí, es lo mejor que hemos hecho”. Está claro que la experiencia es un grado; lo deja claro Uri (batería). “Antes, a lo mejor no mirábamos tanto el sonido ni que estuviera técnicamente perfecto, sin embargo, es difícil conseguir la frescura del primero. Siempre hay una exigencia mayor por parte de cada uno en cada disco y eso se nota”. Así, los objetivos de la banda se han basado en reunir canciones más rítmicas y ganar en frescura, para lo que se han decantado por grabar el bajo, batería y guitarras rítmicas en directo. “Ya teníamos unos cuantos temas y encajaban con esa idea. En cuanto al sonido, queríamos recuperar un poco la crudeza que en realidad tiene nuestro directo. Nunca me quedo conforme con el sonido, siempre pienso que puede sonar más agresivo y más alto. Este disco es el que mejor refleja nuestro sonido, lo que realmente queremos transmitir: fuerza y chulería”.
I'm imsedpsre. You've really raised the bar with that.