Aún estamos en pleno proceso de digestión del proyecto que lideró junto
a Mariona Aupí, Santa N, y Carlos Ann vuelve a las andadas con el que según él
ha sido el álbum más dificultoso de redondear en toda su carrera, “El tigre del Congrés”. “Hasta la fecha siempre había realizado
discos con formaciones más convencionales. Pero cuando trabajas sólo con dos
guitarras y voz, mostrar la máxima desnudez es muy complicado”. Registrado
en el D.F. en los célebres Estudios Musart (“tal como se hacía por allá los años cuarenta, con un sonido puro sin
ningún tipo de maquillaje”), el último trabajo del barcelonés tiene un
notable regusto a bolero trasnochado, dada la herencia de su familia. “Desde que era pequeño recuerdo que en mi
casa sonaban muchos boleros y tangos. Es un estilo que siempre me ha
apasionado, y es lógico que la gente piense esto inducida por la guitarra de
Juan Carlos Allende”. El guitarrista que acompaña habitualmente a Chavela
Vargas ha sido el mejor escudero de Ann durante el parto de este disco. “Estaba junto a Mariona Aupí en el último
concierto que Chavela hizo en Barcelona y salté al escenario como un hooligan.
Me acerqué a Allende y le dije que teníamos que trabajar juntos. Él se asustó
al principio, lógicamente. Sin embargo me cogió del brazo y me comentó que no
me apartara de su lado. Así empezó todo. Hace dos semanas, me confesó que en
aquel momento le parecí un loco. Juan Carlos es el mejor guitarrista en la
actualidad de la canción latinoamericana, un iluminado. Por ello ha sido un
placer estar junto a él”. ¿La contención vocal que se desprende en estos
trece temas fue premeditada? “El álbum
lo requería. Cuando tocas con dos guitarras te escuchas muy bien y los excesos
vocales están fuera de madre”.
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