Música no apta para las masas
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Música no apta para las masas

Marcos Arenas — 18-02-2003
Fotografía — Archivo

¿Podrías explicarnos qué es Covenant?
Covenant es actualmente muchas cosas (risas). Somos, por supuesto, una banda electrónica de Suecia, llevamos juntos diez años... Mierda, ¿qué más puedo decir?

¿Cómo os sentís cuando se os clasifica como una banda gótica?
Puedo entender de donde viene esto. Hay una parte gótica en nuestra música, cada vez menor trabajo tras trabajo. Cuando empezamos la parte gótica era muy fuerte, a pesar de ser una banda de gran contenido electrónico e industrial. Creo que nuestras letras en especial son muy al estilo gótico. Otro de los factores es el hecho de que comenzamos en un sello de música gótica. Cuando eres joven intentas copias lo que más te gusta. Cuando empezamos, allá por el 86, el gótico estaba en su esplendor y tal vez de ahí viene ese punto oscuro.

Diría que las partes vocales quizás sean lo que más os diferencia de todo el movimiento electro y electroclash que invade Europa.
Para nosotros, hacer música es coger lo mejor de toda la música que te rodea y llevarlo a nuestro propio terreno. Puede que por eso podamos llegar a esa extraña combinación que es nuestra música, una mezcla entre lo nuevo y la old school que puede llegar a sonar única.

La evolución musical de Covenant ha sido muy lógica a lo largo de los años. En vuestros inicios se os comparaba con bandas al estilo Front 242, mientras que actualmente vuestro sonido no dista del electropop más actual.
Creo que esto es así porque nos gusta todo tipo de música. Siempre estamos intentando encontrar un nuevo sonido porque lo que hace dos años estaba bien tal vez ahora puede sonar repetitivo. Cuando empezamos nos impusimos tres principios inquebrantables: la banda la formaríamos nosotros tres, que siempre haríamos música cantada y que siempre intentaríamos buscar nuevos sonidos para el grupo. Es por ello que, cuando nos pusimos a hacer un nuevo trabajo, intentamos hacerlo totalmente distinto al anterior. Por un lado, esto es algo que se está convirtiendo en algo más complicado día a día, pero cuando lo consigues te reporta una satisfacción muy especial.

Se os considera uno de los creadores del sonido future pop, una de las etiquetas que ha revolucionado las listas alternativas alemanas.
Bueno, cuando hicimos el álbum “Sequencer” (96) no había muchas bandas que sonaran de esa manera. Tal vez sólo Lassigue Bendthaus y algunas pocas más investigaban en realizar conexiones entre el techno y la dance music. Ronan Harris de VNV Nation era un gran fan de nuestro disco e hizo “Praise The Fallen”. Sabíamos que escuchaba el mismo tipo de música que nosotros, electronic body music antigua y electro-pop. Tal vez era cosa de la edad, no lo sé. Cuando escuchamos la demo del disco de Ronan supimos que esa era la música que nosotros queríamos hacer en ese momento. Por otro lado estaba Stephan Groth de Apoptygma Berzerk haciendo prácticamente lo mismo en Noruega. Se establecieron unos lazos comunes entre nuestras bandas y, tal vez inconscientemente, nos identificamos unos con otros. Creo el término se le ocurrió a Ronan de forma natural, ya que no existía un término que reflejara bien nuestro trabajo. En nuestra música había elementos de EBM, pero no éramos una banda de ese estilo. En nuestra música había muchas cosas más combinadas. Y te digo que fue algo natural porque nuestra intención nunca fue la de crear algo nuevo. Actualmente, y siendo sincero, si yo tuviera que nombrar a alguien que reflejara lo que para mí es el future pop nombraría a Miss Kittin.

¿Creéis que el resurgimiento del sonido de los ochenta os puede resultar beneficioso de alguna forma?
Sí y no. Es bueno para nosotros que exista un interés por la música electrónica que no sea sólo música de baile. Creo que electroclash es música de baile a la vez que es música pop. Es una música feliz para entretener y me gusta mucho. En ese sentido es bueno, pero nuestra música es muy diferente en lo que a sentimientos y emociones que desprende se refiere. El electroclash está en su mayoría basado en la parte más naïf de los ochenta y nosotros nunca hemos tomado ese sonido como referencia. Es posible que sea bueno para nosotros porque así la gente puede abrirse de mente y descubrirnos. Nuestro tema “We Want Revolution” tiene un poco de ese sonido, por lo menos de cuando empezamos a descubrirlo. Recuerdo cuando hicimos el tour de ´Europa´ en el 98, tratamos de tener a Dj Hell como técnico de sonido, pero ya era demasiado famoso para venir con nosotros (risas).

¿Qué tal ha sido trabajar con Jacob Hellner, productor de Rammstein y Clawfinger?
Cuando firmamos por Ka2, filial de Sony, teníamos claro que queríamos hacer algo distinto con nuestra música. Habría sido más complicado si hubiésemos intentado hacerlos nosotros solos. En ´United States Of Mind´ encontramos el sonido que se ajustaba perfectamente a lo que éramos entonces y ganamos mucha autoconfianza para hacer canciones ´normales´. Es algo extraño, pero para nosotros es extraño hacer música ´normal´, nos sentimos muy experimentales. La música que hacemos no deja de ser muy underground y hacer algo que la gente está habituada a escuchar normalmente es un gran problema para nosotros. Nos sentíamos felices con el resultado del anterior álbum, pero buscamos la ayuda de un productor que nos ayudara a ´experimentar´ haciendo canciones normales. Sony tiene mucho dinero y pasamos una lista de productores como Brian Eno, Flood... nombres imposibles (risas), los productores más caros del planeta. Ellos sugirieron a Jacob Hellner y nosotros pensamos: ´¿Rammstein?´. No me gustan, pero me gustan sus directos porque son fantásticos y creíbles. Jacob produjo también a Clawfinger que creo que hace diez años eran una banda muy interesante. Leímos el currículum de Jacob y vimos que había producido cosas interesantes como The Flesh Quartet, un cuarteto de música clásica acompañados por un Dj y uno de los mejores cantantes de Suecia que tiene una pinta de icono gótico de los ochenta. Imagínate todo eso junto, aunque es casi imposible. Pues Jacob Hellner produjo todos sus discos y yo los tengo todos porque son muy buenos. Eso fue lo que nos hizo pensar que él era el productor idóneo. Tuvimos una entrevista, escuchó los temas y nos dijo que tal vez podría hacer algo con ello. En un segundo encuentro nos pasamos todo el día hablando de música. Tenía ideas muy interesantes y además es una persona corriente que no se lo tiene creído, no tiene el ego subido, como suele ocurrir con los productores afamados que han producido discos que han vendido diez millones de copias. Tener tanto éxito y mantener esa actitud relajada es inusual, así que pensamos que era el mejor tipo con el que trabajar. Además es sueco como nosotros y eso facilita las cosas. Estoy muy feliz de haber trabajado durante seis meses con él en el estudio, porque ha sido una de las mejores épocas de mi vida.

Escuchando algunos temas del nuevo álbum como “Invisible & Silent” o “Bulley”, se os podría comparar con Depeche Mode, símil que no había aparecido en toda vuestra carrera.
Nunca intentamos buscar esa comparación. Mucha gente nos lo ha comentado y pensando en ello creo que tal vez la conexión viene de trabajar con Jacob Hellner. Las demos de esos temas son muy distintas, muy electrónicas. Quizás la técnica de producción y la estructura de algunos temas sean muy ´depecheras´, pero nunca intentamos que fuera así. Depeche Mode nunca han significado algo especial para mí. El último trabajo suyo que compré fue “Some Great Reward”, en 1985 creo. Eskil sí que les escucha más. De todas formas, creo que es casi imposible no entrar en dominios de Depeche Mode cuando haces pop electrónico, porque ellos han hecho casi de todo dentro del estilo. Cualquier canción que intentes hacer de pop electrónico, tarde o temprano va a llevarte a Depeche Mode. Sabes, ellos hicieron

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