"Los discos son un golpe en la mesa"
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"Los discos son un golpe en la mesa"

Oriol Rodríguez — 25-05-2015
Fotografía — Rafa Castells

Los barceloneses Mujeres acaban de ampliar su nómina discográfica con “Marathon” (Canada, 15). Adalides del rock de garaje en nuestro país, el cuarteto no deja de darle al pedal del fuzz pero buscando con más insistencia que nunca los dos minutos y medio de sublimación melódica.

Desde que debutaron con una maqueta que revolucionó la escena underground barcelonesa, la carrera de Mujeres ha sido una aventura de largo recorrido que les ha llevado, años más tarde, a firmar su mejor trabajo hasta la fecha. “Seguramente es el disco menos clásico que hayamos publicado nunca”, admite Yago Alcover, guitarra y voz de Mujeres, cuarteto barcelonés que completan Martí Gallén (guitarra y voces), Pol Rodellar (bajo) y Aitor Bigas (batería). “Como mínimo, el que menos se acerca a los años sesenta”. Ineludibles del sótano musical de la capital catalana (con una parroquia de fieles que no deja de crecer más allá de nuestros límites), se presentaron en sociedad de forma oficial con el homónimo (y muy notable) “Mujeres” (Sones, 09). Pasión por el garaje, propensión por apretar el pedal fuzz que volvieron a evidenciar en el posterior y no menos recomendable “Soft Gems” (Sones, 12). Tres años después, Mujeres se reivindican una vez más con este “Marathon”. “De algún modo, este disco es el primero que tiene una voluntad lírica, un cierto discurso, y el concepto del maratón refleja bastante bien esa idea”. El caso es que todo eso lo resumen en poco más de media hora de melodías revigorizantes, un resultado que muy posiblemente suponga el mejor disco del cuarteto hasta la fecha. “Llevamos ya una temporada juntos y la verdad es que este álbum lo hemos sudado”, destaca Alcover remarcando que, de los tres trabajos largos que han grabado, “Marathon” ha sido, de lejos, el más exigente tanto compositivamente como en su proceso de grabación. “Teníamos fe ciega en el repertorio y también en el trabajo que llevamos a cabo en el estudio, mucho más consciente y elaborado que en ocasiones anteriores. Tal vez es el disco más colectivo, más de todos, que hemos podido hacer, el más unitario”.

“Solemos trabajar de forma muy intuitiva, pero cuando llegas a ese momento en que surge una melodía redonda, la sensación es muy especial”, subrayan. Y es que estamos ante un disco más melódico en el que Mujeres combinan nuevamente las formas del rock de garaje de reminiscencias sesenta, el punk de Buzzcocks y The Undertones, además de ciertos flirteos con el C86. A eso hay que sumarle una producción más luminosa y detallista que en sus pasos previos. Temas como “Lose Control”, “Feels Dead”, “I Wonder”, “Uncertain Glory” o “She Brough The Darkness” destacan como el paradigma de aquellos dos minutos y medio de gloria armónica, instantes de sublimación melódica adictiva como el porno en Internet. “Para nosotros la melodía siempre ha sido importante, pero el cambio más grande en este disco ha sido la forma en que ha sido hecho”, descubre Alcover. “Durante mucho tiempo hemos partido de una idea que el tiempo nos ha demostrado errónea”. Hasta ahora Mujeres grababan siempre en directo por aquella teoría que dice que un grupo tocando al unísono al estudio conseguía mantener la energía del directo. “Es imposible. Una estupidez supina. Más allá de su perdurabilidad, los discos tienen un idioma distinto al de los conciertos. Los discos son un golpe en la mesa, tu propuesta sonora. Grabar por pistas nos ha permitido poder moldear todo mucho mejor, ser mucho más precisos. Nos alegra que el disco se perciba así, porque este era un objetivo esencial para nosotros”.

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