Identidad que les lleva, como bien sabemos, al pop de guitarras luminosas que mira tanto a los sesenta como a las reinterpretaciones punk y garaje que tantos artistas ilustres han hecho de aquel sonido. Sólo que esta vez se han dado margen para aventurarse en terrenos insospechados.
Nos vemos en persona en las nuevas oficinas de Sonido Muchacho, donde unos encantadores Arnau, Pol y Yago están de promoción con su mejor sonrisa. Con la que ha llovido en estos últimos años, se muestran felices de tener un álbum muy especial en el que aseguran haberlo volcado todo, y que les ha deparado sorpresas. Aseguran que el apoyo de Sonido Muchacho ha sido crucial.
Arnau sostiene que de otros discos pueden llegar a cansarse en la furgoneta, pero no de éste, con sus oscilaciones de tempo, estilo, sonido y ánimo, que lo convierten en su trabajo más ambicioso y personal.
El trío quiso resarcirse del bajón que supuso la cancelación en el Canela Party de 2022 por la lesión de Yago, pero la peligrosa tormenta de viento que truncó parcialmente la jornada del sábado se interpuso a mitad de su bolo.
¿Cómo fue la cancelación en el Canela? Supongo que fue un momento desagradable.
(Yago) Sí. Además, es que era un concierto que nos apetecía mucho. El año anterior se tuvo que cancelar porque yo tuve una lesión que me tuvo mucho tiempo fuera. Era un concierto muy deseado, de un año para otro, y significaba quitarse una espinita, porque en el anterior hicimos la prueba de sonido y me tuvieron que ingresar. Era como superar aquello. La verdad es que el corte fue un poco dramático, pero no estuvimos cómodos en ningún momento.
(Pol) Cuando subimos, la ráfaga de viento ya estaba a tope. También íbamos con los disfraces de cabezas gigantes, con mucha superficie, y con la ventolera éramos como veleros…yo no estuve muy pendiente ni del concierto ni de la gente, estaba mirando cómo se movían las luces y todo, y pensaba: “Hostia, no estoy tranquilo…”. Cuando dijeron “parad”, evidentemente es un golpe duro y te jode, pero en el fondo era como “estamos salvados” (risas).
“Hemos crecido mucho en cerrar las canciones, en trabajar los detalles”
Bueno, pasemos a hablar de cosas agradables. Además del título lo que más me llama la atención es que es un disco doble con diecisiete canciones, y no os asociaba mucho a esa idea.
(Pol) Es un disco doble, sí, no es que hayamos hecho un disco normal con doce o trece canciones a 45 rpm…no, son diecisiete temas. La historia del disco empieza con que íbamos a hacer un LP más al uso de diez o doce temas, quizá trece, porque teníamos algunos más distintos de lo que acostumbramos a hacer normalmente, y los queríamos poner. Pero sobre todo teníamos la idea de promocionar el disco a la vieja usanza, sacando tres o cuatro singles durante el año, y en las caras B meter temas que fueran un poco como experimentos o maquetas. Un campo para probar cosas con las que no se relaciona al grupo normalmente. Hay algunas canciones grabadas con cinta, otras que la base es un teclado en vez de guitarra, algunas que no tienen casi batería…entonces, cuando tuvimos todo grabado vimos que como tracklist entero hacía que el disco pasara por distintos sitios, que no fuera un “churro de caña”. Así que nos dijimos “vamos a probar a hacerlo largo”. No fue casual, sino que nos encontramos la tira de temas. Y muchos son temas de dos minutos, no es tan largo.
(Arnau) Yo creo que hay que recalcar también todo el apoyo del sello: que cuando escucharon todas las canciones nos dijeron: “nos gustan todas”. Siempre te da un poco de vértigo proponer un doble disco. No hay muchos grupos de nuestro estilo que los hagan, quizá Triángulo (de amor Bizarro). Tener un apoyo de toda la gente que te dice que está bien así, y que va siendo hora de cambiar, nos facilitó ese punto de mostrar todo lo que tienes. Y te ayuda, como ha dicho Pol, a que el disco no sea un tubo de canciones cañeras o que, como pasa a veces, te falte algo. De esta manera pudimos trabajar bastante bien el orden y yo creo que para ser el disco más largo que hemos hecho, se pasa muy rápido. Más que otros discos más cortos.
(Yago) Para acabar con el título, yo insistiría en la idea de generosidad. Hay algo en este disco como de vaciarse: venimos de un lugar potente, han pasado cosas, y habla de muchas que tienen que ver con cambios, golpes y cómo encajar esas situaciones que no siempre son sencillas. Yo lo leo así. De ahí esa idea de “Desde flores y entrañas”.
¿La variedad de tonos fue algo deliberado que os planteasteis desde el principio o se hizo por el camino?
(Yago) Un poco una combinación. Hay una voluntad de variedad, de probar cosas distintas y de hacer lo que iban a ser las caras B, de grabar de forma diferente y de cierto gusto por cosas que igual no eran necesariamente de alta fidelidad o no estaban acabadas. Conjugar canciones muy bien empacadas con otras que eran más bien como esbozos, casi como errores, fallos, “intermissions”. Pero luego yo me he llevado muchas sorpresas en el proceso. Por ejemplo, las voces -y lo recalco mucho porque me di cuenta prácticamente escuchando el disco- tienen un montón de registros diferentes. En otros discos nuestros era un poco A-B-C. Sota, caballo y rey. Esto es el grupo, esto está más gritado, y esto menos, pero son más planos. Aquí veo muchas capas diferentes.
En cuanto a las letras, he encontrado bastante desamor o desencanto. Supongo que esto tiene que ver con lo que sucede en la vida, o quizá también con lo que hemos vivido en estos años.
(Pol) Como somos una banda de rock and roll, siempre hemos cogido esa idea básica de la canción rock de los 50, destinada a un público adolescente, que habla de amor. Ese desamor puede ser entre personas, pero también puede ser con la vida o con una tragedia que haya pasado. El disco está lleno de distintos golpes que te dejan marcas y moratones, con los que aprendes a convivir. Es un poco la asimilación de estos moratones.
(Yago) Ayer no lo dijimos mucho, pero cuando lo estábamos escribiendo -porque lo escribimos de forma conjunta, vamos arrojando ideas y luego vamos conjugando ciertas cosas y pactamos temas- hablamos mucho de “los problemas”. En el disco aparece mucho la palabra “problema” y plantea cómo afrontar soluciones, asumir las derrotas. Y sí, está el desamor como tema, pero luego hay otras cosas. Cuando hablamos de reparar, tal vez no es sólo reparar una relación.
(Pol) Lo que dice él de que lo hacemos conjuntamente es muy literal. Tenemos un Google Drive con un documento y ahí vamos soltando frases, nombres de canciones, conceptos que pueden terminar siendo el nombre del disco, letras, estribillos. A partir de eso, vamos creando las canciones.
“Nos da la impresión de que es nuestro disco menos retro”
¿La música también la trabajáis así?
(Pol) La música sobre todo la improvisamos en el local.
(Yago) O partes que se componen y luego conjugamos estrofas y estribillos. Con la segunda canción del disco, “Se avecina una herida”, Pol hizo literalmente un collage. Al final hay una especie de puente y una coda, y no la sacábamos, no había manera de acabarla. Sólo teníamos dos partes, A y B, y veíamos que no iba a ningún lugar. Al principio no entendíamos lo que quería hacer Pol, pero la montó. Y melódicamente la construimos como tarareando. Las letras y los títulos vienen al final.
(Pol) En el archivo vimos que se repetía mucho la palabra “problema” (risas).
Tengo curiosidad por saber cómo encarasteis la grabación. Antes decíais que habéis probado técnicas distintas.
(Arnau) Los anteriores discos en castellano los grabamos con Sergio Pérez. Hubo un EP que grabamos con Carlos (Nombela) y para éste queríamos probar otro productor, y estaba todo agendado para bajar a Andalucía a grabar con Paco Loco. Cuando Yago se lesionó tuvimos que cancelar. Al final, vimos que lo más sensato y razonable era grabar en Barcelona, en nuestra casa, por si había cualquier problema o incluso por la comodidad de estar cerca de la familia. Entonces lo que hicimos fue reservar más días, dos semanas. Lo que hemos buscado es más limpieza, más claridad, que todo se escuche. La voz está súper limpia, los registros se entienden súper bien -incluso los temas que están cantados de forma más suave-. La batería, igual, es la vez en que está más limpia y estructurada. Hemos tratado de limpiar el sonido, y creo que con la ayuda de Sergio, hemos conseguido sonar lo más cercano a como lo teníamos en la cabeza.
(Pol) Yago se trajo un Tascam de cuatro pistas que teníamos desde hace tiempo, y con el que queríamos hacer cosas. Y con él y Sergio grabamos cosas. Cambiamos la configuración de batería, la reducimos a dos micros, y hay un par de pistas con esa configuración de batería y algunas van directamente por línea (el teclado). Ésa era la intención de las caras B: tienes un hit que suena potente, los giras, y te encuentras con una cosa que tiene otra sonoridad. Eso es lo que hace que el disco pueda parecer más distinto y variado.
Pero cuando grabáis, ¿vuestra idea es capturar la energía del directo o no tanto?
(Yago) Para nosotros grabar ha sido un proceso largo. Empezamos siendo un grupo muy de directo, que quería grabar los discos en vivo. No teníamos muy claro, yo creo, lo que era grabar, y creo que hemos ido aprendiendo a grabar a lo largo de los años: cada vez lo hacemos un poquito mejor. No éramos muy conscientes de las labores de producción, ni de las posibilidades del estudio. Hemos ido madurando un montón en este sentido, y en este disco hay mucho curro. Hubo más tiempo. No somos un grupo muy dado a improvisar en el estudio, todo llegaba muy cerrado. En los primeros tres discos se hacía lo que se tenía que hacer y ya está.
Desde “Un sentimiento importante” y “Romance romántico” empezamos a improvisar un poco, a tomar decisiones sobre la marcha, y no creo que en este disco la idea sea ser fieles al directo, más que desarrollarnos creativamente: grabar las baterías de formas diferentes, olvidarte de la fidelidad al directo en el sentido de ampliar la orquestación: hay teclados, guitarras dobladas de una manera que es imposible tocar, usar una guitarra de doce cuerdas y una de seis en el mismo tema...es imposible, porque sólo toco yo. Podríamos llevar una guitarra con dos mástiles, pero imagínate el panorama (risas).
Por cierto, las líneas de bajo son brutales. No se oía algo así desde Kortatu, ¿no?
(Todos se ríen)
(Yago) Joder, buen referente, “Sarri Sarri”... Pero sí, por ejemplo, Pol grabó con dos bajos distintos, cosa que no habíamos hecho nunca.
(Arnau) Me parece curioso recalcar que solemos tocar las canciones el doble de rápidas que en el disco. Creo que en este disco hemos medido muy bien la velocidad, y hay canciones que no puedo tocar más rápido. Creo que es algo positivo: hay veces que escuchamos temas antiguos y nos parecen muy lentos.
(Yago) Es que esta vez hemos hecho maquetas.
(Arnau) Por el tema de la lesión también hemos tenido mucho tiempo para ensayar y machacar las canciones, acostumbrarte a mover la velocidad hasta que encuentras el punto.
(Pol) Otras veces yo no tenía claras las líneas de bajo. Y las letras tampoco estaban claras del todo. En este disco todo el trabajo estaba hecho, y nos hemos podido centrar en arreglos, sonidos y otras cosas.
“Cuando empezamos no éramos conscientes de las labores de producción ni de las posibilidades del estudio”
Para mí, “No puedo más” encapsula bastante el espíritu del disco.
(Pol) Bueno, a nivel temático, ésta quizá viene más de “Siento muerte”. Aquel era un disco que tenía ese punto de estallar de una incomodidad, de querer superar un problema a base de una evasión o algo así. Quizá va más en esa línea, mientras el resto intentan abrazar los golpes que te caen en la vida, saber que forman parte de ti y vivir con ellos. Salió de un riff de guitarra de Yago. Y bastante al principio.
(Yago) Acabamos como uniendo dos canciones. Teníamos bastante claro que sería un single, desde el principio. Es una canción muy directa compuesta en una tarde.
(Pol) Y tiene los elementos de Mujeres: un estribillo muy claro, una coda final que se repite.
Se asocia mucho lo que hacéis al pop sesentero, pero en este disco, por lo que sea, encuentro cosas -ritmos, melodías- como más de los cincuenta. ¿Lo veis así?
(Yago) Esas influencias siempre han estado ahí, en los fundamentos del grupo: el garaje americano de aquella época, luego fuimos progresando hacia el pop. Pero siempre hemos tenido esa cosa un poco retro. Aún así, siempre decimos que este disco nos da la impresión de ser el menos retro. Lo vemos más abiertamente pop, y va hacia diferentes direcciones. Pero yo qué sé, también hay destellos de la Velvet (Underground)… y más cosas, no sabría decirte.
Bueno, incluso The Jesus and Mary Chain: “Estallido sin cambio” me ha evocado a ese grupo. Y ellos bebían de todo aquello.
(Yago). Sí, y de Spector. Creo que todo eso sigue estando muy presente melódicamente y en algunas ideas de sonido y de producción: ritmos de batería, el uso de reverb, las voces muy dobladas…”Diciendo que me quieres”, que estrenamos como single ayer, es la canción más retro del disco, pero no lo vemos tan retro. Me llama la atención lo que dices, le daré una vuelta.
(Pol) Es también por el castellano, te vas rápido a Los Brincos y a todo esto. Lo sabemos perfectamente. Pero las vueltas de acordes también miran a los 50 y a los cantantes crooners, Cochran y todo esto.
Se os ve cómodos también con las canciones más lentas. ¿Cómo las afrontasteis?
(Pol) Siempre queremos que en cada disco haya una baladita. En éste, como teníamos tanto tiempo para meter canciones, hemos puesto como cuatro. Nos encanta improvisar en el local sobre bases de canciones más lentas. Y nos encanta que un disco, de garaje, de hardcore o de lo que sea, de repente, te meta al final o en alguna parte alguna baladita. Te muestra una parte del grupo poco habitual, y eso mola mucho. Ver que la banda tiene esa capacidad, que no se enquista en un sonido o un repertorio, mola también.
(Arnau) También es curioso que muchas veces los grupos, y nos incluyo, ponemos el tema lento al final. Aquí las hemos puesto al final de cada LP y en medio. Creo que cada vez nos atrevemos más a hacer lo que nos apetece. Si un tema tiene que llevar teclado y el siguiente también, lo hacemos. Antes nos daba un poco de miedo, pero a base de hacer canciones tú mismo te obligas a salir de esa cajita.
Al fin y al cabo, el aburrimiento es lo más peligroso dentro de un grupo.
(Pol) Sí, con este cambio de registro nos hemos permitido hacer una canción sin batería, con la base de un bajo arpegiado. Nunca habíamos hecho algo así.
(Yago) Es precisamente por no enquistarnos dentro del mismo proceso, y como tuvimos tanto tiempo con el disco, le dimos muchas vueltas. Con todo el equipo ahí armado, ¿y ahora qué? Estaba pensando en la primera versión que hicimos de “Si piensas en mí”, que era una improvisación de diez minutos.
Ahí sacáis un lado más rockero.
(Yago) Total. Pues fíjate, la primera versión es una improvisación de diez minutos con una base de ritmos de un teclado, una cosa espacial como “krautera”. Y era súper lenta, como una canción de Suicide. Buscábamos esa fórmula de los 50 pero pasando por la batidora de Suicide, temas lentos de David Lynch y Badalamenti -en la última canción se ve eso-. Pero en este caso acabamos en ese lado más rock. Era otra canción que apuntaba a single. Estamos muy orgullosos de ella, porque tiene una intro de casi un minuto, algo que no solíamos hacer. Creo que hemos crecido mucho en cerrar las canciones, en trabajar los detalles. Tiene ciertas cosas que no solíamos hacer.
Presentáis el disco en Barcelona y Madrid de una manera atípica y especial. ¿Qué es el Club de los Sentimientos?
(Arnau) Es como un antiguo club de fans, de amigos, con el que ofrecemos cosas: emails con maquetas, sorteos...La idea, en este caso, es hacer una especie de charla-concierto acústico. Igual ponemos vinilos, habrá vermut…no es un concierto al uso. Todo viene de la pandemia, cuando hicimos un concierto en la sala Zowie y como todo el mundo tenía que estar sentado, decidimos hacer algo un poco especial. Pusimos una mesita con patatas, olivas y tal. Íbamos hablando, pasamos un menú de canciones para que la gente fuera eligiendo. Queremos hacer algo parecido y estamos terminando de ver qué hacemos. Es algo especial.
(Pol) Como una conversación con el público, que nos hagan preguntas. Y explicarles un poco.
(Yago) Se trata de resumir las acciones del Club -ha habido un consultorio y diversas acciones de cada single- y aprovechar esto como excusa para tocar interactuando con el público cambiando las canciones. Y abrir un poco el melón de contar el disco a la gente a partir de ese diálogo. Todo sirve para presentar bien el Club, pero es una manera distinta de presentar el disco.
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