La entrevista empieza con una frase muy reveladora. “Con los discos, la aventura empieza cuando salen, porque el sentido natural de las canciones es llevarlas al directo”. Una aventura que empezará el 10 de octubre en Guadalajara, en México, para luego recorrer toda Latinoamérica hasta enero. A continuación llegará la gira por España, de la que, asegura, solamente se ha anunciado “una parte. Lo afronto con muchas ganas porque al final es montar temas nuevos, que siempre es motivador. Llevamos años dándole vueltas al mismo repertorio y ya había ganas de cambiar un poco el formato de la banda”, confiesa.
El artista murciano ha pasado por los micrófonos de Mondo Sonoro en diversas ocasiones. La última fue hace más de tres años y, desde entonces, han cambiado muchas cosas. Para empezar ya no trabaja con Warner, sino que trabaja con Altafonte. Al respecto, asegura que “el mimo que se le puede dar a un disco es mayor cuando los equipos son más pequeños, cuando hablamos de una compañía que no saca tantas referencias al año”. Un mimo que, además, le permite una independencia sin la que, muy probablemente, “Sinvergüenza” no sería el álbum que es. El disco arranca certero con el primer verso de “Como es”, que reza: “Yo no lo tengo todo tan estudiado, no vine a hacer contactos, yo vine aquí a disfrutar”. Un disparo que ataca “ya no solo al mundo de la música, sino al mundo en general [...] Vivimos en un mundo en el que la imagen lo ha cubierto todo. El envoltorio pasa a ser más importante que el contenido. Al final está bajando mucho el nivel” a falta de “buenos referentes musicales”. Aunque considera que otro problema importante es que “las canciones hoy en día tienen un recorrido muy corto. Aunque un tema tenga éxito, al año siguiente ya nadie se acuerda de él”.
"Los que nos movemos en el mundo de la música sabemos que la mitad somos yonkis"
En ese sentido, es interesante preguntarse cómo alguien como Muerdo sobrevive en una industria voraz y siempre acelerada. Al plantearle la duda, responde risueño: “Tú lo has dicho, sobrevivo, que ya es mucho. Sobrevivo gracias a la gente que me escucha y valora lo que hago”. En su libertad, a Muerdo le importa poco lo que ocurre más allá de su alcance. “Lo de ir a mi bola me ha valido el dormir muy tranquilo por las noches. No sé puede agradar a todo el mundo”, sentencia.
El que el disco se titule “Sinvergüenza” no es casual. Muerdo se quita el manto del pudor y en estas canciones nos habla de todo. Escribe y canta sobre la realidad en Madrid y sus noches, sobre los desamores o las drogas, y todo con una sinceridad que sobreuela las canciones a lo largo de todo el disco. Pero también hay hueco para la nostalgia y la ternura.“Ardiendo”; por ejemplo, habla sobre su llegada a Madrid en un momento concreto en el que pudo conectar con “toda una generación. Éramos un montón de locos que nos habíamos nutrido en el mundo de la canción de autor y que nos movíamos por Lavapiés, por la Latina, por el Libertad 8, el Búho Real...”. Parapetándose en esa ternura que acabamos de citar, Muerdo trata en “Mamita Linda” la vida, la droga y las adicciones.”Es un tema del que poca gente habla y, al final, los que nos movemos en el mundo de la música sabemos que la mitad somos yonkis. Y es necesario que hablemos de todo”, reclama, consciente de su propia responsabilidad a la hora de tratar unos temas u otros en sus composiciones.
En cuanto a la parte musical, de buena parte de la fusión entre “la sonoridad del Caribe, de lo afrolatino y de los sonidos mediterráneos” que nos encontramos en “Sinvergüenza” es culpable Fernando Illán –ganador de dos Grammys Latinos–, con quien tiene “mucha química tanto personal como musical. Yo hice un trabajo de preproducción y él a respetado todo por lo que se refiere a estructuras, armonías... Pero luego las ha vestido de una manera muy sutil, con unos trajes que favorecen mucho a los temas”, explica, visiblemente feliz por haber trabajado con él.
"El día que lo haga por business lo dejaré"
La culpa de esta fusión reside, en gran parte, en la producción de Fernando Illán —ganador de dos Grammys Latinos—, con quien tiene “mucha química personal y musical”. “Yo hice un trabajo de preproducción y él ha respetado todo a nivel de estructuras, armonías… Y luego las ha vestido de una manera muy sutil, pero con unos trajes que favorecen mucho a los temas”, explica, feliz de haber trabajado con el productor. Además, de él obtuvo también “el gran equipo de músicos de primerísimo nivel con el que trabaja habitualmente, que son quienes han grabado el disco”. Aporta también un matiz especial la colaboración de Elíades Ochoa en la canción “Sin Vergüenza”, a quien reconoce “un acto de generosidad brutal”.
El álbum es, además, garante del cambio en la filosofía y las letras de Muerdo. “Sin Vergüenza” acaba con “Todo Está Bien”, una balada repleta de matices, esperanzadora, pero también amarga: una carta para sus cinco sobrinos que asegura que “todo está bien” y que “la vida se trata simplemente de intentar mejorar como ser humano”. “La vida no es tan importante… Nada es tan importante”, asevera.
Acabamos nuestra charla como empezó: con honestidad. Pero, tras escucharle hablar, parece que afronto la semana de otra forma. Sobre el futuro de su carrera, muestra la duda como un punto fuerte. “Seguiré haciendo canciones con honestidad, seguiré nutriéndome de músicas, investigando en diferentes folklores… El día que lo haga por business lo dejaré, porque cualquier otro negocio que no sea la música seguro que me va a dejar más pasta”, concluye entre risas.
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