Mudando la piel

Con su anterior disco, el doble y algo desigual “Entre raíces y antenas”, Dani Macaco era consciente de que cerraba una etapa creativa. Ahora con el flamante “Ingravitto” (Emi/Mundozurdo) este barcelonés abre una nueva vía centrada más que nunca en el poder melódico de sus canciones, situándose por primera vez más allá de cualquier etiqueta.

Los ingredientes de siempre siguen estando ahí (soul, rumba, latin, ragga, funk, hip hop), unos ingredientes que han sido comunes a un buen puñado de bandas de la Ciudad Condal y que dio para acuñar hace ya más de un lustro eso tan manido del “sonido mestizo” de Barcelona. Pero más allá de las etiquetas están las canciones y éstas han sido las principales protagonistas del cuarto largo de Macaco. Con la máxima “menos es más” como brújula, su nuevo trabajo suena directo como una bala, sin artificios innecesarios o arreglos exagerados que enturbien el resultado. Todo se ha pensado en favor de la canción y estas se estructuran de forma clásica, como cualquier gema pop que se precie. Estribillos arrebatadores que contagian buen rollo como los de “Con la mano levantá”, “Son Son” “Mama Tierra” o esa bomba en formato single que es “Sideral”. Canciones que parecen haber estado ahí toda la vida y que tan sólo había que grabar.

"Me encantó eso de que si te quieres comunicar te comunicas y si no, pues ni a palos..."

El proceso se ha desarrollado con calma y comodidad en los estudios El Murmullo, situados en el bohemio barrio de Gràcia y propiedad del propio Dani Macaco. Junto a él la inestimable y básica participación de Jules Bikôkô (bajo, guitarras, programación y composición) y Roger Rodes “Ferrero”, el tercer hombre. Juntos dan forma a un dream team que desestimaba cualquier cosa que no tuviera cierta redondez en las formas. De treinta canciones compuestas quedaron las trece de las que se compone el disco. (Dani Macaco) “En este álbum quería encontrar ese color orgánico de la guitarrita que te da mucho calor. Porque si la canción funciona tan sólo con guitarra y voz es que merece la pena, pero a la vez quería que la empujara algún beat fuerte. Por eso lo que sí que trabajamos mucho son los bombos y las cajas, buscando ese sonido que a mí me gusta mucho del hip-hop en el que el bombo y la caja estén secos y que metan. En ese sentido es muy hip hopero. Tiene pegada”. Pegada, gancho y además funcionan como un todo. ¡Por fin! Macaco ha conseguido un disco que se escucha de cabo a rabo y transcurre como un suspiro, un disco en el que las voces están ahí, delante de todo, lanzando ese mensaje a veces vitalista (“Mama Tierra”, “Crece la voz”) y a ratos melancólico (“Somos luz”, “Hilo y aguja”), pero sin esconder en ningún momento su vocación global como demuestra el uso en el disco de hasta cinco idiomas distintos. “Lo de usar diferentes lenguas ha sido un guiño de algo que empezó como una broma. Un colega, a raíz de la letra de ´Sideral´ que habla de la comunicación humana, me pasó una frase que dice: ´aprendamos lenguas, incluso las inexistentes´. Me encantó eso de que si te quieres comunicar te comunicas y si no, pues ni a palos...”. Un afán por llegar y escuchar al prójimo que también se ha visto reflejado en las colaboraciones del álbum. “Cuando estaba haciendo este disco no tenía la intención de meter invitados. Mi idea era la de hacer el disco más Macaco de todos, pero las colaboraciones fueron viniendo poquito a poquito. Por ejemplo ‘Con la mano levanta’ pasó porque me iba a Cuba con el Muñeco (Amparanoia) y con el Juanlu (antiguo bajista de Ojos de Brujo, ahora en Calima) , que era un sueño que teníamos desde los tiempos de la calle Escudellers, pero por culpa del temporal se canceló el vuelo y no pudimos ir, así que nos quedamos en casa de Juanlu y surgió esta canción. ´En crece la voz´ pasó porque Muchachito me dijo que quería que colaborara en su disco desde hacía tiempo y además nos hemos apoyado mucho desde el principio mutuamente. Lo de B-Negâo en ‘Brazil 3000’, fue porque cuando actué en Sao Pablo, él vino al concierto y nos conocimos. A mí siempre me ha gustado mucho su mensaje porque es muy positivo, no es ese rollo ego-tripi y en ese tema pensé que estaría muy bien tener el punto de vista de un brasileño. Además ha hecho un rap que yo considero excelente, con mucho groove. En este tema también está Naçào Zumbi que, para mí, fue la hostia porque es un grupo mítico en Brasil. Después está la Mari de Chambao con quien coincidí en un concierto y me dijo: ´tengo tos tus disco quemaos chavalote’ y cuando estaba haciendo ´Somos luz´ me acordé de ella porque es una persona muy valiente con mucha luz. MS Maiko es una rapera canaria que cuidado con ella porque todavía no tiene disco, y con Caparezza, que es ahora el rapero número uno en Italia. Habíamos coincidido en algún concierto en su país y como me gusta mucho como rima le llamé”.