Mucho que contar
EntrevistasUndershakers

Mucho que contar

Redacción — 30-11-1999
Fotografía — Archivo

En tan sólo cinco años, Undershakers han conseguido todo aquello por lo que un grupo suspira: numerosos conciertos, presencia en festivales, ventas más que aceptables, un público fiel y lo que es más importante, que cada disco sea mejor que el anterior.

«Perfidia» (Subterfuge, 99) es el motivo más reciente para felicitarlas. Pero no será el último. Eso seguro.

El Sol chorrea por las fachadas de la Plaza de Lavapiés, el más castizo de los barrios. Mientras un mendigo sestea en pleno centro de ésta, unos chavales se fuman algo más que las clases sentados en un banco. Cristina -batería- me espera. Lleva una chapa de Sin City Six y una camiseta de los Sonics. Luego llega Lara -hammond- y subimos a su casa. Ahora Undershakers -salvo Sandra, la cantante- viven en Madrid. Se han tirado al barro, apostando por dedicarse íntegramente a la música. Han crecido. «El tiempo pasa; en este disco se tiene que notar que nos han pasado un montón de cosas… nos hemos venido a Madrid a ver qué pasaba. El marchar de casa y tener que arreglártelas tú solo, viviendo muy lejos de tu tierra es un paso importante… bueno, y la edad también influye».

Escuchando «Perfidia», su cuarto disco, uno observa que, efectivamente, las cinco asturianas (faltaron Mar y Alicia, guitarra y bajo, únicas integrantes de Pauline En La Playa) se han hecho mayores. A pesar de que el disco conserva el desparpajo y la energía característica de sus anteriores trabajos («Nigthshow», 96; «Sola Ep», 97 y «Vudú», 98, todos editados por Subterfuge) contiene canciones delicadamente melódicas en las que se ensartan textos no tan optimistas como uno podría esperar. No hay tormento, no me malinterpreten, pero sí cierta nostalgia y un ápice de tristeza.«Sí, las canciones son más lentas… aunque no son tampoco estrictamente tristes, me parecen más enfocadas hacia el afán de superación. Y nos gusta que digas eso, porque si sigues haciendo canciones cortas, tocadas muy deprisa conforme te afianzas con tu instrumento puedes terminar como Piolines haciendo cuarenta y siete canciones en veinticinco minutos. El hacer temas más lentos te da posibilidad de expresar y de hacer otras cosas».

También encontramos registros esbozados en su anterior disco -«Con La Boca Muy Pequeña» y «Sólo Ahora» siguen la estela dejada por «Después»- y canciones de contenido socarrón -«El Amor Perfecto» y «Nada Que Contar»- que en manos de otros se convertirían en crudo alegato. «Hombre, son más de coña aunque tienen un poco de crítica. Pero creo que nunca hemos hecho una canción en plan «voy a contarle al mundo»… son más personales y siempre están contadas de una forma sarcástica». Pero no se me asusten. El pop garajero y desbocado sigue estando ahí -«Take Me», «Like A Heroine», «Quiet Night», «El Amor Perfecto»- coincidiendo en la mayoría de ocasiones con el uso del inglés, que, en esta ocasión, sólo protagoniza un tercio del disco.

Y las ganas de tocar en directo también, aunque con matices. «Hemos tocado un montón, pero tampoco queremos hacer más de dos conciertos por semana. No queremos quemarnos, preferimos salvaguardar nuestra amistad y mantener siempre las ganas de tocar juntas. Aunque ojalá que no falten conciertos porque al fin y al cabo vives de ellos». Seguro que no les faltarán. Pocos grupos nacionales llenan dos días seguidos en Madrid o triunfan en Festimad aún coincidiendo en horario con Teenage Fanclub. Ellas sí, lo cual es un logro. Teniendo en cuenta la precariedad en la que viven la mayoría de músicos de este país, toda ayuda es buena.«Sólo notamos lo del anuncio de televisión en los conciertos, cuando tocábamos «Stupid Girl»… pero tampoco ha sido algo espectacular, no nos han llevado a rodar con Spike Lee ni nada por el estilo. Y, a día de hoy, las expectativas de Undershakers están cubiertas… tocar en Festimad, que Alaska nos dedicara el otro día una canción fue ya el colmo… ahora lo que estamos es intentando mantener todo eso». El presente es halagüeño para un grupo que hace dos años fue presentado como abanderado del «Acné Pop» aunque poco tuviera que ver con él, no ya por la edad, también por sus referentes musicales. «Bueno, con Fresones Rebeldes no tenemos mucho en común…quizá sí en las letras que son bastante directas, pero nuestra actitud sobre el escenario es distinta, para nada acnéica.

Y la verdad es que tenemos curiosidad por ver cómo funciona el relevo, a ver qué pasa con grupos como Meteosat o La Pequeña Suiza… a ver si los gustos del público más joven van por ahí o si por el contrario bandas más rockeras como Fromhead-totoe son los que se lo llevan… tenemos curiosidad desde luego». Yo también, aunque el motivo de esa curiosidad sea el proyecto que nuestras interlocutoras -Lara y Cristina- quieren impulsar junto a Guiller (Momonje, batería de Patrullero Mancuso) y El Capitán Entresijos (inenarrable personaje de la escudería Alehop!, no se lo pierdan si toca en su barrio). «Queremos formar un grupo de garage cerdo, cerdo, cerdo… para pasarlo bien y reírnos mucho». Ni imaginarlo puedo.

Lo siento, debes estar para publicar un comentario.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.