“Siento que nunca he encajado en ninguna parte, pero tampoco quiero”
EntrevistasMon Laferte

“Siento que nunca he encajado en ninguna parte, pero tampoco quiero”

Álex Jerez — 16-11-2023
Fotografía — Mayra-Ortiz

Libertad, exploración, metamorfosis… Hay muchas palabras poderosas que podrían definir el nuevo álbum de Mon Laferte. “Autopoiética” (Universal Music, 2023) se presenta como un salto de gigante a la hora de presentar a la artista como una creadora al completo.

Un proyecto con el que juega a fusionar géneros, respeta la tradición, se abandera de su identidad más electro, pero jamás pierde su esencia. Quedamos con ella en Madrid para hablar de este movimiento creativo tan importante, que llega en una etapa de su vida súper especial. La maternidad y el paso del tiempo han convertido a Mon en una auténtica superviviente, en un ejemplo a seguir para muchas. Su voz sigue sonando fuerte, sus nuevas historias y discursos celebran la vida. Pero, también demuestra, una vez más, lo importante que es romper todo tipo de cadenas para defender la música como arte al completo.

Vuelve a estar muy presente esa libertad que siempre buscas transmitir con tus proyectos, esa parte crítica y de romper con todo. Por un lado, sigue estando ese mensaje tan valioso de libertad hacia la mujer. Pero, también veo una libertad creativa muy grande en este disco. Háblame un poco de lo que ha supuesto crearlo para ti y cómo te sientes ahora que ha visto la luz.
Me encanta que empecemos con la palabra libertad. La verdad es que ha sido muy divertido hacer este disco, creo que lo resumiría en eso, en que me lo pasé muy bien sabes. Con otros álbumes sufrí un poco más en sentido general. Supongo que sería por el momento en el que estaba de mi vida o por cómo llegaron las canciones desde que las escribí, hasta que pude llevarlas al estudio. Este disco, por el contrario, fue una diversión absoluta. Estoy en un momento de mi vida de más calma creo yo, hablando de mi interior, me siento como más tranquila, más plena. Y también por una cuestión de tener el control sabes. Siempre he tenido mucho control creativo, pero esta vez lo hice todo desde mi ordenador, o casi todo, y eso me dio una libertad que no tenía antes. Ahora tiro mucho de bibliotecas de sonidos, algo que ya hacía antes, pero ahora me apoyo mucho más en ello.

"Cuando terminas una relación te sientes a veces muy poderosa, en plan puedo con esto, y a la hora te sientes completamente destruida"

Son canciones que por primera vez no surgen a guitarra y voz, por así decirlo, sino que es un trabajo musical más complejo.
Antes la mayoría de las veces, no todas pero sí la mayoría, mis canciones venían muy de la guitarra o de piano. Ahora nacieron desde la producción, o sea primero me senté a armar las bases y después monté todo sobre eso; tanto la melodía como la letra. No sé, me encantó trabajar todo un disco así, porque si bien ya había hecho canciones de esta forma, es verdad que mi forma habitual era más de cantautora y apoyada en la guitarra.

Es el disco convive una especie de lucha por la supervivencia centrada, por un lado, en un mundo en el que vivimos y que no nos lo pone nada fácil. Y, por otro lado, en una industria musical en la que te obligan a encajar todo el tiempo. Me hablabas de esa parte de perfil cantautora que has ido soltando y yo siento que en este disco se refleja muy bien ese cambio, con todos esos disparos a un montón de géneros que te hacen crecer.
Siempre ha sido un poco el gran dilema de toda mi vida como artista. Siento que nunca he encajado en ninguna parte, pero es que tampoco quiero. ¿Por qué tengo que encajar a la fuerza? No sé, yo empecé a hacer música muy chiquita, comencé en los 00’s cuando el mundo era muy distinto y recuerdo que antes tenías que elegir ser popero o rockero. O sea, era como que se peleaban los dos mundos y los rockeros no se relacionaban con la gente que hacía pop. Eran todo etiquetas, encasillamiento, y a mí lo que me gusta es la música. Me gustan los boleros, me gustan las canciones románticas, me gusta la electrónica, el rock más alternativo… Por eso, yo no entendía por qué no podía ser todo eso a la vez.
Incluso nos afectaba en la parte estética, si eras mujer no te podías maquillar o usar zapatos de tacón si querías que te tomaran en serio. Y la verdad es que yo quiero tocar la guitarra, que se me reconozca que compongo mis canciones, pero también quiero usar taconazo y llevar labios rojos. Por suerte siento que el mundo ha ido cambiando. Al final, lo que me interesa a mí es contar una historia, siento que mi arte se desarrolla a través de un discurso determinado en el que todo está relacionado. Yo no quiero que mi disco esté en una tienda y que lo cataloguen en un solo género. Como decías, está el estereotipo de cantautora latinoamericana y yo lo adoro porque tengo parte de ella en mí, pero quiero ser muchas cosas más.

El tema que da nombre al álbum es una pieza electro, pesada y adictiva. Hay un salto importante a nivel de sonido con esta propuesta y además la has cogido como canción insignia del proyecto.
De hecho, no tenía mucha idea de hacia dónde iba a ir el disco, pero sí tenía súper claro que esta canción tenía que estar. La base rondaba mi cabeza todo el tiempo y sentía que esa era la energía del álbum. Pero claro, no quise hacer más canciones en el mismo rollo porque si no se iba a volver un disco completamente hacia ese género y yo quería que fuera un disco mucho más ecléctico. Lo que me interesa es el concepto de que tengas un viaje al completo, que pases por un montón de sitios. Pero sí, es una declaración de principios y es uno de los temas en los que me siento más como una intérprete que usa su voz y la lleva al límite, que como una cantante. Me encanta cantar vaya, pero también me gusta ver cómo en “Autopoiética” solo digo cuatro palabras. Es todo un statement de que no necesito refugiarme solo en mi capacidad como cantante para hacer música.

Esa declaración de intenciones de la que hablas también asoma la cabeza, por ejemplo, en “NO+SAD” al apostar por hacer un reggaetón oscuro y diferenciarte de lo que se está construyendo ahora mismo en este género. Hablar en un tema de reggaetón desde un punto de vista así no es muy habitual y menos haciendo crítica como cuando dices eso de “que es una feminazi esa maraca, está más vieja y ya no está flaca”.
Sí es un reguetón muy oscuro. O sea, a mí me encanta el reggaetón y no me molesta el reggaetón más mainstream, lo bailo y disfruto en las fiestas. Pero, me interesaba hacer una base de dembow que fuera distinta, más oscura. De hecho, hay una parte de la canción que está en un tiempo distinto al reggaetón convencional y eso fue un desafío. No fue fácil, porque tenemos tan marcado el tempo habitual que me costaba romper con ello, pero quería provocar esa sensación en el oyente.

Yo si no tengo nada que decir mejor no le pongo letra a la música

“Metamorfosis” cierra con una parte narrada en la que se cita: “Dicen que te has convertido en reina, juntas transitaremos el inframundo”. Háblame un poco de este tema.
La parte final de esa canción no es mi voz, es una poeta trans del sur de Chile, de un sitio muy especial que se llama Chiloé. Es una isla del sur, donde hace mucho frío, llena de magia. Le pedí que escribiera un poema para la canción porque este tema habla de eso: de la transformación y el crecimiento. De ir hacia otro lugar y ser quien queras ser. A mí me inspiró mucho mi sobrino, tengo un sobrino que está transicionando y esa canción va un poco para él. Para que la gente sea quien quiera ser, sin importar el género. Así que ese cierre del tema es como una especie de manifiesto y, por otro lado, la canción está también destinada también en parte a todas esas mujeres poetas. Por eso aparece en ella la figura de Lucila, que es Gabriela Mistral.

La música es una expresión artística al completo para ti y al margen de esta trabajas mucho con otras formas de expresión que la complementen. Sé que este álbum llega con una exposición de la mano. ¿Qué nos puedes contar sobre esto?
He invitado a colaborar a artistas en esta nueva aventura, el artista mexicano Fabián Cháirez, por ejemplo, creó una de las pinturas y, por otra parte, todo el imaginario de la portada lo realizó Bárbara Sánchez. Se lo comenté y se le ocurrió la idea de poner una cara en mi culo porque literalmente dice que soy muy cara de culo para hacer todo lo que hago ja, ja, ja. Pero, lo hizo en plan como una pintura, con una iluminación muy especial, que podría haber salido del Prado, ¿no? La exposición que comentas será para el próximo año e incluirá una instalación sonora, mis pinturas y bueno quiero que sea un viaje completo para que la gente disfrute de mi universo creativo más allá de la música sí.

En “Los amantes suicidas” hablas de la importancia de cuidar de uno mismo, de protegerse y poner límites para al menos intentar convencerte de que es lo mejor. Como cuando dices eso de “honestamente me da igual si te quedas o te vas. A mí la vida me ha enseñado a estar bien sola”. ¿No crees que muy pocas veces se orientan las canciones de amor/desamor hacia esa dirección?
Lo que pasa es que es muy tentador caer en lo otro. Es muy lindo, artísticamente hablando, y muy fácil romantizar sobre ello. Centrarlo en esto me duele, a ti también te duele, hablar con el otro… Es un lugar común que funciona muy bien porque somos adictos como seres humanos a eso. Por eso, no es tan fácil hablar desde el amor propio en una canción. Ahora también, en esta salsa hay mucha ironía, todo tiene su doble lectura y eso lo hace más interesante. Yo siento que los seres humanos no somos ni blanco, ni negro. Cuando terminas una relación te sientes a veces muy poderosa, en plan puedo con esto, y a la hora te sientes completamente destruida.

Siendo un disco en el que te has desarrollado tanto y has dejado volar tu parte más experimental como artista. ¿Cómo decides ponerte a componer todas esas letras? ¿Cuál ha sido el foco de inspiración?
Las letras las escribí de madrugada. Durante el día estaba encerrada en el estudio junto a Manuel Jalil y Daniel Martínez, grandes amigos que invité a casa para trabajar en ello durante un mes. Yo vivo en el campo y entonces todo el día estábamos con los ordenadores creando las bases así que en las noches encontraba la paz, el silencio. Como me tenía que despertar todo el tiempo a amamantar a mi hijo, era el momento perfecto para hacer las letras. Así que bueno, me tiré un mes sin dormir, pero fue muy interesante escribir en la noche.
Yo si no tengo nada que decir mejor no le pongo letra a la música sabes, yo funciono así. Soy muy de preguntarme a mí misma qué quiero decir o sea qué me interesa de verdad para que cuando me suba al escenario a tocarlo en vivo lo sienta. Así fue cómo descubrí que necesitaba hablar de la cultura de la cancelación, del señalamiento… Pero también me estaban pasando cosas a nivel personal con mi pareja tras tener un hijo. Es súper difícil gestionarlo todo, tener un hijo es maravilloso, pero la pareja se rompe un poco y eso también era algo que estaba dentro de mí y necesitaba sacarlo con las canciones.

Eso es a lo que refería con el espíritu de supervivencia que se plasma en el álbum. Por una parte, es un disco para celebrar la vida y disfrutar de ella. Pero, a veces también hay golpes importantes de tristeza en él que nos apaga.
Sí, es que yo creo que así es la vida. No sé, hoy por ejemplo me desperté y me sentía fatal, cansadísima, porque no dormí por el jet lag. Me decía a mí misma todo el rato qué hago y de repente me he puesto este abrigo de animal print y me he sentido súper poderosa. Creo que el disco es un poco eso: soy frágil pero sigo hacia adelante, después de nuevo me permito la fragilidad… Al final eso es la autopoiesis, la capacidad de recrearnos para sanar la herida y seguir adelante.

¿Cómo vas a adaptar toda esta nueva propuesta, y el universo de los sintes, al directo? ¿Tienes pensada ya alguna propuesta?
Justo ahora estoy en ese proceso porque obviamente tengo que tocar todas mis canciones, me gusta tocar las canciones antiguas. Pero claro, tengo que ver qué recupero de cada disco, me tengo que sentar y decidir. Siempre es todo un desafío construir el directo y lo que sí tengo claro es que en esta etapa me interesa mucho lo visual, quiero ir un poco más allá. Siento que la música en vivo ha tomado otro camino y la gente espera mucho más de ti, no solo que toques bien. Por ejemplo, acabo de ver a Kendrick Lamar en directo recientemente y lleva un show maravilloso, súper conceptual, algo increíble.

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