El bueno de Jack White ha tenido bastante que ver con el éxito de algunos grupos de este género. The White Stripes y The Raconteurs han reunido a un público seguidor del rock añejo y del blues rock rasposo que se alimenta de una suerte de revival de este tipo de sonidos. El respetable se ha interesado por aventuras similares, más aun de las que contaban con una trayectoria consolidada. Aunque eso es algo sobre lo que Dan Auerbach de The Black Keys despeja balones. Él prefiere remitirse a grandes nombres clásicos como The Allman Brothers Band. “Mi padre escuchaba al grupo cuando yo era joven, por lo que crecí escuchando todos sus discos y me interesaba por la música”. Además se siente influido por “músicos que tocaban rock´n´roll al estilo blues cuando nadie estaba haciendo eso”. En todo el nuevo disco, y en buena parte de sus anteriores trabajos, además de con sus contemporáneos se encuentran similitudes con el rock y el planteamiento de unos Rolling Stones en buen estado de forma, pero Auerbach sortea de nuevo el acercamiento a la banda de Mick Jagger para hacer hincapié en las verdaderas raíces de su música. “Sí, es cierto que podemos estar influenciados probablemente por The Rolling Stones, pero no por entero. Creo que es mayor la influencia de haber escuchado la misma música blues que Keith Richards y Mick Jagger escuchaban. Además también estamos influenciados por los mismos cantantes de folk clásicos”.
“Attack & Release” consigue distinguirse de sus anteriores obras sobre todo gracias a la parte más melódica, más cuidada, la que tiene más trabajo detrás. No es casual, por tanto, el cambio de productor y la gran ayuda que ha supuesto trabajar con Danger Mouse, la mitad de Gnarls Barkley. Su aportación suele sacar lo mejor de los grupos con los que trabaja, desde The Good, The Bad And The Queen al nuevo álbum de Beck. Auerbach parece alegrarse cuando se le menciona el nombre del productor para preguntarle cómo fue la experiencia. “Danger Mouse nos llamó para trabajar en un proyecto conjunto y estuvimos con él algunos meses ensayando. Después, nosotros decidimos que queríamos grabar un nuevo disco y se lo mencionamos. Enseguida se interesó por el tema y quiso ser nuestro productor. Tiramos adelante con él y fue genial, todos nos divertimos mucho mientras trabajábamos. Creo que fue una experiencia genial tanto para él como para nosotros”.
La alegría y el buen rollo también se ve en las canciones, desde “I Got Mine”, con un riff pegadizo y unas acertadas aproximaciones a Led Zeppelin o The Doors, y más pausados en “So He Won´t Break” o “Oceans And Streams”. Otro de sus elementos claves a la hora de grabar es su apuesta por los procesos antiguos, “sonidos como si estuvieses en una habitación contigo y no en un estudio de un millón de dólares. Son sonidos más reales, como si la música estuviera hablándote a ti. No está grabada en un lugar donde se hacen álbumes como si fuesen coches, y en el que un sonido es el mismo que el anterior”. “Attack & Release” es su primer disco grabado por completo en un estudio y para la banda fue otro momento de diversión, porque como dice Auerbach, “para nosotros, la música no es un trabajo, sino una pasión. El hecho de grabar en un estudio todo el proceso fue genial, era un lugar hermoso. Creo que tuvo bastante influencia sobre el resultado final del disco”. Un resultado que si bien les aproxima a los grupos actuales, se desmarca por una vía en la que han ido desarrollando su intensa actividad en estos siete años de carrera, con nada menos que cinco largos, varios Ep´s y hasta lanzamientos de sus directos en formato DVD. The Black Keys se asientan en su sonido, pero mejorando con él y firmando, a fin de cuentas, un gran trabajo.
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