Después de pasar por Alicante y Tenerife, todavía podrás verla en La Coruña (30 agosto, Fiesta Patronales), Zaragoza (Festival Vive Latino, 2 septiembre), Valencia (3 septiembre, Sala Moon), Madrid (5 septiembre, La Riviera), Barcelona (6 septiembre, Sala Razzmatazz), Granada (9 septiembre, Jardines del Generalife) y Murcia (10 septiembre, Las Noches del Malecón).
El largo parón del directo provocado por la pandemia tiene la culpa de esta situación singular que, no obstante, tuvo sus ventajas: además de tomarse un respiro, grabar y centrarse en su maternidad, ahora Mon tiene material de sobra para brillar con sus canciones a corazón abierto. Nos citamos con ella en un hotel del centro de Madrid, donde atiende a los medios. El dulce acento chileno de la encantadora artista se mezcla con dejes mexicanos. La conversación nos lleva a hablar de la importancia capital de la interpretación, la química con sus músicos y la necesidad que siente de conectar más con el público español.
“En inglés digo cosas que no me atrevo a decir en español”
¿Qué esperas de esta nueva gira española por diversas ciudades del territorio? ¿Qué se va a encontrar el público?
¿Qué espero yo? No sé… Lo que deseo es que salga todo bien, que la gente se divierta, que toquemos lindo, que nos podamos conectar con la música, con las canciones. Por lo general mis conciertos son bastante teatrales: aprovecho mucho el directo para eso, para conectar con la parte de intérprete, Cuando estoy en el estudio o en casa, aprovecho la creatividad para crear, y el directo es más para interpretar. Va mucho de eso, es muy teatral.
¿Te acompaña tu banda habitual?
Sí, me acompaña mi banda habitual, algo más reducida. No los que estamos girando normalmente allá por Latinoamérica, un poquito menos. Somos cinco, pero está bien.
¿Son tus músicos desde hace mucho tiempo?
Sí, de hecho llevo diez años con el director musical y es mi mejor amigo. Y con el guitarrista, unos cuatro años.
¿Qué les pides?
Me gusta que sean, primero, buenos intérpretes. No me refiero a que sean virtuosos. Sí tienen que ser buenos, tienen que tener un nivel, pero más que virtuosos técnicamente, me gusta que sean buenos intérpretes. En el caso particular de Sebastián [Aracena], que es el guitarrista, se pone a tocar y me dan ganas de llorar [risas]. Se sube a un escenario, lo veo tocar y me tengo que aguantar, porque transmite muchísimo. Me gusta eso, que sean buenos interpretando, y me parece súper importante que tengamos química: que nos llevemos bien, que sean personas lindas. En general, todo el equipo son súper buenas personas.
Lo curioso de esta gira es que podría decirse que presentas tus dos últimos discos simultáneamente, lo cual es poco común, ¿no? Lo habitual es presentar uno.
Sí, el año pasado lancé dos discos. Lo que pasa es que “Seis” lo grabé un año antes, y lo presenté a principios de año. El otro, “1940 Carmen”, sí lo grabé en 2021 y me parecía que no tenía que esperar tanto tiempo para lanzarlo, porque era un álbum que respondía a un momento. Lo hice mientras intentaba quedarme embarazada, estaba súper hormonal, y sentía que si lo lanzaba un año después, iba a estar en otro rollo. Quise que saliera al instante, y claro, hoy me genera un poco una dificultad, porque ya tengo siete discos y cuando llega el directo tengo que escoger lo que hago.
Te iba a preguntar precisamente eso: ¿Cómo eliges el repertorio en cada actuación o en las giras?
Lo bueno es que tengo de todo. Está complejo, pero hago una selección de las canciones que más me gusta tocar. Creo que con mi música en general escuchas un disco y de pronto no tiene nada que ver con el otro sonoramente. Pero creo que por ahí he encontrado una voz en mi forma de escribir y en mi forma de contar las historias. Es por ahí por donde se junta mi arte, de alguna manera.
De hecho, leí que apenas hablabas inglés y sin embargo has empezado a cantar en este idioma con el último disco. ¿Te gusta ponerte las cosas un poco difíciles?
Siempre me han gustado los desafíos, sí. Me aburro en un mismo sitio, me gusta salir de mi zona de confort. Escribí en inglés porque como estuve viviendo un tiempo en Los Angeles me veía enfrentada un poco más al idioma, aunque en Los Angeles todo el mundo habla español [risas]. Pero a veces tenía que hablarlo sí o sí. Entonces, como estaba ahí más presente, me pareció divertido probar a hacer una canción. Hice una literalmente con el traductor de Google, y la verdad es que me gustó tanto la experiencia que empecé a hacer más. Porque me gustó cómo sonaba. Sonaba muy lindo, distinto. Podía usar mi voz de manera diferente, como que tienes otros recursos. Aproveché el impulso, hice otra y también aproveché para decir cosas que no me atrevo a decir en español. Al no terminar de entender bien el idioma, me atreví a decir más cosas.
“Tengo el recuerdo de estar con cinco años cantando tango frente al espejo”
¿Cómo funciona en directo la combinación de inglés y castellano?
Tengo que decir que para el inglés tengo siempre un prompter [pantalla], porque me da terror decirlo mal. Tengo ahí la letra que va pasando, porque me da miedo hacer el ridículo. Pero mi público lo recibe bien, no ha visto que sea un choque. El que es fan, es fan [risas]. Mi fan es súper fiel. Qué locura, tengo un álbum que es como de música tradicional mexicana y este otro que tiene algo más alternativo y pop… Hay cosas muy distintas, y el público lo recibe bien.
Volviendo a lo que decías de que te atreves a cantar ciertas cosas en inglés, ¿te parece que a veces te expones demasiado con tus letras?
Sí, y de hecho lo busco. Siento que cuando me da pudor y tengo realmente vergüenza de mostrar algo es cuando la obra empieza a tomar más sentido, cuando es más real. Y siempre en cada disco tengo un momento en que me veo enfrentada a eso, de dificultad. Porque si es una canción que no tiene ese peso, siento que no es tan buena.
Es una bonita paradoja: te tiene que incomodar un poco.
Me tiene que incomodar a mí para que sienta que valió la pena. Porque cuando hago una canción es porque tengo algo que decir. Si no tengo nada que decir, hago otra cosa. Me gusta pintar, yo qué sé.
“Me gusta que haya verdad en la palabra”
En esta gira tocas en algún festival, y has tocado en festivales enormes como Coachella. ¿Enfocas de forma distinta el repertorio si tocas en una sala o en un festival, cuál es la diferencia en relación al público?
Sí, es distinto. En un festival es distinto. Por lo general, en los festivales la gente está en un rollo de fiesta, hace calor, están de pie…
¿Es más difícil conectar?
A mí me gusta, porque como tengo un repertorio amplio, puedo estar una hora tocando canciones súper lentas, íntimas, o puedo estar una hora saltando y bailando. Tengo de todo un poco porque siento que así soy también. Todos los seres humanos tenemos nuestros contrastes. Cuando llega el momento de un festival, prefiero tocar cosas que si yo fuera público me gustaría oír si estoy con el sol en la cara y una cerveza en la mano, algo un poquito más arriba [risas]. Debe ser muy pesado, a no ser que seas muy fan, ver a una banda muy de bajón en esas circunstancias.
ºº
A estas alturas, ¿cuál es la relación que tienes con el público español?
Siento que me falta venir más a España. No estoy contenta todavía. Me parece que me falta conocer más a su gente, y que también conozcan mi música. Porque en realidad nunca he venido a hacer un plan de promoción, no se ha hecho un trabajo aquí. Simplemente es: “Vamos a tocar”, y la gente viene. No lo hemos hecho porque no nos hemos sentado como equipo a plantearlo y decir: “Eh, va España”. Lo que se ve del público aquí es como fruto de allá, de Internet, pero no hemos hecho un trabajo como tal. Tengo ganas de venir y de estar un rato. Incluso hablábamos hoy de que más adelante me gustaría quedarme unos meses aquí en Madrid. Me gusta mucho.
Aquí la gente joven solía ser bastante anglófila, aunque esto ha empezado a cambiar bastante. Sin embargo, parece que cuesta más con registros más clásicos como el tuyo.
Es una locura, porque en Latinoamérica también es más fácil que llegue la música en inglés que la de España. Y al revés también. Sí que es verdad que está cambiando un poco. Internet ha hecho lo suyo.
“La parte creativa es como armar un rompecabezas”
Al escuchar de nuevo los dos últimos discos me ha llamado la atención lo natural que suena tu voz, y el peso que pones a la interpretación, lo cual es algo que se ha perdido un poco, porque en el estudio se puede camuflar cualquier cosa.
A mí me gusta todo. Pero me encanta interpretar y contar una historia. Siento que mi música va más de letra que de otra cosa, aunque me encanta la producción, los arreglos y todo, pero me gusta mucho escribir. Entonces, me gusta mucho interpretar. Pero a veces, cuando es necesario usar la tecnología, también la uso, y está bien.
¿De dónde te viene esta pasión por la interpretación vocal, de contar una historia cantando?
Creo que de chica. Me acuerdo de que mi casete, porque era casete, favorito era uno de Mercedes Sosa. No sé si en este lado del mundo la conocéis… es que a veces me llevo sorpresas cuando hablo de Juan Gabriel y ves que aquí no es tan grande como allá en Latinoamérica. Allí es enorme. Bueno, mi primer casete era de Mercedes Sosa, y me acuerdo de que me lo aprendí de memoria. Venía un tango que se llamaba “Los mareados”, y no sé por qué, creo que tiene que ver mi abuela, que también era cantante y compositora, me hablaba del teatro y era muy teatral, yo trataba como de imitarla. Tengo el recuerdo de estar viéndome en el espejo: una niña de cinco años cantando tango con un sombrero frente al espejo. Me quedó muy impregnada esta cosa teatral de la interpretación… Viene de Mercedes Sosa, de mi abuela, del tango, del bolero… que te están contando una historia. Escuchas las canciones y tienes que poner atención en la letra.
Es lo que hacían también las cantantes de jazz. Billie Holiday…
Totalmente. De hecho, Billie es mi cantante intérprete favorita en inglés. Es maravillosa.
No tenía una voz especialmente poderosa.
Pero es la interpretación. También me gusta mucho Edith Piaf, que también tiene esa interpretación.
Cuando estás grabando en el estudio, ¿cuándo sabes que una toma es la que vale, la buena?
Soy bastante fácil en eso, no me quedo horas y horas en el estudio grabando voces. Me parece que si ya lo sentí y me conecté, ésa es la toma. No hago muchas. Prefiero que realmente esté el sentimiento, y ya. A veces grabo dos o tres veces la canción y tomo un pedazo de una y otro de otra.
¿Pero cómo sabes que el sentimiento está ahí? ¿Es algo intuitivo?
Si me conecté, si siento que hay verdad en mi palabra, ésa es la toma. Porque también me puedo quedar con una sólo por lo estético, que también vale, pero me gusta que haya verdad en la palabra.
¿Podría decirse que el amor y el desamor son temas inagotables para cantar sobre ellos?
Uhm, no sé. Yo ahora, en este punto de mi vida, siento que se me agotó, porque no estoy sintiendo eso, no estoy en otro amor. Pero siento que el tema en general, para los humanos, es inagotable. Todo el tiempo nos estamos enamorando, y nos mueve. Pero a mí personalmente hoy no me mueve escribir más sobre ello.
He visto en Youtube la versión en directo de “No soy para ti”, que es estupenda. ¿Cómo la planteaste?
Es una grabación de cuatro canciones en vivo. De hecho, me costó mucho cantar ahí porque estaba embarazada y con mis primeras dificultades de la pancita, sólo que no se nota tanto. Pero ahí me empezó a incomodar, era difícil cantar. Aparte, eran canciones que nunca había cantado en directo, las de “Carmen”. Fue muy raro estar embarazada y cantar esas canciones.
Los últimos tiempos han sido prolíficos en lo discográfico pero ¿estás haciendo nuevas canciones?
Sí, estoy trabajando en un álbum. Y mmmmuuuy al principio, muy en pañales todavía.
¿Cómo es el proceso desde que empiezas a pensar en el disco hasta que lo haces realidad en el estudio?
Mira, ahora estoy en la etapa de notas de voz en el teléfono, leyendo mucho, agarro y marco los libros o leo en el teléfono…como digo yo es un poco un trabajo de investigación, porque la parte creativa siempre es ir como agarrando piezas y armando un rompecabezas. Yo estoy recién inventándome las piezas, no las tengo.
Entiendo que esas partes las sacas de lecturas y vivencias, pero siempre te tiene que tocar de algún modo en lo personal, ¿no?
Sí. Me gusta la ficción pero no soy buena creándola. Creo que tengo que escribir acerca de lo que yo entiendo más, mis experiencias.
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