A Midas Alonso te lo imaginas por igual acariciando un cervatillo o vaciando un cargador; echando un mus con un pacharán en el bar de su pueblo o liderando un ejército camino a la destrucción total; contándole un cuento a un grupo de niños o bebiendo vino de un cuerno de asta y metiéndole un mordisco a una sangrienta chuleta de cordero. Para empezar, narra cómo ha ganado un premio de 5.500 euros en un torneo de póker en Bratislava, pero se calla cómo ha gastado parte de él. Sonríe como un niño travieso y te dice más de lo que oculta. Te abraza y te hace sentir diminuto. Lleva una camisa personalizada con los protagonistas de “Romanzo Criminale”, la serie sobre la banda de La Magliana: Frío, Dandy y Libanés. Roma tuvo emperadores y la Sierra tiene un rey. Álvaro Aparicio (1992), también conocido como Midas Alonso, lanza “Mastercaster”, su primer álbum. Habla de él con sinceridad y delicadeza. También con ansia. Quiere que lo escuchemos. “Hay nervios ante las expectativas, pero mucha alegría y ganas de que la gente se lo goce conmigo”, señala.
"Siempre supe que acabaría triunfando en la vida"
En la portada del álbum, vemos a Midas Alonso en plan Tony Soprano. “Me comparan con él y reconozco que tenemos un aire. Soy actor y James Gandolfini es una de mis mayores inspiraciones”, reconoce. Midas ha hecho sus pinitos en el mundo de la actuación y ha salido en series como “Entrevías” o “Cristo y Rey”, además de en la película “Torcidos”. Es una carrera que le ilusiona y no se pone límites. “Quiero salir en la tele y que mi madre se sienta orgullosa de mí. Que mi pueblo me vea ganar un Goya. De hecho, hace poco he rodado el piloto de una docuserie de la que soy protagonista y quiero venderle el proyecto a una productora grande. Sé que va a gustar porque es algo diferente”.
“Mastercaster” es también un homenaje a su terruño, la Sierra de Madrid. Todas las colaboraciones del disco son, excepto la de Trapani, con raperos de la zona y la producción es de Delson Aravena. “Antes estaba el colectivo La Sierra, que me ha marcado mucho. De ahí ha salido gente muy buena. Todos los raperos de la zona tenemos un toque en común y un sonido particular: Natos, Denom, Al Safir, Grecas, Gloosito o Krone. La Sierra siempre en el pecho”, afirma orgulloso. Trapani, el hijo de la pena y el amargue, encaja perfectamente en el disco con “Lágrimas de Ferralla”. “Es un chaval que conozco por sus letras y al que siempre he escuchado. Es un distinto como yo. Los artistas siempre sacan sus mejores letras a través de la pena. Son momentos malos y cuando más inspiración te viene. Es una sensación extraña”. A través de sus distintos “yo”, va fluyendo su dualidad. “Álvaro y Midas son diferentes. Álvaro es un chaval normal que la ha liado mucho, muy travieso y que ha dado muchos disgustos a su familia. Eso lo he dejado atrás. Cuando estás conmigo, te das cuenta de que soy diferente. Siempre he sido un distinto. Luego, Midas Alonso tiene cosas de Álvaro, pero es un personaje. Es únicamente un rapero que todo lo que cuenta es verídico y habla de lo que sucede en los barrios”.
En “Mastercaster” se concentran las temáticas que Midas Alonso ha ido dejando a lo largo de estos años: dramas, drogas, apuestas, noches, arrepentimiento. En esta atmósfera se genera su universo, su inspiración y su verdad. “He tocado fondo y he visto a mucha gente caer por las drogas y la ludopatía. Es un mundo que veo y cuento. Mis letras no las he leído en un periódico, ni visto en televisión, ni escuchado por la radio. Todo ha sido desde dentro”. A pesar de ello, el artista abre una puerta al optimismo. “Hay momentos en los que te vienes abajo, sin embargo, siempre tienes que buscar el lado positivo porque las etapas difíciles pueden ayudarte a mejorar. La muerte de mi padre fue muy dura, pero ahora le noto dentro, apoyándome. Sé que hay mucha gente con depresión y muchos suicidios. Debemos hablar de ello. Por favor, buscad en vuestro interior y pedid ayuda a la gente que os quiere. Siempre hay luz al final del túnel”. Y ya que hablamos de gente cercana, Midas encuentra la felicidad en los “pequeños detalles” como ver feliz a su madre e invitar a sus amigos. “Gasto todo lo que tengo y no suelo llevarme mucho porque siempre vuelvo sin nada a casa”, reconoce. Uno mira a Midas Alonso y se pregunta si alguien con su fisionomía puede temerle a algo. “Solo me da miedo la muerte de un ser querido o una enfermedad. Mi padre me enseñó que te pueden partir la boca, pero que no puedes tener miedo. Que no pasa nada por pegarte con el más grande del pueblo. Con esa actitud, te van a tener respeto siempre”. Y ese respeto llegó a finales de 2022, cuando lanzó “Brixton” y la frase “¿Dónde está Sturridge?” lo cambió todo. “En la Sierra ya era famoso por otras cosas, pero fue increíble. Siempre supe que acabaría triunfando en la vida. De la noche a la mañana asomas la cabeza, ganas mucha popularidad y tu vida cambia. Vas por la calle y te piden fotos. A pesar de ello, siempre he tenido los pies en la tierra, lo llevo bien y con mucha honra. Triunfar en la vida siempre es motivo de orgullo”, asegura.
A lo largo de su obra, existe otro tema troncal: el fútbol. “Me ha dado mucho. Ver la Champions League con mi padre es uno de los mejores recuerdos que tengo en mi vida”. De hecho, fueron los futboleros quienes hicieron viral “Brixton” y la celebrada barra del futbolista británico. “Fifa Street” es un regalo para todos ellos. “Tenía ganas de hacerlo para que lo disfrutara la gente futbolera. Twitter Fútbol fue muy importante para que me hiciera viral. Les quiero”, señala. Tras la entrevista, Midas Alonso reúne a su familia de la Sierra en la Sala Clamores de Madrid para celebrar el estreno de Mastercaster. Hace de maestro de ceremonias. Tiene abrazos y sonrisas para todos. Es feliz como Tony Soprano cuando hace una barbacoa para los suyos.
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