Sin embargo, su última visita a España se debe al cierre del ciclo que abrió hace más de veinte años cuando, aún formando parte de The Bad Seeds, publicó “Intoxicated Men” (Mute, 1995), la primera de sus colecciones de adaptaciones de Serge Gainsbourg al inglés. Después vendrían dos álbumes más a lo largo de estas dos décadas, explorando los mundos embriagados del francés, hasta culminar con “Intoxicated Women” (Mute, 2017), dedicado a las canciones que Gainsbourg grabó con o para mujeres. Con esta excusa tratamos de hacer una entrevista en la que sea él quien saque a colación a sus jefes inconmensurables.
Uno o dos discos vale, pero hay quien dice que a partir de tres, es que estás obsesionado con Gainsbourg.
¡Precisamente, de eso se trata! Mira, si hubiera hecho más discos hace veinte años, vale, podría decirse que estoy obsesionado, pero después de todo este tiempo, es más bien algo divertido, porque no lo había planeado. Hace veinte años me dije que ya había hecho suficiente de esto. Nunca lo llevé al directo, ni antes, ni durante los veinte años de después.
Se publicaron los primeros discos en uno doble, y empezamos a pensar que sería divertido hacer algunos conciertos con esta música, pero que no fuera una gran gira que se transformara en un tributo, porque si te digo la verdad, no estoy obsesionado en absoluto con Serge Gainsbourg, así que la idea de hacer otros dos álbumes vino de la banda, que me propuso grabar algunas canciones más. Y parecía una muy mala idea, pero mira, me lo pensé, y como me pareció divertido, dije que adelante con ello, pero porque esta vez iba a ser diferente.
La primera vez (hace 20 años), sentí presión y responsabilidad por si iba a hacerlo bien y que funcionara. Había un montón de interrogantes alrededor del proyecto, como si las traducciones se sostendrían, si iba a ser capaz de tocar la música más allá de que a veces son una copia de los arreglos originales. Y, claro, cuando volvimos a ello yo me sentía mucho más relajado con todo y me dio la sensación de que podíamos tocar simplemente disfrutándolo, divirtiéndome con el grupo. Incluso las traducciones fueron completamente distintas, veinte años después han sido un trabajo completamente distinto. Eso ha sido muy interesante.
Sobre las traducciones, ¿cómo fue la cuestión legal? A veces no es nada fácil conseguir los derechos para publicar una versión en otro idioma. Además, el derecho español recoge que cuando se te reconoce como traductor de una canción pasas a ser ostentador del derecho de esa traducción, y si después alguien quiere hacerla otra vez en ese mismo idioma tiene que hacer una versión de tu traducción concedida y no de otra nueva.
Ah, no creo que eso ocurra con el inglés. Lo normal es que les pases un porcentaje a los editores, aunque en el caso de Gainsbourg se tuvieron que quedar con el cien por cien para aprobar la traducción y adiós muy buenas. Pero aunque tenga el derecho concedido, si alguien hiciera una versión, no creo que pudiera controlarlo de ninguna manera.
“Si me preguntas por Nick Cave y PJ Harvey es como si me preguntaras por mí. Mi carrera está completamente interconectada con ellos”
¿Tuvieron los representantes de Gainsbourg algún problema en algún momento con alguna canción o alguna traducción?
No, lo que hicieron fue comprobar y seguir el proceso de cerca. Si hubiera hecho algo estúpido o una mala traducción lo habrían cortado, pero no estoy seguro. Tal vez lo hacían, pero para dar un OK general, no estoy seguro. Pero todo revierte en su familia, eso sí lo sé. Hay un intercambio de trabajo y la familia tiene que aprobarlo, así que supuestamente lo han escuchado todo.
Repasando las ediciones físicas de tus discos de versiones me encuentro que en los primeros ponía “canciones de Gainsbourg cantadas en inglés”. Por eso te puedo contar que hace veinte años pensé en ti como lo habría hecho alguien de los 60 en Scott Walker cuando decidió traducir canciones de Jacques Brel y darlas a conocer al resto del mundo. Pero ahora hay una gran sorpresa con el nuevo disco, con canciones en alemán, francés y ¡camboyano!
Bueno, es casi todo en inglés. Pero ya hicimos una versión de “Je t’aime” en inglés antes, que cantó Nick (Cave), así que ya estaba hecho, no necesitaba hacerla en inglés otra vez. Vi que se acercaba el proyecto otra vez y pensé que me gustaría terminar con mujeres embriagadas y canciones cantadas por mujeres o hechas para mujeres que yo canto. Es una idea que pivota alrededor de las mujeres, así que había que hacer “Je t’aime” otra vez, por lo que me planteé cómo la haría esta vez, y está claro que lo peor que puedes hacer es traducirla al alemán. Es una posición absolutamente contraria a lo que hizo siempre Gainsbourg, en serio.
Esta es una de las ideas principales para hacer dos álbumes más: potenciar la postura contraria, qué sería una auténtica mala idea, y no voy a hacer solo un disco, sino que voy a hacer dos más para que la gente diga cosas como que este tío está obsesionado. Es lo peor que puedes hacer, y lo hice solo por diversión. La buena idea hubiera sido hacerlo correctamente, pero he ido demasiado lejos y lo sé. El alemán es la peor lengua con la que puedes provocar a los franceses, pero he intentado demostrarles que no tienen razón, y eso sí que es muy bonito, porque es sensual y hermoso. Tiene mucho de ese sonido “sh-sh” que hacen los alemanes, pero está muy bien.
¿Tuviste problemas tratando de cantar bien en alemán?
¿Yo? Bueno, algunos sonidos son difíciles, pero hablo alemán de manera fluida, por lo que no es complicado. Viví en Berlín una temporada, y a diferencia de los demás, yo sí aprendí alemán… für mich das kein problem (para mí no es problema).
Pero no has vivido en Camboya…
No, pero lo divertido de esto es que realmente no estaba haciendo nada más que elegir cantantes de la misma manera que elegí otras, o quién tocaría el bajo, y se resuelve todo de una manera muy discreta. Primero decidía que quería hacer una canción y luego pensaba en quién podría cantarla, pero que fuera una mujer cercana, porque estamos pensando en un entorno reducido para trabajar a gusto.
El bajista del grupo (Glenn Lewis) tiene un grupo que se llama Cambodian Space Project con una cantante camboyana, y me vino un día diciendo que deberíamos meter a Channthy Kak, que es una cantante estupenda, y para “Contact” sería perfecta, porque es una especie de excursión extraña de space age surfera para la que iría de perlas. Tuvimos algo de problema para traducir la canción, pero allí estábamos.
Ella lo grabó en Sidney con su novio, ingeniero, y cuando nos lo mandó resulta que la mitad estaba en jemer (camboyano). Y nosotros... “bueno, vale”. Pero porque ella no llegaba a meterse en el ritmo del inglés, no podía cantar de una manera natural en inglés. Oímos algunos de los versos en inglés y la verdad que quedaban muy raros, así que grabamos unas pistas con Channthy recitando la letra en inglés para que las palabras en inglés estuvieran de alguna manera ahí, pero la verdad es que no podía controlar lo que estaba cantando en jemer. Para serte sincero, pensé en llevar la canción a algún traductor para que me dijera qué está cantando realmente, porque no sé qué es lo que dice. Podría ser cualquier cosa, podría incluso estar insultándome, o cantando sobre su pueblo. No tengo ni idea de lo que hay ahí, así que tuve que plantearme finalmente que sería divertido no saberlo. En fin, si vas a tirar por ahí, mejor hacerlo sin reparos.
Pues me has dejado de una pieza, porque el francés se me da mal y por fin pensé que iba a entender lo que dice Gainsbourg en muchas de sus canciones, pero con este disco, tuve que quitarme la idea de la cabeza…
Pero al final están ahí todas las letras en inglés, de una manera u otra, y hay una versión de “Je t’aime” en inglés, y de todas las canciones que he hecho en otros idiomas ya hay grabada por ahí una versión en inglés… últimamente.
Ya que esta es una entrevista sobre ti y tu trabajo con las canciones de Gainsbourg, me la he preparado de manera que no diga los nombres Nick (Cave) o Polly Jean (PJ Harvey).
Bueno, si me preguntas por ellos, es como si me preguntaras por mí. Mi carrera está completamente interconectada con ellos.
Y me encanta que me lo digas, pero hay alguien de quien sabemos mucho menos. No sé si es educado que te pregunte, pero me gustaría saber algo sobre Anita Lane, que grabó contigo los primeros discos.
No, no pasa nada. Quise llamarla para que cantara alguna canción, que hiciera “The Ghosts Of Amsterdam”, por ejemplo, pero no estaba pasando por un muy buen momento. Tratamos de hacer algo a principios del año pasado y se cabreaba todo el rato. No pudimos terminar juntos el trabajo y pensé que si le pedía hacerlo iba a haber problemas. Desgraciadamente no conseguí que estuviera en “Intoxicated Women”, porque habría sido perfecto que estuviera en este también, y que cerrara el círculo que empezó. Me disgustó pensar que no ocurriría por motivos obvios… Pero es que además ya no hace conciertos y cuando empecé a tocar estas canciones en directo necesitaba encontrar a alguien que sí se subiera al escenario.
Echando un vistazo a los cuatro discos, con títulos como “hombres y mujeres intoxicadas”, “delirium tremens”, “elefantes rosas”… desde luego que remiten al universo de Gainsbourg, pero igual no todo en su música era ponerse hasta las orejas de lo que fuera …
Bueno, hizo bandera de ello y fue una parte muy importante de su carrera, formaba parte del personaje. Además, tiene un doble significado. Esa intoxicación también puede tener que ver con entusiasmo, o con el delirio de la vida. Realmente viene de un chiste privado que se ha ido repitiendo a lo largo de los años. Piensa que para hacer un tercer disco con sus canciones tienes que estar como una cabra. Con el segundo disco, bien, estás alucinando en plan “¿qué coño estoy haciendo?” Pero con el tercero obviamente la gente diría cosas como que estoy obsesionado. Y, claro, si te planteas un cuarto con mujeres que se acercan a la poesía de Gainsbourg, ya puedes permitirte cualquier cosa. Pero ten en cuenta que él también eligió presentarse como un borracho.
Y eso también es muy Baudelaire: embriágate de lo que quieras, de poesía o de virtud…
Exacto. Y así Gainsbourg terminó creando ese personaje que en el fondo es muy triste. En cualquier caso, es divertido presentar así las cosas y poner estos títulos a los discos del proyecto más que algo serio de verdad. Piensa que muchas de las canciones tienen un doble sentido muy gracioso, con letras irrespetuosas y giros muy extraños.
¿Y qué pasa cuando te metes en ese personaje para salir a un escenario y solo tocar canciones suyas?
Pues que es muy bizarro y debería dejar de hacerlo.
De todos modos el arte de las versiones era muy importante cuando nació el rock’n’roll, aunque ha caído en desuso…
El gran cambio vino con los Beatles y muchas de las cosas que ocurrieron en los 60. A partir de ello, se esperaba que los músicos y los artistas escribieran sus canciones, algo que no es necesariamente una buena idea. No todos los artistas son buenos escritores de canciones. Ni siquiera yo soy normalmente un buen escritor de canciones. No escribo letras, pero demasiada gente lo hace y la verdad es que la mayor parte de las letras que hay en la música pop son terribles, son una mierda. Pero esto no era el caso al principio del rock. Había grandes profesionales escribiendo canciones en despachos destinados a ello, y eran muy buenos. De pronto todo el mundo tuvo que escribirse sus propias canciones y lo que ocurrió es que muchos de los grandes artistas del pop han publicado canciones que son basura y están muy mal escritas. Yo no estoy interesado en eso. A mí me gusta que las letras con las que trabaje sean realmente buenas. Por eso me encanta trabajar con PJ Harvey y con Nick Cave, e incluso trabajar con el material de Serge Gainsbourg, porque su calidad como letristas es muy alta. Es un material impresionante para trabajar.
Entonces, ¿te sientes más libre cuando te metes en la piel de las canciones de otros?
En este caso es algo muy distinto a todo lo demás que he hecho. De alguna manera no tiene nada que ver con mi trabajo original. Incluso cuando trabajo con Polly o con Nick me envuelve su trabajo de manera que me llego a sentir parte creadora de ello, porque puedo aportar mis propias ideas; pero con las canciones de Gainsbourg es distinto, porque a veces ni siquiera cambio la música y cuando me subo al escenario siento que es diferente a cualquier otro concierto en el que pueda haber participado, es como si me preocupara solo por entretener a la gente, que es algo que normalmente no hago.
Lo que además te dejará más margen para tener un poco de sentido del humor que con tu propio material, por ejemplo, cuando tocabas en directo “Four (Acts Of Love)” (Mute, 2013).
Correcto, eso me pasó con “Four (Acts Of Love)” y con “Sketches From The Book Of The Dead” (Mute, 2011). Se planteó una gira más seria que incluso pasó por Europa. Toqué en Barcelona hace no muchos años y el concierto se basaba en este material. Fueron conciertos muy intensos. Cuando hago estas canciones todo es distinto, pero es que se trata de un tipo de música completamente distinto.
Cuando estabas escogiendo canciones de Gainsbourg para estos cuatro discos, ¿te ha pasado alguna vez que vieras una canción original suya que no te gustara del todo, pero pensaras que si hacías una versión podías mejorarla?
Sí, de hecho solo lo dejo como está cuando los arreglos son de verdad excelentes y con los músicos que tengo recreamos las canciones. Pero te podría decir una buena cantidad de canciones de las que he grabado que sí pensé que podrían mejorarse como “Overseas Telegram”. Es que, mira, sobre todo en su etapa disco hay arreglos muy repipis. Incluso con “Lemon Incest”, fui al original del piano de Chopin simplificándolo al máximo, porque no entendía demasiado por qué se necesitaba añadir un ritmo disco a la música de Chopin.
¿Y cómo se lo están tomando en Australia? Porque has estado muy contenido con esta imagen europea que das como oposición a lo melodramático que podría haber dado otro australiano…
¡Ja! Sí, muy bien, a la gente le gusta. Desde luego que es un interés marginal porque se trata de traducciones al inglés de un tipo francés, pero sin embargo va muy bien en América. No he visto los informes sobre los dos últimos, pero desde el principio allí ha habido mucho interés. También lo tengo que agradecer a los arreglos, porque hay unas cuantas canciones que al principio no me gustaban y, desde luego, si me encuentro un saxo o algo que hubiera y que no me gusta no lo voy a recrear...
Hablas con ciertas dudas de los dos primeros discos. Ahora que estás de gira con estas canciones, ¿escuchas lo que grabaste o mantienes una imagen en la cabeza que va cambiando?
Sé muy bien cómo los hice, pero por ejemplo ahora no hago muchas canciones de “Pink Elephants” (Mute, 1998) y probablemente debería. (Coge el CD para repasarlo) Hago “Requiem” y “The Javanaise”. A veces hacemos “Comic Strip”, y me lo debería plantear con “The Ticket Puncher”. Por alguna razón hay muchas de estas canciones que no estamos tocando en directo. Estamos haciendo bastantes de los discos nuevos, y le pego un repaso a “Intoxicated Man”, pero porque, al ser el primero, de alguna manera fue una recopilación de sus mejores canciones pecadoras.
“Ya he tenido suficientes discos de Gainsbourg. Por lo menos hasta que tenga ochenta años”
Bueno, ¿ya has tenido suficiente de discos de Gainsbourg?
Sí, sí, ya es suficiente, por lo menos hasta que tenga ochenta años, o si pasan veinte años y quiero hacer un volumen de despedida, pero no sé qué canciones podría meter, porque creo que ya las he hecho todas. En serio, hay cosas muy interesantes, pero creo que ya las he hecho todas.
Por pura curiosidad; ya sé que no tienes nada que ver con ello, pero he leído hace poco que Jane Birkin va a publicar un disco de homenaje a Serge Gainsbourg ahora en 2017. ¿Qué te parece?
¡Bueno, es lo que hace todo el rato! Cómo lo haga, será la cuestión.
Y además de tus discos sobre Gainsbourg también me interesa saber cómo van tus
proyectos en solitario. Supongo que ahora mismo que estás con la gira no me puedes decir mucho, ¿o sí?
Es curioso porque he estado haciendo algunas grabaciones durante los últimos dos años y no muchos conciertos… Ha sido año y medio, pero es que también he estado liado con la gira de PJ Harvey. Realmente me he pasado los últimos dos años metido en la grabación del disco de Polly y no he tenido mucho tiempo de pensar, pero lo más seguro es que me embarque en algo que sea completamente en solitario, pero con un grupo pequeño. Supongo que quiero hacer algo diferente. Probablemente quiera hacer algo que me suponga menos trabajo y me deje más tiempo para estar en casa.
No sé si lo recuerdo bien, ¿llegaste a trabajar con Marianne Faithfull?
No, me invitó a trabajar en el último. Pero PJ y Nick trabajaron con ella... ¿en qué disco era...?
Yo hablé con ella sobre “Before The Poison”.
Sí, puede ser. Y recuerdo que estábamos grabando “Abbatoir Blues” (Anti/Epitaph, 2004) y ella se presentó en el estudio y se me acercó para decirme al oído que no le permitían encontrarse conmigo. Supongo que era cosa de Nick, pero no entendía nada. En fin…
Es porque recuerdo que Marianne me dijo que pensó en trabajar contigo pero que la desanimaron porque eres un “control freak” en el estudio. Pero, claro, las matemáticas no me salen: no puedes estar obsesionado con el control si has trabajado con Nick y con PJ.
Obviamente, no lo soy en absoluto. Solo lo fui durante una temporada; durante la segunda mitad de los 80 con los Bad Seeds, porque todos los demás andaban metiéndose y alguien debía tener un poco de control sobre lo que estaba pasando.
¿Y cómo era lo de estar sobrio trabajando con semejantes elementos?
Alguien tenía que hacer que aquella mierda fluyera, aunque estuviera distraído con toda la locura que había alrededor, hasta que todo se desmoronaba de vez en cuando. Así que en aquellos días puede ser que sí estuviera obsesionado con el control en el estudio, pero porque sabía lo que pasaría si dejaba de controlar lo que ocurría. Todo el mundo se habría metido en problemas muy rápido.
Pero en general no me obsesiona el control sino todo lo contrario, aunque ha habido algunos momentos en mi carrera en los que he podido dar esa impresión. De hecho me gusta cuando trabajo con gente que se permite perder el control. Me gusta que la gente desarrolle lo que lleva dentro aunque no sepan lo que están haciendo hasta que luego escuchas cosas fantásticas que han ocurrido con la música con la que trabajan. Pero, vamos, que lo interesante es que Marianne ni siquiera sabía del todo quién era yo.
Correcto. Por eso, si tuvieras esa personalidad, no te podrías meter en un estudio con Polly Jean.
¡Oh, claro, es que eso sería demasiado esfuerzo! Pero si Marianne me hubiera preguntado habría visto que soy una persona muy fácil.
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