Dejar de fumar, y volver a fumar, por ponerse a pensar en la situación de la música española. Pedir una pizarra y encontrarla para dar clases sobre el orden desordenado de sus canciones. Practicar la formulación de la química inorgánica de la composición musical y la amistad. Mirarse al espejo y sentirse muy seguro de que se es un inseguro.La tarde que compartimos Alicia Gosálvez y yo junto a Sr. Chinarro,es de las que no se olvidan. Nos enfrentamos a Antonio Luque con prevención,sus descargas de mala uva y de pedantería son bien conocidas. ¿Bien conocidas por quién? Allí no estaba aquella especie de ogro que nos habían pintado, sino que nos encontramos con un tipo cansado,que desde las siete de la mañana (en Radio 3), estaba dando entrevistas y procurando que la borrachera de la noche anterior se desvaneciese lo antes posible y no le hundiese en una resaca que no le dejase tocar aquella noche con otro maestro de la confusión (de los entrevistadores), Will Oldham.
El Señor Luque Chinarro sonríe y despliega sus habilidades sociales. Un servidor envida y le cuenta que ha encontrado en Internet una página rusa en la que dice que "Compito" suena en una radio de Moscú. A cambio una sonrisa, el ogro, de existir, se ha marchado con otro. Pero hay que pinchar con la aguja hipodérmica en sus canciones,y un servidor lo aplaza, se mide, y compara el presente de la música española con el presente de hace quince años. "Me has puesto triste, voy a coger un cigarro." Dice que deja de dejar de fumar.Confianza. "Ha cambiado absolutamente todo. Todo es ocio. Ahora, ira un concierto de los Chinarro, para el común de los mortales, es interpretado como un sábado perdido. ¿Qué necesidad tiene un chaval de ponerse triste el sábado? Nadie tiene tiempo para ponerse a analizar una letra que sea un poco más extraña dela cuenta, o a pararse en los arreglos que tiene un disco como ese ("El Por Qué de mis Peinados")." Luque se queja, servidor se queja,y el hilo de familiaridad que se creó aquella tarde no se plasma en el papel, ni aún transcribiendo las palabras siempre hay quien las diseccionará buscando al ogro. El tono fue distinto. "¿Este puñetero disco qué es?" Luque se sabe poco normal, pero no pretende ser metido en el saco de los perdedores malditos, porque será el más maldito, y esa no es su vocación, aunque algunos se empeñen en vestirle de poeta intelectual. "Eso son chorradas."Eso. "Eso pesa en las ventas, por que es aberrante que sólo con calificaciones como "Chinarro, arrabal de nosequé, ya sepan si las canciones van a gustar."
Pero no todo es fácil, uno de los primeros problemas con los que se encuentra Sr. Chinarro son unas letras que, para no entrar en detalle,pueden ser calificadas sin riesgo de equivocación como las más personales del rock en castellano de los últimos siete años.No es raro que le acusen, los que no le comprenden, de que, ni dicen ni quieren decir nada, mientras que hay otros que hablan de Luque como el último poeta de la música española. No hay que tirarle de la lengua."Dicen algo, lo que no significa que me moleste que alguien piense que no. Prefiero que haya quien que no vea ahí ningún mensaje,porque no lo pille, y que se afirme frente a mi diciendo que yo soy malo y él es bueno; al que, sin entenderlo, diga que soy un magnífico poeta." Las canciones de Chinarro, son colecciones de imágenes."Que no, que no son colecciones de imágenes". Las canciones de Chinarro son hilos extraños de pensamiento que tienen bastante poco de escritura automática, y mucho de azar: "Muchas veces he dicho de broma, que para explicar las letras, necesito una pizarra, y hoy el diablo ha puesto ahí una pizarra. Entonces (se va a la pizarra),se me ocurre una frase, la más bonita. Una frase, llama a la siguiente,y sucesivamente. Pero, resulta que al final, cuando acabo, tengo 344 frases.Entonces, pienso en una melodía, y veo lo que cabe de la frase, y si la frase no cabe, habrá que cambiar las palabras para seguir teniendo la idea. Si al encontrar las palabras, resulta que se ha perdido un poco la claridad de la primera frase, me importa un comino, porque me conviene que sea musical y que entre. Eso es la primera cosa que entorpece el comprender,el tener que adaptar las frases a la estructura de la melodía. Luego,hay frases-puente entre unas y otras, que desaparecen. Es como si tuvieses que cruzar un puente, pero en vez de haber un puente, hay piedras separadas."Lo que no queda tan claro, después de leer los títulos de crédito del disco, es quién ha compuesto esos saltos de rana,porque Luque ha encontrado en Belmonte una estabilidad que otras formaciones le habían negado, y eso lo explica por la extraña T.O.M. "Claro,la teoría de orbitales moleculares." ¿La qué?La teoría (vuelve a la pizarra), por la que Belmonte es un átomo de Boro, y Luque, otro de Lutecio, y los electrones se juntan y se revuelven hasta que ya, nadie sabe quién ha compuesto qué.
Al menos tiene claro que no va a volver a dejar en manos de otro la maquetación del disco. Demasiada gente le ha recordado que "El por qué de mis peinados", se escribe junto. "La desfachatez que ha tenido el Pedro Pan ese, con tantos fallos de palabras enteras en las letras del disco que no son las que digo Otro error ha sido grabar los acordeones con teclados. A partir de ahora voy a prescindir de ellos, para que no digan sólo por eso que hago canción francesa. Eso no lo aguanto."El muro se levanta, sus ojos ganan una chispa de maldad, pero no desborda,"Se tiene que notar que se van a hacer los primeros cuatro conciertos seguidos de Chinarro que se parecen." Eso equivale a estabilidad, a reafirmarse en su estilo, a reírse de quien le compara con Joy Division("Será porque también te entran ganas de colgarte en la cocina con Chinarro"), y a alabar el trabajo de Alfonso Espadero en la producción, aunque, "Sea tan magnífico como el de Josema Dalton." ¿Dónde está el problema, entonces?En unas críticas retorcidas, en un público veloz, y en un grupo, en el que el más poderoso ("en términos chinarros"),se ve como un patoso natural, "Lo que me permite, al menos, conservar mi estilo. Si no fuese patoso, aprendería a tocar la guitarra, y Sr. Chinarro cambiaría." Pero si Sr. Chinarro cambiasen, como dice, tal vez habría venido a la entrevista el ogro o el escéptico que lo quiere dejar todo: "Porque soy un tío ciclotímico.Además, si no soy bueno con lo que me gusta, imagínate en otras cosas. Aunque pasen treinta años, si yo me subo a un escenario y veo que aplauden tres o cuatro, voy a estar contento." Un servidor,ha empatado en el envite. ¿Dónde está el problema entonces?
"El Por Qué de mis Peinados" está publicado por Acuarela y distribuido por Caroline.
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