El romper de las olas y unas gaviotas revoloteando el cielo. De este modo empieza “The English Riviera”, el trabajo con el que Metronomy conscientemente rompe la senda electrónica de sus dos trabajos anteriores. Debutando en 2006 aprovechándose de la escena nu-ravera, la banda se ha distanciado bruscamente de la electrónica y el pop extraño de sus trabajos previos dotando a su propuesta de una elegancia que no consigue empalagar a lo largo de sus once temas. Con ecos a una tierra imaginaria en la que el verano se perpetúa en el tiempo, Joseph Mount se enfrenta al primer gran reto de su carrera. Sus fans, como siempre, tomarán la última palabra ante tal reformulación sonora. “Es normal que muchos estén algo confusos con el disco ya que podían llegar a pensar que la electrónica siempre sería un elemento fundamental en mis canciones. Suena a tópico, pero habrá gente que dirá que los primeros discos eran mejores. En mi caso, no me preocupa. Sentía la necesidad de probar algo nuevo y no estancarme en lo que todos estos años he venido haciendo”, comenta Mount al otro lado del teléfono horas después de haber actuado en Brighton. ¿Dicho paso estaba estudiado o ha surgido de forma natural? “Ambas cosas. La idea de componer un álbum más relajado y cercano en su sonido me venía rondando por la cabeza desde hace tiempo. Y creo que ha sucedido en el momento idóneo”.
Volviendo al pequeño pueblo de Totnes que le vio nacer, Mount decidió psicoanalizarse fantasiosamente a la hora de perder el miedo a la hoja en blanco. “Hasta entonces siempre había trabajado en Londres. La verdad es que es muy difícil dejar la ciudad, pero me sirvió para desconectar durante un tiempo de su escena musical e ignorar a mis rivales. Totnes es un pequeño pueblo rural en el que predominan las granjas, algo totalmente opuesto a la capital. Sin embargo, eso es lo que buscaba para el álbum, ya que todo gira en torno a una fantasía de lo que para mí significa crecer. No en todos, pero en algunos temas sí que reflejo lo que viví y experimenté allí de pequeño. Es mucho más fácil escribir sobre tus propias memorias que partir de la nada”. Puestos a variar su método de trabajo, otro elemento significativo del nuevo Mount radica en que por primera vez se ha animado a pisar un estudio en condiciones. “Los discos anteriores los compuse encerrado en mi habitación con la única compañía de mi ordenador. Antes, quizás por el formato de las canciones, me conformaba con eso, pero en esta ocasión tenía varias ideas que había que desarrollar en el estudio. Por momentos, como por ejemplo con ‘The Bay’, se estableció una batalla conmigo mismo los primeros días porque me era prácticamente imposible conseguir el sonido que quería. Estas dudas siempre son buenas. Al final, exprimiéndote al máximo, consigues ver la luz satisfactoriamente”.
Aunque Metronomy se pasea en estos momentos por los escenarios como un cuarteto tras la incorporación de dos nuevos miembros en sus filas, Anna Prior y Gbenga Adelekan (debido a la marcha de Gabriel Stebbing, quien desde 2009 ha querido probar suerte en Your Twenties), Mount continúa alzándose como el cerebro exclusivo del proyecto. Tienen permiso para tachar de figurantes al resto de su equipo. “Aunque ahora seamos cuatro no ha cambiado absolutamente nada. Metronomy sigue siendo algo mío desde hace ya unos años. Que el resto influya en mis ideas es prácticamente imposible”, comenta entre risas. Apoyado por su faceta como remezclador para artistas como Goldfrapp, Ladytron o Lykke Li, con tal de “experimentar con estructuras y poder desarrollar futuras ideas”, Mount ha cumplido uno de sus sueños mainstream produciendo dos temas del debut del patito feo de las Girls Loud, Nicola Roberts. “Desde hace años me apetecía mucho trabajar con Girls Aloud, y acabar haciéndolo con una de ellas se me hace extraño. Es la primera vez que colaboro con una estrella del pop y el balance ha sido genial. He compuesto y producido dos temas, uno que aparecerá en el disco y otro que presumiblemente será una cara B”. Tras hacer lo propio con Sophie Ellis-Bextor, el tiempo dirá si acaba convirtiéndose en el nuevo Richard X.
“The English Riviera” está publicado por Because/Warner.
¡estoy enganchadísima a este disco!