Podrás ver próximamente a Metrika en concierto en: Almería (14 septiembre, La Coupè 777), Bilbao (20 septiembre, Nexomalito; Bilborock), Barcelona (28 septiembre, Barcelona), Madrid (3 octubre, Shoko; Mazo), Valladolid (26 octubre, Portacaeli), Zamora (8 noviembre, La Cueva del Jazz), Salamanca (9 noviembre, La Chica de Ayer), Vigo (15 noviembre, Mondo), Donosti (16 noviembre, Dabadaba) y Málaga (5 diciembre, Velvet; Fiebre).
Metrika es la madre fundadora de un estrato de población que estaba entre la primaria y la ESO en el boom del trap en España y que intercalan de forma indiscriminada empoderamiento con inseguridades, hedonismo con divergencias, tolerancia con boundaries claros y concisos, autoprotección con picos de megalomanía. La artista de Castellón abraza a todo ese público y, además de ser transversal a generaciones más avanzadas a través de sus líricas agudas, explícitas y carismáticas, junto a una dupla inquebrantable con su productor y DJ D.Basto, abarca un amplio espectro de géneros y sonidos que les han hecho merecedores de situarse en el centro del foco de la escena española actual.
"Hago la música que a mí me gustaría escuchar"
Durante la conversación, Metrika reflexiona sobre su estado actual, expresando que se siente en su "peak", aunque espera que en unos años pueda verlo como la base de algo aún más grande. Sin embargo, admite sentir mucha presión en este momento, un miedo a que este sea su punto más alto y que después de esto todo vaya en declive. "Ese es mi gran miedo", confiesa, aunque también señala que al analizarlo desde fuera, piensa que no será así. “Ese miedo de ser una moda pasajera siempre está ahí", agrega. Porque la popularidad de Metrika ha crecido tanto que incluso otros artistas y algunas de las personas más influyentes de la actualidad la mencionan como referencia. A pesar de estos temores, reconoce que su público, especialmente las niñas que se identifican con el underground, la ven como una referencia por los temas que aborda en sus canciones. Metrika atribuye gran parte de su capacidad para ser explícita en sus letras a pioneras como La Zowi, quienes abrieron el camino para que ella pudiera hablar de temas sensibles como los trastornos y las autolesiones sin tanto miedo a la crítica. Pero, a pesar de las inseguridades, Metrika no experimenta el síndrome del impostor. "No siento que lo que tenga no me lo merezco, de hecho creo que me merezco esto y más", afirma con seguridad.
Su primera gira es un reto para Metrika, quien es una persona más introvertida y disfruta de la tranquilidad de estar en casa o con su círculo cercano. Admite que le cuesta conectar con la gente y que los conciertos le generan bastante miedo, especialmente en cuanto a sentirse cómoda con las personas de la sala y los promotores. “Pensaba que lo de las giras iba a ser más romántico", dice, agradeciendo tener a D.Basto a su lado para no sentirse tan sola. Recuerda una experiencia en Madrid donde, estando sola, pasó una semana llorando y deseando volver a casa para disfrutar de cosas simples como un granizado en el centro de Castellón con sus amigas, o poder ir con las pintas que quiera sin la presión de tener que sentirse guapa. A pesar de estos desafíos, Metrika se esfuerza por conectar con su público después de los shows, quedándose horas fuera de la sala tomándose fotos y hablando con sus fans. “Con las niñas que me siguen es imposible no conectar porque somos todas del mismo rollo”, comenta, explicando que una vez en el escenario se siente en su zona de confort. Las muestras de cariño de sus fans la hacen sentir perfecta y cómoda, aunque al principio de los conciertos le cuesta socializar. Esta dualidad también se refleja en el deseo que tenía al principio de su carrera de que la gente la viera como una figura inalcanzable contrastando con el actual de que la vean como a una persona humana. “Quiero que la gente me vea en plan 'wow' pero quiero que vean en todo momento que soy una persona”, explica, apreciando a los artistas que, aunque tienen una imagen predefinida, logran mostrar su humanidad.
El lanzamiento de “Madre Fundadora” es un éxito, con el público cantando sus canciones desde el primer momento. Aunque está muy contenta con la acogida, Metrika ya está enfocada en su próximo proyecto, un EP que planea lanzar a fin de año. “Es un álbum muy conceptual que es algo que yo no había hecho hasta ahora”, comenta, aunque admite que ya se siente un poco aburrida de él después de un año escuchándolo. Ella encuentra inspiración en sus emociones y experiencias pasadas, incluso desde la felicidad puede expresar sufrimiento y dolor. “Escribir desde el dolor, estando triste, no puedo. Escribo después de haber estado triste”, explica, resaltando la importancia de procesar sus sentimientos antes de plasmarlos en su música. La cantante aborda las críticas que recibe por supuestamente hacer apología del uso de fármacos y las autolesiones. Defiende que su música no tiene la intención de educar, sino de desahogarse y normalizar sus experiencias. "Yo hago la música que a mí me gustaría escuchar", dice, esperando que su honestidad inspire a otras personas con neurodivergencias a seguir adelante. El mensaje de "Madre Fundadora" gira en torno a la dependencia emocional, el desamor y el duelo, especialmente desde la perspectiva de alguien con neurodivergencias. “Si no las tuviera, hubiese hecho un disco totalmente distinto”, concluye Metrika, subrayando cómo sus experiencias personales moldean su arte.
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