“Suelta” es un nuevo trabajo en una onda distinta a la de “In The Backyard Of The Castle” (Halley Records, 20), un debut soberbio oscurecido por la pandemia. Sin embargo, su lectura es positiva a pesar del momento en el que vio la luz. “Nunca lo he visto como algo muy dramático, porque a mí me hacía mucha ilusión sacar el disco y, también, como era muy íntimo y tranquilo, de alguna forma, había gente que me decía que les había ido muy bien escucharlo en aquel momento. Así que ni lo vi ni lo viví como un tiempo perdido ni nada por el estilo. Podría parecerlo, pero no es así. Al menos para mí”.
“Ahora puedo leer una pieza de Bach y eso es un tesoro increíble”
La artista de El Maresme le da mucha importancia al conjunto, al peso que tienen sus discos, la intención de cada uno de ellos. De alguna manera se aleja de esa filosofía del single inmediato, y este “Suelta” es una muestra más de ello. “Yo no estoy en esa onda urbana. Para mí es muy importante que la grabación quede muy bien, que haya un concepto en la misma aunque también haya que darle otra vuelta de cara a los directos”. Pero “Suelta” es también un disco que necesita de sucesivas escuchas y tiempo para encajar sus piezas. Hay una amalgama enorme de sonidos y estructuras compositivas nuevas, con mucha más electrónica y experimentación. “Ahora mismo tengo un pálpito bastante catártico, de haber hecho algo que suena como yo quería, aunque también tengo un poco la sensación de que es algo bipolar en el sentido de que hay canciones más experimentales y otras que nuenan digamos que más a Supertramp. Pero al mismo tiempo me gusta porque es algo que no puedo evitar, algo que quería hacer. Y eso me da tranquilidad, el ser consciente de que he podido colmar gran parte de mis inquietudes”. Y esas inquietudes la llevan a hablar sobre relaciones entre personas, y no siempre tienen que estar vinculadas con el amor. “Menos mal que alguien lo interpreta así. ¡No todo gira entorno a las relaciones de pareja!”.
Es evidente que Meritxell ha creado un disco que ofrece algo distinto a cada escucha, una obra que tiene infinidad de lecturas. “Yo creo que tiene una dirección muy concreta, pero es cierto que mi debut partía de una base más clásica, quizás mas estándar. Y este... bueno, es otra cosa. Es decir, cuando todo, incluso en directo, o cuando compongo, me lo monto todo y entonces juego. Eso es lo que hago. Entonces, si algo me vibra mucho más, pues compongo a partir de aquello. Y aquí la dirección ha sido más clara, la he determinado más. ¿Los pasos? Pues juego con bombos o con no sé qué electrónico, pruebo cosas con el sintetizador, con el vocoder, y acabo haciendo canción que para mí tampoco es una canción como tal. No hay una estructura tradicional, es como una información sonora, a veces con muy poca letra, que es otro tipo de sensación”. Meritxell ha alcanzado esa libertad para componer y dejar fluir su creatividad gracias a ir madurando como artista y como instrumentista. “He estudiado piano, he trabajado como pianista, aunque después estuve en otras bandas y quizás sí que fui madurando muy internamente lo que quería hacer. En el primer disco es posible que fuese ya a hacer lo que tenía en la cabeza, pero siento que todavía me faltaba algo. Por ejemplo, me siento más afinada con el sonido de este nuevo disco. En el primer disco también, pero en ese momento también quería sentir cómo era grabar en el estudio, compartir con músicos, trabajar con un productor, las mezclas...”. Y es que Meritxell Neddermann tiene una formación extraordinaria que adquirió en escuelas de Nueva York y Boston, o en el Taller de Músics de Barcelona. Todo ello permite que pueda afrontar cualquier reto musical que se plantee. “Claro que sí, eso me da alguna ventaja. Ahora puedo leer una pieza de Bach, por poner un ejemplo, y eso es un tesoro increíble. A veces leo música y digo ‘Madre mía, estoy leyendo esto y suena genial”. Esas capacidades han permitido que Meritxell tenga experiencias muy valiosas también junto a otros artistas. Sin ir más lejos, ha estado girando con Jorge Drexler. “Sí, muy valiosa. Te ayuda a entender cómo funciona un equpo en una gira así y también cuál es tu papel. He aprendido mucho con él y me he sentido muy cómoda. Es una persona inquieta, muy afable y que te facilita siempre el trabajo”.
En el encuentro que tenemos en las oficinas de la revista en Barcelona, Meritxell mira con orgullo al disco que acaba de publicar. Es defensora del formato físico, solo encuentra beneficios y ventajas. Y todavía más a nivel técnico y de sonido. “Bueno, entiendo que las nuevas generaciones no le den la importancia que tiene, pero al final se nota mucho. Es algo que aprecio escuchando los míos, porque claro, lo conozco tanto del estudio y cada uno de los detalles... La verdad es que no hay punto de comparación. O sea, la información armónica, el espacio, la calidad del sonido. Todo eso se pierde con Spotify o Tidal. Que sí, es muy cómodo, y yo también lo uso, pero la diferencia existe”.
Toni Castarnado
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