Para empezar, ¿podéis explicar, para quien no os conozca, qué es Megara?
Resulta que una vez nos describieron como la mezcla perfecta entre lo siniestro y el algodón de azúcar y, desde ese día, no sabemos decir otra cosa mejor sobre nosotros (risas).
Incluso habláis de “fucksia rock”. Tenéis influencias de bandas como Three Days Grace o Halestorm, pero ¿creéis que habéis logrado un sonido propio y que os distinga?
Definimos “fucksia rock” un día que se empecinaron en encasillarnos sí o sí en un estilo en concreto dentro del metal. Nos querían clasificar en seis estilos porque teníamos de aquí y de allí. Kenzy y yo nos miramos y solté “Hacemos ‘fucksia rock’" y ahí me quedé todo ancho y no se volvió a hablar del tema (risas). A nivel mundial está todo hecho. Sin embargo, a nivel nacional, creemos que estamos abriendo y mostrando un poco el estilo que ahora mismo sólo se consume de bandas internacionales. Nuestro sonido en este segundo disco es más elaborado y, gracias a la voz de Kenzy, creo que puedo decir que tenemos un sonido propio que seguiremos trabajando y mejorando disco a disco.
Vuestra apuesta por lo visual es muy grande (la estética, el uso del rosa y el negro, el conejo). ¿Por qué habéis apostado por este estilo?
Nos gusta hacer lo que vemos de otras bandas y mucho de lo que llama la atención en este negocio entra primero por los ojos. Recuerdo cuando comparábamos discos por las portadas sin haber escuchado ni quiénes eran (risas). Además, siempre hemos comentado que cuando vamos a un concierto decimos: “Voy a ver a Fulanito que toca aquí…”, no decimos que vamos a escucharle tocar. Así que lo visual está al mismo nivel que lo musical.
El maquillaje de Pol y Rober me recuerda mucho al de Morphium. ¿En qué os inspirasteis vosotros?
Hemos hecho muchas pruebas de maquillaje para todos y stalkeado gran cantidad de bandas que llevan este tipo de estética para ver cuál sería la que más encaja con la imagen que queremos en Megara. La de Rober salió haciendo bocetos y la de Pol viene muy en la línea de Wes Borland (Limp Bizkit) mezclado con Mudvayne.
Para darle contenido a “Aquí estamos todos locos”, os habéis inspirado en “Alicia en el País de las Maravillas”. ¿Qué os inspira el libro?
Somos muy fans de la novela de Lewis Carroll. Nos parece una obra maestra y nos encajaba perfectamente con el rollo de la banda. Hemos querido plasmar nuestra esencia en los personajes y la historia, así que por eso la hemos retocado un poco enfocándola hacia la cara más oscura y pícara. Una vuelta de tuerca que era necesaria para hacerla nuestra. Jugar con la locura de forma tan inocente nos pareció muy atractivo y por eso nos lanzamos de cabeza al País de las Maravillas. Invitamos a todo el mundo a que nos acompañe en este camino, siempre y cuando esté lo suficientemente loco o si no es así... ¡Que le corten la cabeza! (risas).
Os mantenéis muy activos en redes sociales y lleváis a cabo acciones de marketing de guerrilla para llegar directamente a vuestros fans.
Tenemos una meta y es la de “Megarizar” todo lo que podamos, ya sea material o no. Somos muy frikis y moñas y, gracias a esa explosiva sensual combinación, logramos llegar a nuestros fans más directamente, porque la mayoría de ellos son también como nosotros. Creo que la estrategia es acertada para nuestro público. A nivel empresa, muchas bandas olvidan a quiénes quieren llegar con su música y qué gustos o preferencias tiene su público. Escuchar a los fans es primordial para llevar a cabo ofertas o estrategias efectivas.
Hace un par de años montasteis una buena fiesta en la antigua sala We Rock de Madrid para presentar vuestro primer disco, “Siete”. Pocos grupos que empiezan se animan a montar un sarao como ese. ¿Cómo lo hicisteis vosotros?
Desde un principio hemos tenido claro que: “todo lo que hagamos, será lo más profesional que podamos según los medios de los que disponemos”. Hacer un evento como aquel llevó meses de preparación: pensarlo, organizarlo, diagramarlo, planificarlo… y así es como nos gusta trabajar en Megara. También aprendemos a base de errores a no volver a cometerlos y a mejorar en el siguiente emprendimiento. Cualquier banda que trabaje en el show lo puede hacer. Lo cierto es que fácil no es, y quizá muchos desistan antes de pensarlo incluso, pero a nosotros nos encantan estos fregados. Nos vienen como anillo al dedo.
Para vuestro anterior trabajo contasteis con Carlos Escobedo de Sôber a la producción. Ahora habéis grabado vosotros. ¿Ha sido muy diferente grabar el material por vosotros mismos?
La principal diferencia fue hacerlo con más tiempo y sin la presión de tener que grabar equis cantidad de temas en equis tiempo. Eso es una presión, quieras o no, y no le puedes dedicar el mismo mimo que cuando no tienes una fecha cerrada en estudio para grabar, mezclar y masterizar. En “Aquí todos estamos locos” podíamos acceder cada dos o tres semanas a unas horas de estudio para grabar las ideas y maquetar los nuevos temas. Así que íbamos perfilando las ideas sin prisas en los ensayos y, una vez teníamos uno o dos temas ya cerrados, nos acercábamos a grabar tranquilamente en el estudio de Pablo para luego enviarlos a Kyle en Estados Unidos.
¿Qué diferencias os parecen más significativas entre “Aquí todos estamos locos” y “Siete”?
Principalmente que el sonido es mucho más potente y los temas tienen algo más de electrónica y están más elaborados. La banda sigue siendo la misma, pero, como comentamos antes, pudimos mimar algo más los temas para definirlos un poquito mejor en el estilo nuestro.
El grupo estará actuando en Valencia (11 junio, Rock City), Murcia (12 junio, Garaje Beat), Málaga (13 junio, Paris) y Zaragoza (CC Delicias, 14 junio), junto a Avatar.
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