En un reciente especial sobre McEnroe ya analizamos la discografía del grupo que no es escasa. Me pregunto si para ellos han pasado rápido estos veinte años. “No, no han pasado muy rápido. Lo hemos disfrutado mucho y parece que no hemos hecho mucho, pero es engañoso” apunta el bueno de Ricardo.
“Estamos cubiertos por un halo de lentitud y tristeza y no es así. Es cierto que hay canciones que nacen de momentos difíciles, algo normal” continúa Lezón. Efectivamente, la imagen que algunas personas tienen de McEnroe es esa. Y seguramente ese poso no es sencillo de eliminar sin el esfuerzo que podría requerir entrar en su música. Y en este punto Lezón es muy firme: “Con la música no hay que hacer esfuerzos, te llega o no te llega”.
Echar la vista atrás es inevitable y ser consciente de lo que has hecho. “McEnroe ha sido siempre un amateurismo indiscutible. Tampoco nos hubiéramos planteado una profesionalidad en caso de haberse dado la opción”. Las familias y los trabajos de los miembros del grupo han marcado una trayectoria notable a pesar de todo ello. “No hemos hecho nada que no quisiéramos” dice Ricardo. La sensación de agradecimiento está ahí, de sentir satisfacción por lo realizado. Y toca celebrarlo este año.
El compositor y timonel de la formación es quien más tiempo dedica a un proyecto que nació a primeros de siglo cuando él y Jaime Guzmán decidieron juntarse para ensayar en el caserío de Azkorri donde todavía conservan su espacio. Ambos apenas sabían tocar y no fue un impedimento para arrancar. El baterista Edu Guzmán se unió después y fue Gonzalo Eizaga -guitarra- quien completó la primera formación del grupo. “Gonzalo fue el primer músico de McEnroe” apunta con su habitual humor Lezón.
Un nuevo disco ya está compuesto y ahora sólo falta grabarlo. “Nos cuesta mucho juntarnos y sacar tiempo para ensayar. Me gustaría que llegase el momento de grabar las nuevas canciones, porque me gustan mucho. No tenemos por qué hacer un disco si no queremos”. La buena noticia se completa con la futura publicación de un libro, “escribirlo me está costando más que las nuevas canciones”, que seguramente será felizmente recibido por los muchos seguidores del músico y del grupo.
Charlamos sobre el estado de la música actual y el relevo que han tomado las nuevas generaciones. La enorme cantidad de festivales que existen y los mismos carteles que se repiten. Y Ricardo no se muerde la lengua: “El indie está envejeciendo muy mal. Habrá grupos que hayan tocado en un verano más que nosotros en veinte años. No me interesa la música a granel”. Manteniendo esa calma inicial, la conversación nos lleva a hablar de música en general, de nuevas músicas y el relevo generacional. “No le doy tanto valor a las novedades, me gusta escuchar música. Me gusta mucho volver atrás y ver lo que me he perdido”. Y cita algunos últimos nombres que le han gustado y apunto con mucho cariño en el cuaderno. Damien Jurado como un referente, y aquí le menciono la honestidad de algunos artistas. Ricardo reacciona de inmediato: “A veces me da la impresión de que se llama honesto a quien no tiene éxito”. Le entiendo perfectamente y le agradezco la sinceridad. Otros nombres que comparte son Small Sur, Friendship, Chartreuse, Cola (apuesta personal suya)…
Afirma escuchar muy poco sus discos, lo menos posible cuando le pido un favorito. “Si tengo que elegir un álbum de McEnroe, me quedo con La Distancia” dice nuestro protagonista. Repasamos juntos por encima la discografía de la banda, coincidimos en que cada uno de sus largos tiene algo especial y propio de un grupo muy personal. Ricardo tiene claro que “Mundo Marino tiene toda la frescura que después perdimos. La inocencia que ya no volverá” y me quedo pensándolo.
La gira de celebración de los veinte años comenzó en Getxo el pasado mes de enero. Jugar en casa era importante a la hora de empezar este 2022 y el público, sus amigos y familias, no dudaron en arropar al quinteto. Le comento a Ricardo que me pareció muy acertado dar visibilidad y forma a “el relevo”. Las nuevas generaciones también participaron de aquella fiesta. Por un lado, Jimena Lezón, la hija, cantando (ya lo había hecho en conciertos anteriores) y siendo quien interpreta -maravillosamente- los cuatro temas que conforman el ep “Veinte”, publicado este mismo verano. Por otro lado, dando también el testigo a Mario del combo getxotarra Galerna en uno de los temas del repertorio de aquel 7 de enero. “Es algo que nos da vida y es la mayor recompensa de todo. Hemos hecho algo que se va a quedar para los que vienen detrás. Hace especial ilusión que hay gente más joven que se interesa por tus canciones. La herencia es lo más importante” subraya Ricardo. Mencía y Jimena, hijas de Jaime y Ricardo, respectivamente, nacieron hace veinte años cuando McEnroe firmaba sus primeros pasos. Hoy también forman parte de una especie de familia que se siente orgullosa de lo realizado.
A partir del 22 de octubre, Granada, Bilbao, Barcelona, Valencia y Madrid completarán esa gira tan recomendable.
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