Mi conversación con Maximiliano Calvo se alarga hasta la hora de duración. El músico argentino afincado en nuestro país tiene unas ganas enormes de explicar por lo que ha pasado. Y sí, es otra de esas historias de caída en el abismo, dolor y redención que tanto abundan en el mundo de la bohemia. Pero, por más que la literatura nos haya hecho creer lo contrario, no hay nada de romántico en todo ello. No ha sido divertido. Puede que con anterioridad haya engrandecido la leyenda de más de un artista, pero no es así para el que lo vive en primera persona. Además, lo que más le pesa a Maximiliano es la sensación de haberla cagado. De haberse cargado su carrera y se pregunta si todavía estará a tiempo de enmendar tantos errores acumulados. “Barato y Romántico”, su nuevo Ep de cinco luminosas canciones pop, es un primer paso para ello. Pero no quiere que sea el último y ya anda trabajando en lo que será su próximo disco. “Estoy componiendo solo, que es algo que nunca he hecho, porque antes siempre necesitaba jaleo a mi alrededor. Y todas las canciones hablan de cómo la cagué, que es algo que me pregunto mucho… Habla de la adicción, pero más desde una óptica de querer pedir perdón Y es que en el fondo me da más miedo parecerme al que fui que consumir de nuevo… Pienso mucho en hasta qué punto estoy preparado para soportar tantas frustraciones en la música, en este mundo en el que todo resulta tan instantáneo”. Y es que las grandes expectativas suelen jugar muy malas pasadas, y el argentino tenia mucha fe en que “El Gallo”, su último largo publicado en abril de 2023, tuviera una repercusión que luego no tuvo y a partir de ahí… “empiezo a consumir mucho por culpa del desespero”.
"Me expuse de más y no lo haría de nuevo porque ahora pienso mejor las cosas"
La supervivencia, poder vivir de tu música, aunque sea con lo mínimo y sin tener que traicionarte por ello faltando a tu verdad, a ser auténtico, es otra de esos demonios que persiguen y han perseguido al argentino hasta la saciedad. Por eso respeta tanto a Alex Turner de Arctic Monkeys, al que tilda de “la última rockstar que nos queda”. Lo respeta por esa responsabilidad enorme que demuestra tener para con su música. Al igual que me habla maravillas de su amigo Carlos Ares o de Guitarricadelafuente y Carolina Durante. Para Calvo todos ellos son buenos ejemplos de músicos que buscan la verdad. Que no se conforman con los cinco minutos de fama que alumbran a los chicos de la academia de Operación Triunfo. Un mundo que Maximiliano conoce muy bien, pues una de sus formas de supervivencia pasa por trabajar componiendo para todos ellos, vía Universal, su sello discográfico. “Cuando por ejemplo trabajo con un artista como Lucas (Curotto) de O.T. intento darle una sinceridad a sus canciones en base a lo que me cuenta. Intento charlar mucho con el artista y entender qué le pasa, a dónde quieren llegar”. Ecuación que en ocasiones cuesta mucho de resolver, esa que combina variables como credibilidad y fama. Por eso no puedo reprimir el preguntarle si se arrepiente de su paso por el talent show televisivo “Dúos increíbles” y si ahora repetiría esa experiencia. “Ahora siento que no. Que no tienen nada que ver conmigo… Además me pilló en mi época de consumo más fuerte y me cuesta verme… Creo que las decisiones que tomaba entonces, estaban muy distorsionadas por mi forma de verlo todo. Y en ese momento pensaba que mi personalidad en televisión podía ser disruptiva, porque alguien como yo no es lo que se espera que aparezca en televisión,. Pero luego me di cuenta de que no. De que en ese mundo se prefiere a alguien como Alfred (García) que ya era una cara conocida y allí se va a lo que se va y lo entiendo. Porque la tele tiene que ser amable. La gente no necesita tantas preguntas en la televisión y que la descoloquen. Además yo estaba en una época en la que podía salir por cualquier lado y ese no era un lugar para mí. Me expuse de más y no lo haría de nuevo porque ahora pienso mejor las cosas, y creo que tengo una idea mas clara de mi carrera y de mi vida aunque me dé miedo”.
Maximiliano Calvo se expresa sin ningún filtro y sorprende. Se nota que el periodo de rehabilitación le ha servido para reflexionar sobre su vida, su adicción y su carrera. Por eso no se corta a la hora de reconocer que no siempre ha actuado como una buena persona. Que ha hecho daño a gente que no lo merecía o que incluso la envidia ha sido un motor existencial de consecuencias muy negativas. "Cuando veía la carrera que estaban desarrollando en en mi país Bándalos Chinos o Conociendo a Rusia lo primero que me salía en mi época de consumo, y no lo podía manejar, era la envidia. Ahora lo que procuro es que en lugar de tomar esa envidia como algo negativo, intento copiar como han hecho ellos las cosas para que a mí me vaya mejor. Pero lo primero que me sale es una envidia muy grande y lucho contra ella porque son mis amigos y quiero lo mejor para ellos”. Y tampoco le pone paños calientes al hecho de que borraría de las plataformas de streaming todo lo anterior a “El Gallo” porque es un material con el que ya no se siente ni cómodo ni representado. Canciones que son fruto de decisiones que no siempre han sido las correctas… “Tan solo dejaría ’Febril’ y la canción que tengo con María Jiménez (“El lío”) porque es la última canción que grabó en vida y es muy importante para mi, pero el resto lo borraría sin duda”. Una necesidad de borrón y cuenta nueva que deseamos de corazón que le funcione y que se mantenga firme en su sobriedad y convicciones. Nadie dijo que fuera a resultar sencillo . Don Disturbios
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