Garbage, vuelven. La noticia se conocía a finales del año pasado y desde entonces han ido informando con cuentagotas de sus progresos y mostrando en su web algunas de las canciones de su nuevo disco, “Not Your Kind Of People”, que pronto presentarán en el Bilbao BBK Live. Una primera escucha a temas como “Blood For Poppies” o “Battle In Me” basta para darse cuenta de que siguen siendo fieles a las marcas de la casa: guitarras distorsionadas, ritmos sombríos y estribillos dinámicos. Pero rechazan que su retorno se enmarque dentro del revival noventero al que asistimos desde hace un tiempo. “Muchas bandas vuelven para ganar dinero con los conciertos. Nosotros no. Sólo queríamos volver a grabar un disco. Y ver qué oportunidades surgen, como cuando estábamos empezando. Queremos centrarnos en quiénes somos ahora”, explica tajante Shirley Manson, su pelirroja vocalista y uno de los iconos más sofisticados de los noventa, si bien la trayectoria del grupo no se interrumpió hasta 2005, durante la gira en la que presentaban “Bleed Like Me”. Así explica lo que pasó entonces: “Me sentí vacía y perdí la inspiración. Todo había sido fantástico y de pronto me aburría. Era algo terrible y me parecía insultante, porque sé lo afortunada que soy. Fuimos honestos y decidimos bajarnos del tren”.
Después, Shirley probó la aventura de grabar en solitario. Y aunque no lo consiguió, su fama le ha permitido seguir en activo durante estos últimos siete años, colaborando aquí y allá con otros artistas. Fue precisamente de uno de los proyectos que le ofrecieron a ella de dónde nació la idea de retomar la trayectoria del grupo. “Mi agente me ofreció la posibilidad de actuar con la orquesta filarmónica de Los Ángeles y me sugirió que lo hiciera con la banda. Les llamé, y aunque a todos les pareció alucinante no pudo ser por los compromisos que tenía cada uno. Sin embargo nos dimos cuenta de que estábamos preparados para volver a grabar un disco”, explica.
Al parecer se han inspirado en David Bowie, Siouxsie y Cocteau Twins, y lo han compuesto entre todos: la propia Shirley, Duke Erikson, Steve Marker y por supuesto Butch Vig, batería, productor y responsable del característico sonido del grupo (como también lo fue del “Nevermind” de Nirvana, del “Dirty” de Sonic Youth y del último de Foo Fighters, “Wasting Light”). Pero apostar por un proceso tan democrático les ha obligado a tomárselo con calma. “Nos reunimos hace dos años. Había pasado el tiempo suficiente y volvíamos a tener la cabeza llena de ideas. Pero necesitábamos grabarlo sin presiones, tomarnos nuestro tiempo para volver a conectar juntos, y eso ha hecho que sea muy divertido, lo hemos disfrutado mucho, sin estrés”, dice la vocalista. “Así es como debíamos retomar el grupo, no hacerlo de manera forzada, porque una discográfica lo necesitara”, insiste. Por eso para este álbum han creado su propio sello, Stunvolume, con el que debutan en la autoedición. “Siempre hemos sido independientes. Nunca se nos incluía en la escena, se nos obligó a verla desde afuera. Así nos hemos sentido a lo largo de los años y es algo que nos ha influido a la hora de seguir grabando”, explica.
La madurez personal parece ser la responsable final de este retorno y, según ya ha comentado Vig, se nota en unas letras en las que hay intensidad y rabia, pero también optimismo y esperanza. Físicamente, también pueden presumir de llevar el paso de los años como pocos, especialmente ella. “Me siento cómoda con mi edad. Y una privilegiada, porque soy de las pocas mujeres que se puede permitir sacar un disco a los cuarenta y cinco años”, confiesa. ¿Afectará la edad a sus enérgicos directos? “Reencontrarnos con nuestro público nos emociona mucho. Está claro que cada vez es más duro ir de gira, pero estoy entrenando y me siento bien. Las cosas que merecen la pena hacerse nunca son difíciles”, concluye.
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