Más que una voz con carácter
EntrevistasDayna Kurtz

Más que una voz con carácter

Redacción — 15-01-2010
Fotografía — Archivo

Tres años han sido necesarios para disfrutar de “American Standard”, una nueva obra de la carismática y siempre magnífica Dayna Kurtz. Recientemente se paseó por nuestro país para dejar claro de nuevo que también en directo en una gran artista.

Tras más de tres años sin tener prácticamente noticias de ella, concretamente desde la publicación de “Another Black Feather”, volvemos a disfrutar de una de las voces femeninas más importantes de la última década, la de Dayna Kurtz, en “American Standard”. “Hubo un momento en el que el cuerpo me pedía parar. Obtuve ingresos buscando otras fórmulas distintas a las habituales, como podía ser la de producir a otros músicos, colaboré con My Brightest Diamond, o, por ejemplo, he estado metida en otros proyectos como el que he llevado a cabo a medias con Mamie Minch en el Ep ‘For The Love Of Hazel’, con canciones del músico de culto Hazel Dickens”. Fiel a si misma, ella vive ajena al mundanal ruido en el que se mueve el resto del planeta. “Me siento muy afortunada. Soy feliz así, con mi estilo de vida, con mi carrera. No necesito gozar de mucho éxito, me contento con poder tocar cada día en un lugar distinto. Más repercusión, supondría tener más personal, también más presupuesto y más riesgo. Mi mayor patrimonio es mi libertad, tenerlo todo bajo mi propio control. Todavía hay muchos músicos desconocidos que me hacen llorar cuando les escucho, y eso, para mí, sigue teniendo mucho valor”. Demostrada esta su capacidad para hacer grandes versiones, sobre todo después de escuchar la forma en la que reinventa canciones de músicos como Elliott Smith, Sonny Burgess o The Replacements. “Me siento cómoda haciendo versiones. Intento ser cuidadosa a la hora de elegirlas. Sobre todo, y por encima de cualquier otra consideración, me considero cantante, una buena intérprete de canciones. Lucinda Williams, a la cual adoro, es otro tipo de artista. Ella es más  poeta, una gran escritora. No me la imagino cogiendo un repertorio jazz y dándole la vuelta, y yo en cambio sí soy capaz. Ella está más definida en su estilo, y eso le permite una cierta regularidad. A mí, en Alemania, me meten en el saco del jazz, con lo que no estoy de acuerdo, y en cambio aquí o en Holanda se me asocia más con el concepto de cantautora de Lucinda”. “American Standard” abre nuevas vías, otros estímulos, mostrándonos a una Kurtz más madura y mucho más experimentada. “Este disco refleja la curiosidad que ha despertado en mí el rock’n’roll y el rockabilly. Es un disco más americano y menos europeo que los anteriores. Aun así, me alegra no estar encasillada en un estilo. Antes me interesaba mucho el cabaret o la canción europea, y ahora estoy por otros temas. Además, tomé lecciones de guitarra para mejorar mi estilo”. Si en “Beautiful Yesterdays” participaba Norah Jones, ahora la invitada es Keren Ann. “A Keren Ann la ayudé cuando vino a girar y promocionar su música a Estados Unidos. Le eché una mano y ella me ayudó con sus consejos como productora, una faceta que domina a la perfección”. En cuanto a las canciones, “Election Day”, con The Nightcrawlers respaldándola, es una canción festiva que tenía un motivo y, por tanto, una explicación. “La escribí en Nueva Orleans, y posteriormente la grabé allí. Estaba en mi casa de Nueva York, días antes de las elecciones americanas, y pensé que la mejor opción para disfrutar de ese momento era irme a esa ciudad que adoro. Las sensaciones en el estudio eran de alegría, de ritmo, de vida”. Otra pieza a destacar es “You Fine Girl”, cantada a capella, dando muestras de su profunda y poderosa voz. “De pequeña, soñaba con ser cantante de gospel. Veía las misas con mi madre en televisión y deseaba tener a todos esos fervientes rendidos a mis pies. Ahora todavía añoro serlo”. Mujer orgullosa de serlo, Kurtz suele analizar el papel de la mujer en la industria musical actual. “La situación ha cambiado, pero no del todo. Todavía hay mucho estereotipo. Por suerte en los noventas eso cambió gracias al éxito de Alanis Morissette o Sheryl Crow. En los ochentas el panorama era horrible, con esas mujeres con tan poca personalidad y esa imagen tan ridícula. La aparición de Tina Turner con ‘Private Dancer’ cambió mucho el estado de las cosas. Ahora al indie le pasa lo mismo que a esas mujeres manipulables en los ochentas, que todas hacen el mismo papel”.

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