Más luz
EntrevistasNisei

Más luz

Kiko Amat — 21-09-2004
Fotografía — Archivo

A los entusiastas del sonido de Washington DC, ésto les sonará familiar: una tensión contenida como un tic-tac de diapasón; luego una tormenta de viento, con arena que confunde y va a los ojos. Inmediatamente después una escalada que agota pero llena de anticipación; y al final truenos y granizo. Como apéndice, quizás un descalabro. Tú, cayéndote por la ladera y dándote un morrón, pero contento de haberlo intentado.

Porque, como en el “amor fou” de los surrealistas, nada es fácil; las cosas requieren esfuerzo, y uno deberá atravesar un mar de fango y un océano de pus para llegar hasta él. Los surrealistas lo decían. El Amor loco. Y una vez empieza, has de seguir “el rastro viscoso del caracol que llamamos pasión”. Esto lo dijo Arnon Grunberg en “Cómo me quedé calvo”. Así, Nisei no son un grupo fácil. Pero ninguna de las buenas cosas lo es. A veces intensos, a veces sombríos, Nisei le ponen a uno en diferentes humores, pero nunca en la esquina de la indiferencia. ¿Te harán Nisei feliz? Vaya pregunta. “El error es creer que el amor fou te hará feliz”, dice Grunberg. Nisei pueden ser complejos y vitales a la vez, y es mejor no analizarlos, sino dejar que otros órganos decidan. A veces, con la mejor música, la que baila entre Black Jazz y Touch & Go y Studio One y Dischord pasan este tipo de cosas poco teorizables; al final, tienes que fiarte de tus intestinos. Alfons y Cristian, junto a Edu, empezaron Nisei fascinados por Aina, Jawbox y el sonido de Washington; cuenta una anécdota especialmente divertida que los primeros tocaron en una fiesta de cumpleaños de Alfons y Cristian cuando éstos eran aun púberes, con tarta y familias incluidas. Ahora Nisei han crecido –acaban de publicar su primer disco “More Light” (B-Core, 04)- , han sacado brotes y afianzado raices, algunas retorcidas.

"La gente tiende a pensar que lo que hacemos es más complejo que lo que en realidad es, y la palabra post-rock suena muy ampulosa"

“La gente tiende a pensar que lo que hacemos es más complejo que lo que en realidad es, y la palabra post-rock suena muy ampulosa”, comentan. “Con determinados discos has de hacer un esfuerzo” -insisten- “y cuando descubres sus secretos, después de escucharlo mucho, lo comprendes. Como con Eric Dolphy, por ejemplo. Con nosotros eso no sucede, no creo que seamos el grupo raro de B-Core. Además, para hacer algo más complejo has de tener una técnica muy ajustada, cosa que a nosotros nos falta”. Si algo han entendido a la perfección Nisei es que la complejidad no es sinónima de fanfarroneo arty sino el polo opuesto, no recargar con adornos banales, sino alcanzar una profundidad que esté viva y que signifique algo, que sea cercana y cruda. “Lo más fácil es que tendamos a simplificar cada vez más”, comentan, “Que reduzcamos toda la experimentación a tres minutos, sin irnos por las ramas, sin veinte minutos efectistas pero vacíos. Minimizar al máximo para hacer algo fácil y raro a la vez, como el ´Theme de Yoyo´ de la Art Ensemble Of Chicago, bailable y chocante a la vez”. Nisei hablan de jazz a menudo, y se nota que han acercado los dedos a discos de Tribe y Strata East, al igual que han recorrido las calles desiertas de DC y Chicago. “Nos comparan a June Of 44 a menudo por el trabajo de bajo y batería, y por su complicación extrema y cercana al mismo tiempo; los escuchas y te recuerdan a dub, a jazz, a kraut rock, y todo encaja raramente. Pero, a pesar de su influencia, estoy seguro que vamos a ir en otra dirección. Filtrar aún más, eliminar sobras y movernos hacia otro sitio”.

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