Más allá de Sigur Rós
EntrevistasRiceboy Sleeps

Más allá de Sigur Rós

Joan S. Luna — 01-07-2009
Fotografía — Lilja Birgisdottir

Riceboy Sleeps dio sus primeros pasos como proyecto artístico hará un par de años. Jon Thor Birgisson y Alex Somers presentaban sus primeras piezas instrumentales juntos, además de pequeñas pinturas y dibujos que ayudaban a ampliar los horizontes de Sigur Rós. Ahora, para disfrute de sus seguidores, ve la luz su primer larga duración, “Jónsi & Alex” (EMI, 09), como Riceboy Sleeps.

Alex Somers lleva unos años siendo pareja de Jon Thor Birgisson (vocalista y guitarra de Sigur Rós, también conocido como Jónsi), algo que no difunden a los cuatro vientos, pero que jamás han negado. Hasta el momento se encargaba de la mayor parte de las portadas de Sigur Rós y de buena parte del merchandising.

"Es un sentimiento fantástico dejar fluir lo que tienes en tu interior"

Pero si algo les une más allá de su relación es la forma que tienen de entender la música y el arte en general (algo que ya pudimos constatar en un pequeño cuaderno lleno de pinturas, dibujos y fotografías que editaron hace un tiempo. Ahora bien, Riceboy Sleeps nació originalmente como aventura musical, cercana a los paisajes más ambientales de los firmantes de discos tan imprescindibles “Agaetis Byrjun” y “Med Sud I Eyrum Vid Spilum Endalaust”. “Cuando nos conocimos, no teníamos ni idea de hacia dónde iban a ir las cosas. Musicalmente tenemos unos gustos parecidos. Empezamos a hacer canciones, después fotos y vídeos. Más tarde publicamos el libro, en el que nos encargamos absolutamente de todo de principio a fin. Ahora ya tenemos un disco. Es algo que ha sucedido de forma natural y sin que pensáramos en ello. Nos ha llevado cinco años publicarlo, pero aquí está”, me comenta con simpatía y algo de timidez Somers. El álbum (en la calle a partir del 20 de julio) incluye nueve cortes, algunos tan preciosos como “Indian Summer”, “Sleeping Giant” o “Happiness” (que incluyeron ya en el disco benéfico “Dark Was The Night”), a través de los que Jónsi y Alex nos introducen en un mundo en el que la calma y la melancolía lo tiñen absolutamente todo, como si el tiempo jamás hubiera existido y todo lo malo de sus vidas hubiera sido atrapado en botellas vacías y lanzado a la deriva al Atlántico Norte. “Suena a nosotros. Nosotros tocando en casa, grabándolo en casa. Era lo que queríamos: crear una música que reflejase eso, darle forma a un mundo imaginario dentro del nuestro. Es un sentimiento fantástico dejar fluir lo que tienes en tu interior. Ojalá cuando la gente lo escuche le sirva de inspiración o inspire a otras personas a crear su propia música”. Birgisson interpretó la canciones en acústico y Somers manipulo el resultado con sus samplers, a los que se sumaron las cuerdas de Amiina. Como la música de Sigur Rós, la de Riceboy Sleeps tiene esa extraña capacidad para sonar cálida siendo fría, de reflejar estados anímicos distintos sin excesivos cambios estilísticos. “Me alegro de que eso ocurra, aunque nunca nos lo planteamos. Es sencillo porque ni siquiera tienes que pensar en eso. Cuando haces música tu ánimo y tus sentimientos se revelan en las canciones. Pero no es nada especial, eso ocurre siempre que alguien crea algo desde el corazón”.

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