Rectificar es de sabios. Una premisa aplicable a Filter, una banda con un antes y un después, con un pasado efímero que se ciñó a “Short Bus” a base de industrial rudo, pero que parecía no ir demasiado con ellos. Quizás tuvo que ver más con el pasado de Richard Patrick en Nine Inch Nails que con los verdaderos intereses musicales del artista. Al poco tiempo, Filter pasaron a engrosar las filas de otra escena bien distinta, la alternativa. Su compañero Gino nos comenta vía telefónica el porqué de ese cambio de orientación. “Con la música industrial estás condenado a quedarte siempre en el mismo lugar. La posibilidad de avanzar es del todo improbable porque ya está todo dicho en ese mundo. Además, que Rammstein sean el mayor escaparate que tenga el movimiento en la actualidad revela claramente que ese estilo se encuentra en un estado vegetativo”.
“Que Rammstein sean el mayor escaparate del rock industrial revela claramente que ese estilo se encuentra en un estado vegetativo” |
Hombre, tampoco es para tanto. Quizá el problema fuera, muy al contrario de lo que opina Gino, que Filter eran víctimas de una saturación mental, que Richard Patrick vio claro que con Reznor no se podía competir y prefirió acercarse a una liga distinta en la que la posibilidad de conquistar algún título no fuese tan improbable. Sólo que, en sus coordenadas actuales, tampoco van a destronar a nadie. Eso sí, ellos han conseguido ya algo que muchos grupos tardan una década en alcanzar: una personalidad propia. “Antes de ´Title Of The Record´ estuvimos mucho tiempo parados, porque teníamos que determinar el camino a seguir. El estudio, al final, fue el que decidió qué debíamos hacer y cómo. Al empezar a tocar fluyeron muchas ideas y nos dimos cuenta de cómo debíamos sonar”. Los textos de aquel segundo disco corrieron de la mano de Patrick, líder por naturaleza de Filter, quien había pasado por una mala época a causa de una traumática separación sentimental. De ahí que no le saliesen letras muy optimistas que digamos. Ahora, tres años más tarde, todo ha cambiado y Filter denotan mayor alegría, mayores posibilidades y un claro interés por olvidarse de aquellos meses tan deprimentes. “Procuramos que lo que escribimos ahora no sea ni tan oscuro, ni tan pesimista. Esa es una de las diferencias entre este nuevo disco y los anteriores. La línea musical es muy parecida al segundo, pero aquí encuentro que hay menos trabajo de las maquinas, las guitarras tienen una mayor presencia e importancia; básicamente todo suena mucho mejor. Nos hemos volcado para que la producción fuese lo más perfecta posible y creo no equivocarme al decir que hemos tocado techo. La producción es fundamental para que un disco suene de la forma óptima. Lo nuestro es pura obsesión”. Lo que si sería de extrañar es que, tras este lanzamiento, Filter llegarán a un público más masivo del que gozan en este momento, especialmente en los Estados Unidos. De todos modos, es posible que esta sea la última oportunidad que tengan Filter de consagrarse entre los grupos de rock masivos tras haber nacido como banda de culto. “Sabemos que nuestros fans del principio no deben conectar demasiado con lo que hacemos ahora, pero nosotros no podemos depender de la gente para hacer una u otra cosa. Cuando cambiamos de línea musical teníamos claro que corríamos un riesgo, pero así son las cosas. Las decisiones debes tomarlas en su momento o te quedarás toda la vida pensando en por qué no hiciste esto o aquello”.Ni remordimientos, ni nada por el estilo. Los cambios sufridos han traído consigo un grupo mejor, capaz de hacer música eficaz, con canciones que, en su género, tiran de espaldas. Y es que “The Almagamunt” es un álbum de fotos perfectamente disparadas, con la luz adecuada y el mejor de los papeles sensibles. Porque así es como Filter nos han demostrado que son un grupo sólido, único y con las ideas claras.
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