“El poliamor no está haciendo más feliz a la gente que el amor a la antigua”
EntrevistasMaria Rodés & La Estrella De David

“El poliamor no está haciendo más feliz a la gente que el amor a la antigua”

Carlos Pérez de Ziriza — 10-01-2022
Fotografía — Archivo

Bluegrass, swing, sonidos fronterizos, ecos de Morricone… "Contigo" (Elefant, 2021) es un álbum que no oculta su filiación por los sonidos imbricados en la tradición country folk, asumidos con naturalidad, ternura y honestidad.

Del amor al desamor. Sin pelos en la lengua y con cierto sentido del humor. En la onda, además de esas grandes parejas mixtas del género, que tan escaso (por no decir nulo) reflejo han tenido en nuestra escena. Es también el primer fruto de la alianza entre Maria Rodés y David Rodríguez (La Estrella de David, antes parte de Beef o Telefilme, entre mil aventuras más), dos catalanes residentes en Madrid, y también la razón para que charlemos con ellos por zoom. Una conversación a seis manos durante veinte estupendos minutos.

¿Cómo surge este disco?
David Rodríguez: María y yo no nos conocíamos de trabajar juntos, pero como somos dos catalanes viviendo en Madrid, coincidimos algunas veces y nos caíamos bien. Nos pillábamos los chistes. Nos hicimos amigos. Y a raíz de eso, nos dijimos “vamos a hacer un disco juntos, que hacemos muy buena pareja en las fotos”. No teníamos claro en qué estilo. Acabamos haciendo una canción country y vimos que de ese hilo podíamos tirar, porque aparte era una cosa que ni ella ni yo habíamos hecho, y a los dos nos gusta meternos en fregados en los que no nos habíamos metido nunca, y era una cosa golosa. Y así salió un disco country. Lo curioso de estas cosas es que a veces surgen en conversaciones nocturnas y la cosa no pasa de ahí, pero en este caso se llevó a cabo. Igual salió porque surgió en una conversación de una mañana, y no de una noche. No lo sé. Yo digo muchas tonterías: estoy muy cansado, que he caminado ocho kilómetros para acercarme al centro de Madrid y ya no tengo edad. Perdona.

Bueno, creo que es verdad que a veces estos discos nacen de la casualidad, de conversaciones de esas en las que lo planteas casi en broma, ¿no?
David: Claro, sales, bebes un poco, lo comentas con otros músicos y luego no se hace. Pero en este caso, sí.
Maria Rodés: También vino la pandemia y supongo que teníamos más tiempo libre. Se puede decir, ¿no? (risas)

"Queríamos sacralizar el amor como si fuera algo más importante que todo lo demás".

Se puede decir, tranquilamente. La pandemia ha generado muchos discos y muchos libros. ¿Asumís que el disco es un ejercicio de estilo, que toca muchos palos pero todos de la misma baraja de la música de raíz norteamericana?
David: Sí, es un ejercicio de estilo porque no es nuestro estilo. No es algo que hayamos mamado. Pero vamos, al final todos los discos, por lo menos los míos, son ejercicios de estilo. Y este, pues también. No sé qué pensará Maria.
Maria: Bueno, yo en otros discos también he hecho ejercicios de estilo, como en "Maria canta copla" (Chesapik, 2014), hace muchos años. Siempre estoy jugueteando con el folklore, y este no deja de ser un poco lo mismo.

¿Teníais algún referente en la cabeza? Con esta clase de discos se habla siempre de grandes parejas del country como la de Johnny Cash y June Carter o la de Kenny Rogers y Dolly Parton, o incluso algunas posteriores como la de Mark Lanegan e Isobel Campbell
Maria: La verdad es que yo no tenía ningún referente.
David: Yo tampoco, pero bueno, sí que es verdad que cuando empezamos con el rollo este del country nos empapamos del trabajo de parejas como la de George Jones y Tammy Wynette: a mí era la pareja que más me molaba, pero claro, estamos lejos de eso. Porque nos hablan mucho de Johnny Cash y June Carter, pero tampoco. En realidad no teníamos ningún referente. Era una excusa para juntarnos Maria y yo y hacer canciones.
Maria: Mi mayor referente era Bonnie Prince Billy, aunque no fuera country purista. Lo he escuchado mucho en mi vida y quizá es la referencia más country que tengo.
David: También Neil Young, yo soy muy de Neil Young y a veces también se acerca mucho al country y a ese tipo de sonoridad. Yo he sido fan a muerte de Neil Young, vamos.

Lo que pasa es que Neil Young nunca cantaría eso de “lo nuestro es como una canción del festival de Eurovisión”, que es lo que dice la letra de vuestra “Venga va”.
David: No, porque Canadá no participa en Eurovisión.

Bueno, podría llegar a hacerlo algún día, como país invitado. Si es que no lo ha hecho ya. Te lo decía porque hay bastante sentido del humor en algunas canciones. ¿Es una forma de contrarrestar el tono de algunas que podrían resultar demasiado dulzonas?
David: Es la forma que tenemos de hablar, incluso cuando hablamos en serio siempre incorporas el humor. Cuando estás peleándote con alguien, sueltas un chiste para quitarle hierro. Es un poco por eso. Para hacer que las cosas suenen más naturales. Digo yo.
Maria: Tampoco hay tanto humor en realidad, ¿eh?
David: A mí me han dicho que sí, que hay momentos en que te ríes, que es gracioso, pero salvo esa referencia a Eurovisión, que tampoco me parece especialmente graciosa...

¿Teníais claro desde un principio que Sergio Pérez (Svper, Pegasvs, Thelemáticos) era el productor que requería este disco?
David: Una vez nos metimos en harina, yo sí. Maria le conocía menos, pero yo le recomendé que escuchara cosas suyas. Conozco a Sergio, sé de lo que es capaz y hasta ahora no me ha fallado nunca. Aparte, Sergio tiene más cultura musical en este estilo que Maria y que yo. Sergio sí ha mamado mucho este tipo de movida, lo del ejercicio de estilo es más por nosotros que por él. Creo que ha sido un acierto. No sé qué pensará Maria. Espero que piense lo mismo (risas).
Maria: Sí, bueno, yo hice un poco acto de fe en David porque no conocía a Sergio. Escuché algunas cosas y me gustó. Probamos con los dos primeros temas, “Hacer el amor” y “Zombi”, y vi que me gustaba cómo producía. Y de ahí, para adelante.
David: Tiene muchísimo peso. Las composiciones son nuestras, pero los arreglos son suyos, y todo lo que ha hecho es bastante filigrana para mí. No tengo perspectiva de si el disco mola o no, eso lo sabremos dentro de diez años, pero de momento ya te digo que es bastante filigrana.

Hombre, diez años… igual un poquito menos, ¿no?
David: No sé, no sé, por ahí andará… (risas)
Maria: En diez años repetimos la entrevista y lo vemos (risas)

Ya que comentabais lo de “Hacer el amor”, que es una de las primeras canciones que compusisteis, os quiero preguntar por su letra, eso de “quiero un amor antiguo, despertarnos tristes pero a la vez querernos lo justo para amarnos siempre” ¿Consecuencia de un rechazo a la dictadura de la felicidad de las redes sociales? ¿A las relaciones de pareja fugaces que tanto se estilan hoy en día, que parece que tener una pareja para siempre sea algo propio de nuestros abuelos?
David: Claro, es esta constante de Maria y mía de tocar las narices. ¿Dónde va Vicente? Nosotros nos vamos por ahí. Y así poner el foco en otro lado. Maria y yo lo hablamos, que lo del poliamor no está haciendo más feliz a la gente que lo del amor antiguo. Las cabezas son las que son, y las tenemos como las tenemos. Hay a quien le va bien el poliamor y hay a quien el amor a la antigua le funciona de puta madre. Pero se pone mucho el foco ahora en tratar el amor como una mercancía: que si no me gusta, pues me compro otra. Y queríamos sacralizar el amor como si fuera algo más importante que todo lo demás. A Maria y a mí nos cuesta sostener ese discurso porque nuestra experiencia vital nos ha llevado a no creer o a desconfiar un poco de ese tipo de amor, pero yo aún tengo algo de fe: en mi interior hay un fueguito que me dice “encontrarás el amor (risas). No lo sé. No lo tengo, pero lo tenía que decir.

La letra de “Lo que venga ya vendrá” dice: “Sola no me voy a quedar, he encontrado un nido en el que me quiero quedar”. Otro mensaje aparentemente conservador. ¿Es lo conservador -en lo social o familiar, no hablo de ideología- lo más revolucionario ahora mismo?
Maria: Digamos que el disco tiene unas canciones más optimistas, de cuando la relación empieza y vas a tope, y lo ves claro, y luego está la parte más de destrucción. Tiene como los dos lados. Por eso ya al final acabamos en divorcio. Pero hay una intención al principio del disco de sentar cabeza, de estar con una persona para siempre, de ese amor duradero que va muy a la contra de lo que es el amor hoy en día, que se ha convertido casi en un bien de consumo, que entre las aplicaciones y demás, está muy mercantilizado. Es una idea que va contra lo que dicta la actualidad, al menos en cuanto al amor se refiere.

Esa descripción de las diferentes fases del amor sin ocultar su vis destructiva me ha recordado al disco de Bobbie Gillespie y Jehnny Beth, "Utopian Ashes" (Sony, 2021), no sé si lo habéis escuchado.
David: No, no le he oído, no conocía ese disco.

“Nos vamos a divorciar”, como bien decías, Maria, ubicada al final del disco, es ese tipo de canciones que solo firmaban ABBA…
David : Sí, como “The Winner Takes It All” … había una de country de Tammy Winnette que se llamaba directamente “Divorce”, que era muy buena. En ella escondía delante de su hijo que se iba a divorciar de su padre, era muy bonita y muy triste. De hecho, le comenté a Maria de hacer una canción de divorcio triste, pero ella quiso que fuera alegre, de celebración. Esta canción fue idea suya.
Maria: Me parecía una oportunidad guay de hacer un cierre positivo, coger el divorcio como algo positivo. En lugar de verlo como un fracaso, verlo como “lo hemos intentado, no hemos llegado y a otra cosa”.
David : Y a intentarlo otra vez (risas)
Maria: Eso, a intentarlo otra vez (risas)

Pero con otra persona…
Maria: Con otra persona o con… yo qué se, ya veremos.
David: Con una mascota… (risas)

De hecho, hay gente que ya celebra los divorcios como si fueran despedidas de soltero, con un gran fiestón.
Maria: Me parece guay, muy buena idea.
David: Tiene sentido.
Maria: A mí la idea me vino porque después de la pandemia escuché un día por la radio que había una furgoneta de divorcios: como aumentaron tanto después del confinamiento, la furgo iba a tu casa y hacía un divorcio exprés, y lo hacían para quitar hierro a la tragedia del divorcio, y me pareció muy buena idea, y eso me influyó a la hora de hacer la canción.

¿Llevaréis este disco al directo?
David: Estamos un poco pendientes de si a la gente le gusta y podemos pagar músicos buenos.
Maria: No queremos hacer los típicos acústicos nosotros dos, ya los hacemos por nuestra cuenta y no hace falta.
David: Y tampoco es un disco que podamos llevar al escenario con pregrabados, porque es una cosa muy orgánica. Sergio (Pérez) se lo ha currado mogollón y todo lo que no sea hacerle justicia a eso, mejor no lo hacemos. Necesitaríamos lo suficiente para pagar músicos buenos, que son los que hay en el disco: Sergio (Pérez), Alberto (Martínez del Río), Marc (López Hortet) y Joan (Díez Rodríguez), vamos.

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