Tranquilos, no es que este ilustre artista murciano se nos haya alistado a las filas de ningún partido, aunque indudablemente su prosa presente se ha visto influida y marcada por la situación que nos atañe, y esto ha servido como nexo de unión entre lo general y lo concreto en el que es su nuevo trabajo de larga duración, titulado “La Última Casa de Apuestas” (Sonido Muchacho, 23).
Marcelo es de naturaleza tranquila y escamotea con éxito los charcos en los que la prensa ha querido meterle desde que su exitoso hit “El día que murió Pedro Sánchez” saliera a escena en pleno mes electoral. Se significa cuando toca, pero lo que impera en su hacer es esa dulzura entrañable y costumbrista de sus relatos, ahora recogidos en un trabajo extenso de 22 pistas que, para celebración de su responsable, se salen de los cánones industriales que pretenden endosarnos. Con motivo del lanzamiento de su último disco y el arranque de una serie de fechas en las que tendrá a bien presentar el mismo, charlamos con el propio Marcelo.
Antes de ofrecernos el disco por entero realizaste un par de avances previos a modo de EP que funcionaron muy bien, ¿a qué se debe esta entrega escalonada?
Desde el principio siempre supe que esto iba a terminar siendo un disco y, de hecho, quería que fuera especialmente largo. Me apetecía llenar bien el vinilo y ocupar esos 45 minutos que regularmente suele permitir un disco en este formato. Llegado el momento de elegir los sencillos y ver el método de tirada de los mismos, desde el sello me aconsejaron publicar de forma triple los adelantos, principalmente por el elevado número de pistas que el disco original traía consigo. Por ello, me resultó divertido ponerle estos títulos a los EPs, casi a modo de cuenta atrás, hasta llegar a la definitiva y última casa de apuestas.
"A la hora de hacer canciones debo decir que mi deseo siempre ha sido contar las cosas de una forma no literal"
¿Te daba algo de respeto enfrascarte en la publicación de un álbum tan extenso?
No son cosas en las que me pare a pensar demasiado, si te soy sincero. Me preocupa más que las canciones gusten o no, y por supuesto estoy abierto a escuchar la opinión del público y su juicio, pero que un producto venda más o disuada más es algo muy abstracto para mí. No soy experto en marketing, pero sí diré que no me parece tan radical publicar discos de 22 canciones a día de hoy. Es algo que hasta me hace cierta gracia y me alegraría saber que hay determinada gente a la que le siguen atrayendo discos así de extensos.
En un rápido vistazo a los temas que lo componen, da la sensación de que te has visto influido por la agenda política más que nunca.
Está claro que son temas que guían nuestras conversaciones continuamente. Se abren telediarios con ellos y están presentes en nuestro día a día. Personalmente, cuando le dedico mucho tiempo a pensar en algo, es muy probable que ese algo acabe convirtiéndose en una canción tarde o temprano. No sé si en ese sentido la realidad política y social se ha colado con mayor presencia en mi inspiración que en otras ocasiones, pero desde luego sí son temas sobre los que reflexiono con regularidad y de alguna manera es eso lo que siempre tato de plasmar en mis canciones, empleando un enfoque más o menos original. Así fue cómo me inspiré para hacer el anterior EP sobre los programas de la tele, por ejemplo. No existe tanto una concienciación abierta por visibilizar asuntos que sean relativamente importantes en el imaginario político-social del momento, como sí un deseo de simplemente reflejar aquello que a mí y a mucha más gente se nos pasa por la cabeza durante el día.
Sin embargo, temas tan populares y curiosamente vigentes como “El día que murió Pedro Sánchez” tienen casi dos años.
Cuando uno echa la vista atrás, es difícil pensar si la cosa estaba mejor antes que ahora o viceversa, porque francamente estamos inmersos en una realidad en la que cada cierto tiempo las cosas tienden a repetirse. En ese sentido, es interesante ver cómo nos hallamos rodeados de una tensión constante en la que parece que todo vaya a explotar en cualquier momento, pero después nunca pasa nada. En lugar de eso, tan solo acumulamos un ambiente cada vez más tenso y crispado, llevado al mismísimo límite, y donde crecen esos sentimientos que inspiraron este tema en su momento, que no son otros que el odio exagerado y la animadversión extrema que despierta Pedro Sánchez en determinados sectores de la población. Supongo que cuando escribí aquel tema las cosas no eran muy distintas a como son ahora, no.
Y nada más que Nacho Vegas se ha sumado a esta propuesta.
Todo fue idea de las gentes de Sonido Muchacho, quienes se pusieron en contacto con el equipo de Nacho y decidieron moverlo, hasta que él mismo aceptó la propuesta con mucha generosidad por su parte.
¿Te consta si el aludido ha escuchado el tema?
Constarme como tal no, pero tengo mis sospechas.
¿Crees que has ganado en literalidad?
A la hora de hacer canciones debo decir que mi deseo siempre ha sido contar las cosas de una forma no literal y lograr que mis canciones conserven siempre ese halo de misterio. Creo que siempre he hecho canciones basándome en esa máxima y he buscado que sean abiertas a la interpretación. Pero sí que es cierto que a partir de este disco he notado la necesidad de no caer necesaria y excesivamente en la ironía constante. Ahora me doy cuenta de que quiero expresar cierta realidad y eliminar esa distancia con el oyente. Sin necesidad de caer en ese error de retorcer más de la cuenta una canción que a priori era sencilla. No siempre lo consigo, pero por lo menos sí que hay una voluntad latente de intentar narrar mis letras de una forma diferente.
"La verdad es que no sé cuál es el secreto para poder revertir ese centralismo musical en el que vivimos"
Mucho se ha hablado ya de tus referentes –y no, no voy a mencionar en esta entrevista de Daniel Johnston-, pero, ¿crees que el hecho de estar estudiando Filología Hispánica ha contribuido en tu forma de componer?
La verdad es que me resulta bastante complicado decirte si mis estudios universitarios han influido directa o indirectamente en mi carrera como artista, pero sí que debo decir que a partir de estos he desarrollado un compromiso con la ficción que intento reflejar con más frecuencia en mis letras. Es obvio que el género de cantautor está firmemente vinculado a la narración de sentimientos propios, hasta el punto de que las discografías de muchos de ellos parecen directamente diarios de frustraciones y de sentimientos muy íntimos. Por mi parte, y aunque obviamente también plasmo cosas muy personales en mis canciones, siempre trato de que en éstas haya espacio para la ficción. Honestamente, creo que la ficción es más poderosa que los sentimientos.
También vemos algo más de electrónica, como en “Renovarse o Morir” o “Fran Fernández Fan de Flash”.
Bueno, ya sabes, este disco tenía tantas canciones que simplemente no quería que todas fueran iguales. Hay tres o cuatro canciones que sí, son muy electrónicas, pero quizás en menor medida también las había en otros de mis discos, ¿me entiendes? Éste, al tener más canciones, pues parece que haya querido ir más por ese camino, pero no necesariamente. Sí que es cierto que con cada disco siempre trato de ponerme el reto de ampliar la paleta de sonidos de mis canciones, no cerrarme a sonidos concretos y probar cosas nuevas. Aprender de forma continua y evolucionar, aunque no necesariamente tenga que ser a mejor.
Y en entre esas cosas nuevas, diría que también hay una voz femenina más pronunciada.
Sí, la de Juana García de Enana Roja. Realmente, ella ha estado involucrada en mis canciones desde hace mucho tiempo. De hecho, las grabo en su casa y a ella ya se le podía escuchar incluso en temas como “Perdona (Ahora sí que sí)”. Pero teniendo en cuenta que no eres el primero que la menciona como un rasgo destacado de este disco, supongo que inconscientemente sí que hemos hecho un uso más pronunciado de los coros y, consecuentemente, su voz ha ganado más presencia.
Hablando de colaboraciones, ¿qué nos dices del art-work del disco?
Pues la portada es obra de la ilustradora Anabel Colazo, a la cual ya conocía desde hace tiempo por tener varios cómics publicados, entre ellos su trabajo más reciente, titulado “Espada”, y fue precisamente ese aire fantástico el que me inspiró a querer que fuera ella la que se encargara de este concepto. Yo tenía en la cabeza la idea de representar en la portada del disco una suerte de mundo post-apocalíptico y a la vez neo-medieval, donde las corporaciones tomaban el poder de los señores feudales, y le planteé esta idea a Anabel, sin demasiadas esperanzas porque francamente la veía bastante fuera de mis oportunidades, pero le encantó la idea y contribuyó con mucho agrado, lo cual le agradezco enormemente.
Marcelo Criminal crece y gusta cada vez más. Aún así, esquivas la posibilidad de salir de Murcia y te mantienes fiel a tu raíz.
Bueno, eso de mantenerse fiel a la raíz suena demasiado épico para lo que realmente es, que es simplemente estar viviendo en casa de mis padres [risas]. La verdad es que no sé cuál es el secreto para poder revertir ese centralismo musical en el que vivimos, pero sí que quiero pensar que de alguna forma estoy contribuyendo a ello quedándome aquí. Un pequeño grano de arena, muy a nivel local. Tampoco quiero que parezca que estoy acusando a nadie, porque cada uno es muy libre de hacer lo que le dé la real gana, pero sí que es verdad que si eres artista y a la primera que puedes te vas a Madrid, pues no estás haciendo mucho por mejorar la imagen externa de tu ciudad, ¿no? Pero obviamente, soy consciente de que el centralismo nos domina, de que Madrid es el mejor punto de partida para muchos profesionales y artistas, y de que, siendo honestos, yo mismo habría girado mucho más si hubiera vivido en Madrid desde que empecé en esto. Cada uno toma al final sus propias decisiones, y ninguna de ellas es mejor o peor que otra.
¿Tiene Marcelo Criminal lo que se merece?
No me siento ninguneado en absoluto por la industria, si es a eso a lo que te refieres. Nunca he creído que haya dejado pasar oportunidades, ni que hubiera tenido que esforzarme más para lograr ciertas cosas, ni que tuviera que haber sido más simpático con determinadas personas. De hecho, te diré que muchos de mis grupos favoritos no tienen ni la décima parte del éxito que yo tengo. Saco mis canciones con un sello grande y de amplia distribución nacional, no me ponen pegas para hacer lo que quiero, mis discos se escuchan, me hacen entrevistas, toco en directo y me saco un dinero… No es falsa modestia, de verdad, es que no puedo quejarme. Esto es ya mucho más de lo que tiene, por desgracia, mucha gente talentosa de este país.
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