Después de la charla de casi una hora con la formación completa de Manel nos fuimos con la inquietante sensación de que todo –en su música, en sus letras, en la elección del nombre del grupo o del título del disco– ha salido por arte de magia, sin premeditación alguna. “No tenemos la pretensión de hacer ninguna otra cosa que la que estamos haciendo”, nos comentan repetidas veces, y cuando les pedimos que sean un poco más explícitos hacen referencia a la única voluntad “de hacer libremente”, es decir, a componer y escribir lo que quieran en ese momento –y ya está–.
"Nuestras letras son bastante literales y de estar por casa" |
Su música ha sido etiquetada como pop-folk, pero ellos se sienten más cercanos al pop (probablemente porque actualmente es un cajón de sastre enorme y con una amplia gama de matices). Su voluntad de contar historias en sus canciones ha sido comparada con el Grup de Folk que a mediados de los sesenta protagonizó una pequeña revolución hippie en la escena catalana. “Hemos escuchado poco a una parte importante del Grup de Folk como Jaume Arnella, Falsterbo Marí o Oriol Tramvia, así que de ellos no tenemos influencias. En cambio, a Pau Riba y Jaume Sisa los tenemos bastante estudiados y nos gustan tanto los arreglos de sus discos como su forma de entender las canciones”. En “Els millors professors europeus” Manel reciclan los espíritus libres de los dos exponentes menos ortodoxos de la canción de autor de los setenta y entregan una docena de canciones que navegan instrumental y líricamente por parajes poco transitados (y a la vez familiares) de la música actual. “Cuando formamos el grupo –eso fue en junio de 2007– decidimos escoger un nombre corto y sencillo, que no tuviera ninguna metáfora. La música que hacemos encaja con las intenciones que teníamos cuando bautizamos el grupo. Grabamos una maqueta con cinco canciones que hemos incluido en el disco, y son la parte de nuestro repertorio que menos ha cambiado con el tiempo: hemos cambiado los midis por instrumentos reales –y poco más–. La parte buena de trabajar las canciones por ordenador es que puedes ir añadiendo nuevos instrumentos y perfeccionando el resultado. Para cada canción que escribimos pensamos en una instrumentación muy precisa que a menudo es mucho más amplia de lo que se espera en una canción pop”. Si a nivel internacional ejemplos como The Divine Comedy o Sufjan Stevens nos han demostrado repetidas veces su capacidad para incluir todo tipo de instrumentos en sus composiciones, no es tan habitual encontrarnos tanta variedad en grupos barceloneses (no inspirados en Pascal Comelade): a las voces, guitarras, banjos y ukeleles de Guillem Gisbert y Roger Padilla se suman el bajo y clarinete de Martí Maymó y la batería de Arnau Vallvé, que en el disco se complementan con trompetas, trombones, violines y muchos otros detalles inspirados. “En directo somos solamente cuatro y algunas partes de las canciones tenemos que adaptarlas y en cierta forma reinventarlas: es un trabajo difícil pero estimulante”. Igual que la mayoría de compositores de la historia del pop, las principales fuentes de inspiración de Manel son anécdotas personales (“muchas veces simpáticas y divertidas”) que después de aplicarles los artificios narrativos correspondientes se convierten en pequeñas narraciones sobre flechazos amorosos (“Ceràmiques Guzmán”), en tratados ambivalentes sobre el optimismo (“Captatio Benevolentiae”), en críticas a la cirugía estética (“Els guapos són els raros”) o en deliciosas comparaciones entre la Roma imperial y la actual, inundada por los turistas y transformada en una impresionante ciudad-museo (“Roma”). “La mayor parte de canciones tratan sobre el amor porque mucha gente se puede sentir identificada con él, pero también porque es muy difícil tratar otros temas con cierto estilo. Nuestras letras son bastante literales y de estar por casa. El universo que transmitimos a través de nuestras canciones no está nada lejos de la realidad…”. La cotidianidad casi costumbrista y la mirada puntual hacia el pasado (fiestas mayores, bailes, el SEAT 600) complementan los ejes temáticos del primer y muy recomendable disco de Manel, cuyo título proviene de “Pla quinquennal”, canción que explica una estrategia para ligar que se alarga misteriosamente, igual que las hipotecas o las patologías mentales.
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