José Antonio Manzano goza de una carrera musical envidiable. Más de cuarenta años trabajando duro por y para el rock. El próximo mes de mayo, se celebrarán en Madrid y Barcelona dos conciertos en honor al cantante de carácter benéfico (el dinero recaudado será destinado a la Asociación Española Contra el Cáncer), con motivo de su recaída en esta dura enfermedad. Será los días 13 mayo (Barcelona, Razzmatazz 2; con bandas como Tigres, Amaro, Lipstick, Mescaleros, Los Salvajes o Slavedown) y 27 mayo (Madrid, Sound Stage; con Monterrey –ex Niagara-, Manzano y miembros de bandas como Panzer, Muro, Santa, Obús, Lujuria, Saratoga o Rainbow).
Sé que es una pregunta difícil, pero ¿cómo resumirías estos cuarenta años de carrera musical?
Si digo que parece que fue ayer sonaría a tópico, pero no exageraría. Hace cuarenta años, era un chaval de Barcelona en un grupo de rock (Trock) que tocaba en cualquier local, antro o lo que fuera. No teníamos nada que ver con los grupos que dominaban la escena local. Tuvimos la suerte de que en uno de esas salas nos viera Gaby, de Los Salvajes, creyera en nosotros y nos consiguiera un contrato discográfico. Nos cambiaron el nombre a Tebeo, grabamos dos discos, salimos en la televisión, hicimos bastantes conciertos, sufrí la mili y, un poco más tarde, tres de los miembros del grupo (David, Albert y yo) decidimos dar un giro más acorde a nuestros gustos. Con la incorporación del desaparecido Pedro Bruque, creamos Tigres de Metal. Tras esa experiencia, Banzai, Zero, Manzano, Emergency, Niágara, de nuevo Banzai y Manzano.
Este año, los festivales de rock españoles están apostando fuerte por bandas míticas (G‘n’R, Kiss, Scorpions, Ozzy). ¿Crees que, dentro de unos años, cuando los grupos clásicos españoles ya no existan, quedará algún legado y que se las recordará como a las extranjeras o que las nuevas generaciones harán como si estas no hubiesen existido?
No sé lo que pasará, pero parece complicado que salgan nuevas bandas que tomen el relevo a las clásicas. No por falta de talento, sino por el cambio evidente en los gustos y aficiones de las nuevas generaciones. Ahora, parece que la música es sólo un complemento más de las nuevas tecnologías... Y las discográficas y el negocio musical, tal como lo conocíamos, han pasado a mejor (o peor) vida.
¿Qué sientes al ver que gente de veintipocos años escucha tu música?
Es un honor que haya gente joven que aprecie temas escritos incluso antes de su nacimiento. De hecho, a mí me pasa lo mismo.
Los grupos invitados en el concierto de Barcelona son bandas con una larga trayectoria profesional. ¿Qué significa para ti, a nivel emocional, que estas bandas participen en este evento tan especial?
Básicamente, son mis amigos. Independientemente de que sean muy talentosos, algunos de ellos son parte de mi vida desde hace décadas. A otros los conozco desde hace menos, pero tenemos una relación muy buena. Fue la única condición que le puse a Gaby (Alegret) cuando me lo propuso. Quería tener a gente relacionada conmigo, ya fuesen mejores o peores. Además, se ha dado el caso de que todos son muy buenos y de estilos muy diferentes, dentro del hard/heavy rock.
Debes estar aburrido de que siempre te saquen el tema Banzai, pero ¿ha mejorado tu relación con los otros miembros de la banda o seguís teniendo diferencias entre vosotros?
Todas las diferencias que hayamos podido tener, han quedado subsanadas definitivamente. Al fin y al cabo, es lógico que personas con las ideas tan claras como Salvador y yo mismo, tarde o temprano, tengan puntos de fricción. Llevar un grupo no es tarea fácil, y ni él ni yo somos corderitos, pero todo eso queda a un lado cuando hay razones de peso por medio. Estoy muy orgulloso de haber retomado nuestra relación personal. A nivel musical, tanto en estudio como (sobre todo) en directo, nunca hubo el más mínimo problema. Ahí éramos matadores.
Banzai tardásteis más de veinte años en reuniros. ¿Te arrepientes de que la banda no se hubiese vuelto a juntar antes?
Seguramente, pero la situación en nuestro estilo de música en este país siempre ha sido más bien precaria. Los ochenta fueron una utopía. Los grupos que se lo llevaron fueron, básicamente, los de la movida y similares.
En Suiza montaste un grupo que se llamaba Emergency. ¿Qué pasó con él? ¿Por qué no salió adelante?
Pasó que en el grunge arrasó con todo en esa época y las discográficas no querían saber nada de un grupo de esas hechuras. Yo estoy muy orgulloso de lo que hicimos, de todos modos.
Hace tres años publicaste tu último disco en solitario, “Mi religión” (Leyenda Records, 2015). ¿Te planteas hacer algo recopilatorio, conmemorativo o especial de toda tu carrera?
Bueno, hace poco salió "4", con buenos resultados hasta el momento. Si la salud me lo permite, preferiría hacer antes un nuevo trabajo, con nuevos temas, que una recopilación.
¿Cuál consideras que fue tu mejor etapa musical? ¿O cuál fue la que más disfrutaste?
Sin duda, Banzai. Es cuando más cerca lo he tenido. Tocar de cabeza de cartel en sitios grandes, cuando te has pateado todo tipo de cuchitriles, es una satisfacción enorme.
¿Con qué dos discos (Manzano, Banzai, Tigres, Niágara) te quedarías y por qué?
“Boys Will Be Boys” (AOR Heaven, 05), de Emergency, y "4" , además del directo de Banzai, “En vivo y potente” (Leyenda Records, 12).
Si pudieras volver atrás, ¿cambiarías o rectificarías algo de tu carrera?
Me hubiera declarado objetor de conciencia y no hubiera hecho la mili. Por lo demás, siempre lo hice lo mejor que pude.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.