Ya apenas quedan unas horas para que podamos descubrir de una forma total “Suau”, tu segundo álbum de estudio como Maio. ¿Cómo ha sido este tiempo de composición y creación?
Realmente yo me puse a hacer este disco este pasado invierno, o sea, lo he hecho en seis meses más o menos. Bastante a toda pastilla, pero no porque tuviera prisa por sacar un disco, sino porque estaba en un buen momento a nivel personal y creativo y me iban saliendo las canciones, siempre bien acompañada de músicos del sello, que al final es como, sí, tengo canciones, pero ¿qué hago con ellas? Y ha sido así como muy encadenado.
¿Por qué “Suau”? ¿Cuál era la idea que querías que el público tuviera cuando lo fuese a escuchar?
No creo que sea un disco concepto, igual lo más cercano sería la propia suavidad. No suavidad de tacto, suavidad vista de muchas maneras porque yo creo que si tuviera que definir el disco a nivel de temática sería amor, duelo, memoria y lucha. Entonces creo que lo que enlaza todos estos temas es la suavidad con la que se tratan, no es hablar del duelo de una forma muy dura, ni del amor desde una manera muy de desgarro, es hacerlo desde un punto de maduración, porque hay cosas muy duras en este disco, pero todas están tratadas desde la suavidad. Suavidad para mí no es perder contundencia, ni perder discurso, sino hacerlo más cercano.
¿Y te ha costado aplicar la suavidad a esos temas más difíciles?
Yo no soy una persona que esté un miércoles en mi casa y haga una canción y al jueves otra. Yo no hago canciones en mi vida, no cojo la guitarra en mi casa. No soy de esa peña artista que están todo el puto día tocando. Yo cuando hago una canción normalmente he pensado mucho en ella antes, es porque he llegado a alguna conclusión, entonces como que las canciones están bastante aterrizadas. Yo creo que cuando me decido a comunicar algo pues está más masticadito y ya consigo trasmitirlo desde una suavidad y no desde un arroyo, por tanto, no me ha costado.
"Hay más gente del colectivo LGTBIQ+ tomando el espacio, el escenario, los micros, los estudios..."
Dentro de ese trabajo, a priori, plagado de buenas vibraciones nos encontramos con “Avui” que es un experimento que te hiciste a ti misma para componer en un mal día. ¿Fue difícil llevarlo a cabo?
Yo normalmente escribo cuando estoy bien. A veces nos pasa que tenemos épocas en las que si tuviéramos que definir esa etapa no sería “estoy bien”, porque tenemos semanas malas, pero a mí me cuesta mucho aceptar que no estoy bien. Y creo que esta canción fue al empezar a darme cuenta de que me estaba pasando esto, de que estaba deslegitimando las cosas que me pasaban, que no me permitía estar tres días seguidos tristes, era como “venga tía, a la calle” y no. A lo mejor puedo estar tranquilamente un mes mal y no pasa nada, no se muere nadie. Me di la oportunidad de hablar de esto, pero con ninguna intención, creo que es importante hablar de esto y que a la gente le llegue que puede estar mal, pero era una cosa más para mí, por permitirme hacerlo.
Y dentro del disco solo encontramos una colaboración, que es junto a Tribade, ¿por qué no abrirte más en la época del featuring?
No ha sido por querer hacer solo una, es algo que se ha ido dando. Las canciones llegan a veces a un punto que son historias tan personales que se me hace raro pensar que pueden ser compartidas. Cuando pienso en un featuring yo ya pienso directamente en que sea un tema que podamos escribir desde cero las dos. Y lo que pasa muchas veces es que yo llego a mi casa el día que ya tengo la idea super clara de la canción, la escribo, la termino y ya voy al estudio y la grabo. Pero con Tribade hace años que somos colegas y somos compas de barrio, de asamblea y de mil cosas, y tenía muchas ganas de hacer una canción con ellas. Queríamos hablar de lo duro que es vivir en Barcelona, de los desahucios, lo que es la calle… las tres queríamos hacer una canción sobre esto, pero no solo hablar de la hostilidad de la ciudad, sino tambien buscar esa parte de esperanza. Porque no todo está perdido, podemos generar espacios de calidad y de cuidaditos. Y pensando en hacer más featurings, si me pongo a pensar me encantaría haber hecho más, si tuviera que hacer otro disco ahora creo que contaría con más gente. Volvería a hacer una colabo con Carla Collado o le tiraría la caña a Jimena Amarillo o Eddi Circa. Así que sí, me viene gente a la cabeza, pero no se ha dado.
En cuanto a la producción, vuelves a contar de nuevo tanto con Xicu como con Mario Patiño, ¿qué les acaban de aportar ellos a las canciones?
Primero de todo conocimiento técnico, porque yo no he estudiado música. Yo sé tocar la guitarra y hacer letras, pero lo que es la producción no, que al final es una cosa muy artística y matemática tambien, porque las cosas deben tener un sentido. Yo no puedo aportar eso en los proyectos y tengo la suerte de estar acompañada por estos dos maestros. Luego es que tienen una experiencia increible, o sea, yo les mando una canción a guitarra y voz y ellos ya saben cómo hacerla sonar. Creo que son muy fieles a la idea que yo les puedo llevar, no hacen lo que les da la gana, y eso me encanta. Y por último porque creo que entienden mucho el proyecto y me conocen mucho a mí, entonces nada se nos va nunca de las manos. No hacemos cosas mega frikis que no tengan nada que ver con lo que está diciendo la canción, creo que ellos tienen la capacidad de acompañar técnica y musicalmente la idea o la esencia del tema. Y que son tambien colegas, además, los quiero mucho.
Además, en este trabajo encontramos un género más predominante como es ese pop con toques de electrónica, ¿por qué has decidido virar más hacia una sonoridad más fija?
Creo que es porque cuando hice el primer disco yo venía de estar diez años haciendo canción de autor, yendo a tocar con una guitarra y ya. Y al hacer el primer disco quería probar a ver por donde me apetecía ir y al final acabó siendo un álbum donde había muchas sonoridades diferentes, muchos palos y géneros ahí metidos. Me dio la oportunidad de saber hacia dónde quería ir a niveles de sonoridad y ritmo y realmente donde me he sentido más cómoda es en el pop. Tambien creo que es que yo vengo mucho del pop, o sea, la música que yo escucho o he escuchado de más pequeña básicamente es canción de autor y pop, un pop de diferentes estilos, pero yo no escuchaba rap o punk, escuchaba pop.
A pesar de tu juventud, ya llevas un tiempo dentro de la industria en la que parece que, poco a poco, van calando más hondo los discursos que buscan dar ese relevo generacional a la música de antaño, incluyendo más temáticas del colectivo LGTBIQ+ y otros problemas sociales que antes no se veía. ¿Tienes la sensación de que cada vez hay más proyectos así desde dentro?
Yo creo que sí, que cada vez está más abierto y que cada vez somos más. Hay más gente del colectivo LGTBIQ+ tomando el espacio, el escenario, los micros, los estudios, pero tambien técnicas de sonido, de luces, periodistas… Al final la industria musical no es solo quién pone la voz, tambien tiene que ver con quién toca la guitarra, la batería o quién hace las preguntas. Yo creo que sí que se está abriendo mucho, pero lo que me parece en verdad más importante es ver quien sigue fuera. Tú te pones a mirar la lista de reproducciones de Pop Catalán y no hay ni una persona negra, no hay peña racializada, por ejemplo. Es como que sí, hemos entrado las bolleras, los maricones y los bi, pero es que somos todas blancas. Ya estamos dentro, pero faltan también tipas trans que hacen música. Para mí es una gran victoria estar dentro, me siento súper cómoda, pero creo que falta gente y para mí la pregunta es ¿para que haya más gente tiene que salir peña o es ampliable? O sea, ¿dónde caben 6, caben 20? ¿o es que hay gente que tiene que dar un paso al lado para que pueda entrar aquella que no ha tenido nunca este altavoz?
Y ahora, volviendo atrás en el tiempo, ¿qué queda de la Maio que formaba junto con su hermana Akelarre?
Queda todo. Yo creo que todo lo que éramos mi hermana y yo en Akelarre está. Lo que ha pasado es que hemos sumado otras cosas como querer llegar a más gente, como ir a un estudio a grabar, cambiar un poco las pintas… pero no es que ya no esté, sino que hay muchas más cosas que eso. El otro día hablaba justo con mi hermana que Akelarre nos ha dado muchas herramientas, por ejemplo, si cualquiera de las dos llegamos a hacer un primer disco sin tener una trayectoria de 10 años antes tocando en Okupas y en plazas ya te digo que me subo a un escenario y me cago viva, no me muevo y no hablo con nadie. Akelarre nos ha dado la facilidad de estar un poco seguras de lo que estamos haciendo y de permitirnos tambien vivir las cosas con la tranquilidad de que no tengan que ser absolutamente perfectas. Es como que nos ha permitido ser muy punkis sin hacer punk. Podemos hacer proyectos muy profesionales sin perder la calle, lo punki, la ligereza esa de todo lo que haga esta bien, que si me equivoco no pasa nada, todo el mundo se equivoca en su curro. A veces me han preguntado por Akelarre desde un lugar como de vergüenza o de querer dejarlo atrás, y realmente no lo sentimos así, es que lo amamos, es algo que nos ayuda muchísimo.
En pocos días arrancarás una gira en la que no solo pasarás por grandes ciudades de Cataluña y España, sino también del extranjero como Köln. ¿Cómo la afrontas?
La afronto con muchísimas ganas. A mí lo que más me gusta de hacer música es tocarla en directo. Hay gente que lo odia, que lo que más le gusta es entrar en un estudio o el proceso creativo de hacer las canciones en su casa, pero a mí me encanta el directo, es lo que me da la vida. Yo hago música para poder dar conciertos, no para tener seguidoras en Instagram, TikTok, Twitter y esas mierdas. Para mi esta gira es lo más, también por poder salir un poco de Cataluña. Al final escribir en catalán hace que te muevas mucho por aquí, pero poder sacarla para afuera para mí es increible y además poder hacerlo con banda. Tengo una banda maravillosa que mola mucho y lo hacen muy bien y son majísimas. Haré muchos conciertos también sola con la guitarra y, no sé, me apetece mucho esta gira de otoño-invierno y lo que venga.
Ahora ya para finalizar, ¿cómo vislumbras el futuro del proyecto de Maio?
En este tema tengo sentimientos encontrados. Creo que es bastante difícil poder vivir 100% de la música, que luego hay gente que hace un disco o una canción y lo peta, pero cuando son proyectos que van creciendo orgánicamente es complicado. Aquí también se tiene en cuenta la clase social, porque no tienes unos padres que te pagan el alquiler y todo es más difícil. Entonces, yo tengo otro curro que me encanta que es en torno a la sexualidad, doy talleres de sexualidad y de género en institutos y me encantaría realmente poder seguir haciendo eso. Y aunque pueda vivir de la música, porque se puede vivir de la música, y no creo que sea lejano, lo que pasa que una cosa es vivir de ella y la otra es sobrevivir con la música. Yo ahora estoy sobreviviendo con la música y con curros que me motivan mucho, ojalá siempre pueda ser compatible entrar a un aula a hablar de placer con dar un concierto los fines de semana, no me parece algo muy loco.
Ronda Rápida
Un artista nacional: Ginestà
Un artista internacional: Kumbia Queers
Un disco para escuchar en el coche: “Limón y sal” de Julieta Venegas
Un disco que todo el mundo debería escuchar: “Rizomas salvajes” de Las Bajas Pasiones
Una canción para llorar: “Abrázame” de Doctor Deseo
Una canción para bailar: Cualquiera de Mushkaa
Colaboración Soñada: Vanesa Martín
Tu mejor canción: “Repíteme”
Un lugar para escuchar tu música: En un balcón con una manta envuelta y una infusión
Descríbete en una palabra: Proximidad
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