Sin patrones fijos ni objetivos desmedidos, para Magalí Datzira lo natural es ir construyendo su carrera desde la calma y el cariño. A diferencia de “Desde la cuina” (Bankrobber, 23), que radiografiaba algo más concreto, “La salut i la bellesa” es un disco de vocación más atemporal. “Tiene coherencia en mi evolución como persona y música. Tiene mucho de mí y creo que las letras perdurarán más en el tiempo. Hay cosas personales, pero también otras más genéricas. Seguramente me seguirá representando aunque pase el tiempo”.
“La salut i la bellesa” es un disco más fresco. El uso de los vientos, en ese sentido, es fundamental. Eso y que Datzira y todos los músicos grabaron juntos en el estudio y sin claqueta. “Estamos acostumbrados a que todo esté muy producido y parcheado y no es lo que queríamos. Al estudio llegamos con las canciones muy hechas, aunque la mayoría no las habíamos tocado juntos. Probábamos, ensayábamos y empezábamos a grabar. Alguna, como ‘Hi ha un abisme’, nos salió a la segunda toma. Luego hubo alguna que nos costó más, pero la verdad es que todo fue muy fluido. Quizá la clave es que llevamos dos años tocando juntos y ya hay un rodaje. Eso y que nos queremos mucho, hay un gran respeto y ningún mal rollo”. Incluso podríamos sumar el entorno, que también debió ayudar. “Sí, también ayudó el estar en medio de la montaña, comiendo bien, descansando... y encima un estudio en el que todo sonaba bien [risas]. El primer día fuimos probando instrumento a instrumento, micro por micro, para ver cuál nos gustaba más. Y lo mismo con los bombos o el piano. Era fundamental que todo el mundo se sintiera cómodo con su sonido y que a mí me gustara. Por eso el proceso, en general, ha sido precioso y me siento muy satisfecha, a diferencia de ‘Desde la cuina’, que hice yo sola y fue durísimo”.
“La salut i la bellesa” es un disco que respira mucho. Cada instrumento está en su sitio y cobra su importancia. Puedes identificarlos a cada instante. Justo en una época en que las nuevas escenas jazz de Londres o Los Ángeles, apuestan por el caos y la psicodelia. “Todos los músicos estuvieron a gran nivel. Mi hermano Iscle, por ejemplo, se regala mucho con el saxo en ‘He sortit a correr’. También el piano, que era de pared y sonaba de maravilla. En general es un disco muy orgánico en el que todo suena muy natural. En esa labor ha sido también muy importante la mezcla, con Adrià Serrano, que ha hecho un trabajo espectacular".
Datzira nos presenta diecisiete piezas en total. La mayoría canciones cortas, pero también alguna introducción e interludio, con lo cual la escucha es muy ágil. Porque lo que manda es el concepto global del disco, en una época en la que lo habitual es potenciar los singles. “Es cierto que la gente de mi generación consume básicamente canciones, pero yo, en cambio, también escucho discos enteros. Es posible que tenga que ver con que soy música, por venir del jazz y porque, en casa, ya de pequeña escuchaba álbumes enteros. Sé la magia que existe al descubrir un disco de principio a fin. Por eso no he sacado singles ni apenas hago videoclips. Lo que he hecho es un disco”.
Magalí Datzira ya había hecho alguna aproximación a lo urbano con la canción “Ghosting”, y ahora esa experimentación la lleva hasta las voces invitadas, con alguna de ella viene de la escuela del hip-hop. En “La salut i la bellesa” está Mr. J Medeiros y en “Mereixer”, Marco Costello. “Con Medeiros contacté por Instagram. Le descubrí gracias a mi hermano por su grupo, ALLTTA, que son franceses aunque él es americano. Nos empezamos a seguir y hablamos sobre lo mucho que nos gustaba lo que hacíamos. Entonces pillé un billete a Toulouse, ciudad que ya conocía porque mi hermano había vivido allí, para ir a verles en concierto. Total, que me decidí a ir y al acabar el concierto fui a su puesto a comprarme un vinilo, aunque en ese momento no me reconocieron. Entonces les dije que era la Magalí de Instagram y hablamos un buen rato. De hecho, fueron ellos quienes me dijeron de hacer algún día una colaboración. Pensé que justo en esa canción, ‘La salut i la bellesa’, un rap quedaría que flipas. Así que nada, le escribí y todo fue viento en popa”.
Para acabar, recordaremos que Datzira puso música a la película “Pájaros” de Pau Daurà, con Javier Gutiérrez y Luis Zahera de protagonistas. Y no solamente eso, sino que incluso tiene su escena: una fogata improvisada con música. “Me lo pasé muy bien. Fue una experiencia muy chula, aunque sea pesado estar en un rodaje diez horas para luego salir cinco minutos en pantalla. La película me encantó, lloré y reí al mismo tiempo. De hecho, me gustaría hacer más bandas sonoras. Para mí es un reto. La primera también fue para Pau, en ‘Toscana’”.
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