"A mí lo que me gusta es provocar algo"
EntrevistasMabel Flores

"A mí lo que me gusta es provocar algo"

Alejandro Caballero Serrano — 19-02-2021
Fotografía — Artur Gavaldà

Meraki (Kasba Music, 21) es el tercer álbum de estudio de Mabel Flores. La artista catalana ha creado una obra de doce pistas que se resume como una oda a la vida, al empoderamiento femenino y a la importancia de conocerse a uno mismo. Charlamos con la compositora que nos revela algunos de los secretos del disco y de otros proyectos que tiene en proceso.

Vuelves a publicar un álbum después de tres años y vemos que has podido evolucionar mucho musicalmente, sobre todo, en la producción. Es un trabajo mucho más festivo, por decirlo de alguna manera, que los otros dos anteriores, ¿Cómo ha sido el proceso de creación de “Meraki”?
Inicialmente las canciones empezaron creándose en casa a guitarra y voz e hice un poco de preproducción en el home studio. Posteriormente se las envíe a Carlos (productor del disco) y las acabamos de trabajar allí. Fue una producción hecha a medida que se iba grabando, no hubo un trabajo muy extenso previamente, se fueron creando en el estudio.

Has escogido “Meraki” para titular el álbum, una palabra que está cargada de significado. ¿Tenías claro que este iba a ser el nombre del disco o surgió mientras lo hacías?
Se iba a llamar “Escenarios pasajeros” porque hice un concierto durante el confinamiento en la terraza de casa y una vecina me dejó una nota que ponía “gracias por alegrarme los días en este escenario pasajero”. Me gustó mucho el concepto, pero creí que era demasiado introspectivo. Entonces me encontré con la palabra “Meraki”, aunque ya la conocía, pero me volvió a llegar. Es una palabra que significa muchas cosas y que representa a la perfección este trabajo discográfico.

"El conflicto es una vía de cambio potentísima y las personas que viven constantemente evitando el conflicto me da la sensación de que no avanzan".

Tu nuevo larga duración consta de doce pistas, pero solo diez son canciones completas, ¿cómo surgió la idea de introducir un prólogo y un epílogo? ¿Es, de alguna manera, un homenaje a tu primer trabajo? Ya que en ese también incluías una intro y una outro…
El outro de mi primer disco (“Es una niña”), que también formó parte del segundo, se convirtió en uno de los momentos más épicos de mi directo. Todo el mundo me preguntaba si iba a estar “el poema” en este y me llegué a plantear incluirlo, pero tampoco hay que abusar. La idea del prólogo es porque consideré que era muy importante presentar el trabajo al oyente y explicarle que se iba a encontrar y el porqué de “Meraki” y cómo vivo la música. Ha sido un año muy difícil para todas, la pandemia nos ha derrumbado los cimientos y en este álbum es palpable, ya que son canciones pre-pandémicas que han sido grabadas en plena pandemia. Y creí que era interesante hacer una aproximación de forma recitada o hablada.

Podríamos decir que “Mujer Incendio” es una de las grandes de tu nueva referencia que, además, presentaste con un potente videoclip. Aunque el ritmo de la canción te lleva directamente a bailar, la letra esconde, por desgracia, una cruda realidad. ¿De dónde nace esta canción? ¿Y la idea de incorporar un ritmo bailable a una canción tan dura?
La letra de la canción nace de una introspección. Llevábamos un 2020 en el que surgían muchos conflictos machistas y también porque una de mis características es que soy una persona de mecha corta, que me incendio rápidamente. Me parecía interesante hablar de las cualidades negativas de una misma y transformarlas. El conflicto es una vía de cambio potentísima y las personas que viven constantemente evitando el conflicto me da la sensación de que no avanzan. Por eso el ritmo es tan explosivo, cuando una se enfada tiene algo que le hierve y suponía que hacer una canción muy tranquila tampoco acababa de cuajar. Pero cuando empecé a componerla ya pensaba que iba a ser una cumbia, así que fue bastante natural todo. Pienso que el ritmo y los patrones que tiene acompañan muy bien el mensaje.

Es un trabajo que recorre muchos y diversos géneros, que trata muchos temas e incluye varias críticas sociales. Pero todo se acaba viendo desde un lado positivo, ¿qué huella te gustaría dejar en todas las personas que lo escuchen?
A mí lo que me gusta es provocar algo. Sea lo que sea. Desde emoción a inflarte a llorar, alegría, amor… Que te provoque algo, que no te deje indiferente. Es una de las cosas que siempre he perseguido porque empecé en esto entendiendo la música, y el arte en general, como una vía de comunicación y transformación de tu entorno. Querría que cada persona que lo escuche reciba una emoción que necesite sentir en ese momento.

Tras autoproducirte “Entre mujeres” (18), vuelves a contar con una discográfica, en este caso Kasba Music. Ya que tu primera referencia, “Desnudando el alma” (RockCD Records, 16), también tenías discográfica. ¿Ha sido difícil pasar de tener tú todo el control a volver a contar con un equipo detrás?
Yo no lo llamaría difícil. Es verdad que soy una persona a la que le gusta mucho tener todo bajo control y ceder este “hijito” a terceras personas se te convierte en una contradicción interna. Pero no ha sido difícil y estoy muy agradecida de que me hayan brindado esta oportunidad porque formando equipo y dejando entrar a personas nuevas es como crecen los proyectos. Y en este caso está siendo así. También hay un cambio de intencionalidades entre “Entre mujeres” y “Meraki”, ya que el primero lo saque sin ningún objetivo y con el segundo ha habido una intencionalidad de profesionalizar el proyecto y apostar por dedicarnos exclusivamente a la música e intentar entrar en el circuito.

"No me planteo en qué idioma será cada composición de la misma manera que tampoco me planteo su género cuando empiezo a hacerla".

Dentro de muy poco podremos disfrutar también de tu primer libro, “Lo que no se canta”. Con el título ya dejas claro que te vas a centrar en otros aspectos que no encontramos en tu música ¿Siempre has tenido esta inquietud de plasmar en un libro lo que no puedes contar cantando o te ha surgido de forma natural?
A mí siempre me ha gustado mucho escribir, pero tampoco me había planteado hacer un libro. En este disco quería huir de temas más íntimos, ya que me imaginaba un concierto con la banda entera, más potente y fiestero. Entonces todas aquellas canciones más introspectivas se me quedaban colgadas. Y durante la pandemia empecé el Verkami (ndr: plataforma de crowfunding con la que consiguió financiar el álbum) y una de las recompensas fue la publicación de un libro. Lo pensé porque en las primeras semanas de la pandemia me dio por escribir relatos en Instagram y vi que tenían muy buena acogida. Entonces tuve la sensación de que quizás a la gente no solo le interesaba escucharme, sino también leer mis textos y así fue como me decidí. Realmente no está acabado. Soy nueva en esto de autoeditar y no sé cómo va el terreno, pero seguro que es un gran aprendizaje.

En este, tu tercer trabajo, es la primera vez que incluyes más de una canción en catalán. ¿Te sientes más cómoda en un idioma que en otro? ¿Cómo decides cuales van a tener un lenguaje u otro?
Mi lengua materna es el castellano y las canciones me nacen mayoritariamente en este idioma. Aunque esto no quiera decir que no me sienta cómoda con el catalán, por eso hay dos temas en este idioma. No me planteo en qué idioma será cada composición de la misma manera que tampoco me planteo su género cuando empiezo a hacerla. Al final es algo a lo que te va guiando la propia canción y tienes que dejarte llevar y sentir.

¿Verías posible lanzar un disco integro en catalán?
No me lo planteo, pero sí, si nacieran todas así por supuesto. Lo que pasa es que yo proyecto mi música fuera de Cataluña también y creo que es más fácil llegar a un público mayor escribiendo en castellano, aunque luego hemos ido a Madrid y se sabían las canciones en catalán. Lo que la gente recibe es lo que intentas transmitir y ya está, sin importar el idioma.

Ahora es el turno de presentar estas nuevas composiciones delante de tu público. De momento tienes confirmados tres pases en la Sala La Nau de Barcelona, uno de ellos con todo vendido. ¿Qué nos podemos esperar en esta nueva gira?
Será un espectáculo de sonido y luces, hemos trabajado mucho el directo. La gente que está acostumbrada a vernos a dúo, de la forma en que nació el proyecto, se llevará una grata sorpresa. Somos seis músicas en el escenario, algo que no todo el mundo ha podido ver todavía, y estamos trabajando mucho las percusiones. Lo que puede esperar la gente es paralizar su reloj en una hora y media y viajar. Va a ser un viaje absoluto.

¿Nos puedes adelantar alguna otra ciudad que vayas a visitar?
Vamos a ir a Galicia, aunque todavía no hemos anunciado la fecha, pero ya la tenemos confirmada. Tenemos más reservas, pero está todo tan parado que estamos esperando a que nos llamen para programarlos. De momento tenemos estas dos y si vemos que la cosa no se reactiva apostaremos por salas. De hecho, seguro que iremos a Madrid, Valencia, Zaragoza y Bilbao, pero no sabemos si con toda la banda o en acústico, ya que los aforos reducidos nos complican poder ir con la formación entera. Iremos seguro, pero preferimos esperar un poco antes de anunciar las fechas.

Y tras la salida del álbum y el libro, ¿qué más tienes planeado? ¿Cuál es el futuro de Mabel Flores?
¡Qué se acabe la pandemia, por favor! (ríe). Creo que ese es mi único plan. No hay planes, supongo que ir a por el próximo álbum. Queremos consolidar la banda actual, ya que la mitad de ella se incorporó en junio, y nuestra pretensión es esa, hacer equipo, conocernos bien y generar esa confianza que luego se transmite en el escenario. Y rodar, rodar mucho el disco, ya que creemos que es un gran trabajo y que merece la pena disfrutarlo.

AGENDA DE CONCIERTOS

20.00h 12,15€ (Hay tres pases 12,00h - 17,30h - 20:00h)

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