Matthew Stephen Ward no parece hombre de efervescencias discursivas. Lo demuestra con sus encantadoras canciones, cocidas a fuego lento y rara vez por encima de los tres minutos, y también en esta conversación. Respondiendo con la misma calidez de su música, sí, pero con una concisión a veces tan radical como desmitificadora.
Ward recuerda perfectamente su concierto de Barcelona hace un año: “Sí, toco en España como una vez al año. Debería venir más. Hasta hice una gira por Andalucía con mi amigo Howe Gelb (el hombre de los recién finiquitados Giant Sand). Disfruto especialmente tocando en España, es uno de mis países favoritos del mundo”.
En esta ocasión su paso por nuestro país será más especial si cabe, porque le arropará un grupo. “Habrá banda al completo, seremos cinco sobre el escenario. Probablemente sea la mayor banda que nunca he llevado a Europa, así que estoy deseando tocar en el Dcode de Madrid. Ya no giro mucho. Solía hacerlo cuando hice mis primeros discos, pero últimamente estoy más interesado en grabar, así que paso más tiempo en el estudio. Como ya no giro con tanta frecuencia, cuando lo hago intento ir a países donde disfruto haciendo turismo y España es uno de ellos. Normalmente me tomo tiempo libre para ir a la playa y ver a algunos amigos”.
"Mis influencias son discos viejos, grabados con técnicas de producción antiguas y estilos de guitarra de otra época"
¿Y es un reto llevar a un festival sus, muchas veces, delicadas canciones de otra época? “Mmm. A veces lo es, sí. Pero cuando tienes una banda al completo, normalmente va bien. Me encanta estar respirando al aire libre y todo el mundo está siempre en muy buena onda. Generalmente tocas las canciones más ruidosas, pero a veces también algunas tranquilas”.
En cualquier caso, “More Rain” (Bella Union/Pias, 16), noveno disco en solitario (sin contar fructíferos proyectos paralelos como el de She & Him, junto a Zooey Deschanel) de una productiva carrera que se remonta al cambio de siglo, y a lo largo de la cual Ward ha ido refinando su estilo de americana vintage, ha convencido. “Está yendo muy bien. Ahora mismo estoy terminando una gira por Estados Unidos y estoy muy emocionado por ir a tocar a Europa las canciones de este disco, con banda. Estamos entusiasmados con la posibilidad de tocarlas en España”.
“More Rain” se reafirma en las constantes de un músico que busca inspiración sin disimulo en las esencias del pasado: “Todas mis canciones salen de mis influencias y, generalmente, mis influencias son discos viejos, grabados con técnicas de producción antiguas y estilos de guitarra de otra época. Así es como ha sido siempre”. Y desde luego parece que así será en el futuro.
Ensayo y error
Ward grabó el disco en diversas sesiones entre 2012 y 2015. ¿Sorprendente? No para él: “Los discos me suelen llevar normalmente tres o cuatro años de trabajo. Esto supone experimentar mucho en diversos lugares. Experimentas y experimentas hasta que consigues lo que buscas. A veces tienes que regrabar una canción en un entorno diferente con músicos distintos. Una parte sustancial de la música es un proceso de ensayo y error, realmente. Seguir intentándolo hasta que suene como debe”. Experimentos, sí, pero sin comprometer la calidez analógica: “Sigo grabando sólo con equipo analógico. No me gusta cómo suenan las grabaciones digitales, especialmente la voz, las guitarras y la batería. Es algo muy importante para mí. Grabar con equipo analógico es la única manera de que el disco me suene bien”.
Respecto a esa combinación de suave melancolía y ligereza especialmente conseguida en su nuevo trabajo, el de Portland destaca que “eso es precisamente lo que tienen las mejores canciones, pinturas, novelas y películas: Un equilibrio entre luces y sombras. Para mí, con la música, las canciones y los discos es lo mismo”. Y asegura que la inspiración “sigue viniendo de discos antiguos, de la música que hacen mis amigos, de libros, películas, conversaciones de la gente…Me inspira todo”.
A la pregunta de si sus canciones atemporales o como de otra época son una vía de escape de este mundo desquiciado en que vivimos, Ward le quita hierro al asunto: “Si lo pones en perspectiva y lo piensas en serio, puede que sea así. Pero también las puedes ver como un cajón de arena (en el sentido lúdico) que haces para experimentar con tus amigos. Tan sencillo como eso”. Porque “una de mis cosas favoritas de grabar discos es colaborar con gente diversa. Es cierto que siempre traen algo inesperado, eso es algo que no puedes crear por ti mismo, en solitario. Tengo la suerte de tener amigos con mucho talento”. En el caso de su último trabajo, participan ilustres de la escena norteamericana como Neko Case, con su voz rotunda, o el guitarrista de R.E.M. Peter Buck, que presta su Rickenbacker en varios cortes.
"Una parte sustancial de la música es un proceso de ensayo y error. Seguir intentándolo hasta que suene como debe"
Ward se muestra reservado a la hora de valorar la evolución de sus canciones (incluyendo sus letras) en todos estos años: “Bueno, soy feliz dejando que otra gente decida eso. Yo realmente no tengo la perspectiva suficiente para pronunciarme desde ningún punto de vista”. Donde se muestra decididamente más cómodo es produciendo a artistas como la leyenda viviente del soul y el góspel Mavis Staples: “Me encanta producir. Me gusta dar un paso atrás, escuchar las canciones de otra gente y probar cosas diferentes. El proceso es similar con cada artista al que he producido en cada disco: Voy canción a canción. Necesito que cada una de ellas esté conectada con influencias inspiradoras, porque esto me facilita mucho la toma de decisiones”.
Por último, siendo un enamorado del viejo mundo y de los ritmos pausados, la vertiginosa evolución socio-tecnológica de la manera de escuchar discos le deja frío: “Cuando empecé alrededor del 2000, creo que la mayoría de la gente escuchaba discos completos, mientras que ahora se escuchan más MP3 y canciones sueltas. Para mí es una pena, pero lo que realmente importa es que la música siga siendo una parte importante de la vida de las personas. El problema con este asunto es que la situación cambia constantemente. En Estados Unidos la gente está escuchando más vinilo en este momento. Cuando yo era un chaval, se escuchaban cassettes. Y el medio de reproducción cambia la manera en que escuchas música. Está siempre cambiando, así que no queda otro remedio que subirse a la ola, sea lo que sea esa ola”.
¿Pero el renacimiento del vinilo de los últimos años, no es una buena cosa en el universo propio de Ward? “Creo que el hecho de que la gente escuche más vinilos ahora está bien, es una buena tendencia. Pero vamos a ver lo que dura”. ¿Escéptico, entonces? “Soy escéptico con la manera en que la gente escucha música por esa razón, porque está cambiando constantemente. Creo que es mejor centrarse en hacer las mejores canciones que uno sea capaz”. Y en eso está. A su ritmo y sin cambios, ni falta que le hacen.
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