“El primer álbum salió en Australia en 2004 y un año después en Estados Unidos. En Inglaterra salió seis meses después, así que hemos estado de gira durante mucho tiempo”, explica Mitchell Dean Scott, batería de un atípico combo electrónico australiano llamado Cut Copy. El resto del grupo lo completan Tim Hoey (guitarrista) y el cantante y compositor Dan Whitford.
"No hay tanta separación entre el rock y la música de baile" |
Habla desde Almería, donde están disfrutando de un par de días de parón en la gira que los llevará a actuar en el Ola Festival junto a Björk y en Barcelona, donde volverán a actuar en septiembre. “Cuando terminamos nos apetecía volver a casa para trabajar en el nuevo disco. En realidad, lo compusimos con bastante rapidez, como en medio año, aunque a partir de entonces todo se retrasó. Fue complicado conseguir horas de estudio y llegar a un acuerdo con la discográfica sobre cuál era el mejor momento para publicar el álbum. Ha sido un poco complejo. Estas cosas llevaron más tiempo del que nos hubiera gustado y son cosas que escapan a nuestro control”. El grupo está en plena gira de presentación de “In Ghost Colours”, su segundo largo. Han pasado cuatro años desde la edición de “Bright Like Neon Love” (Modular, 04), pero ese lapso de tiempo ha servido para que la relevancia del grupo se extendiera de continente en continente y para que grupos con los que comparten procedencia y afinidades musicales también irrumpan en la escena con cierta fuerza. Ahí están sus amigos de Midnight Juggernauts, The Presets o Muscles. También han tenido tiempo para crear su propio sello, Cutters Records, y firmar el “Fabric Live 29”, en el que muestran otra de las vertientes creativas definitorias del grupo: su faceta de Dj´s. “Sí, hay cierto elemento de sesión en el disco”, explica Scott. “Creo que pinchar nos ha ayudado a tener cierta idea sobre cómo se construye algo que fluye y va creciendo. Nos sirve a la hora de decidir cómo ordenamos las canciones y de trabajar los intermedios. Para mí ha sido muy importante el haber tocado tanto en directo, además de las sesiones. A la hora de componer canciones sabes lo que funciona y lo que no, sabes cómo reaccionará la gente y cuál va a ser la experiencia”.
Digamos que “In Ghost Colours” es una sesión de Cut Copy con nuevas canciones de Cut Copy, quienes dan un paso al frente articulando a la perfección las ideas expuestas en su primer largo: canciones pop, juegos con el feedback y las atmósferas y ritmos bailables llenos de neón y euforia en los que se combinan Electric Light Orquestra, Depeche Mode, Zoot Woman, The Human League, New Order o Roxy Music. Además, en esta ocasión han contado con la producción de Tim Goldsworthy y los estudios de DFA en Nueva York para redondear el sonido del disco. “Tim es un gran productor. Hablamos del sonido que queríamos y lo entendió perfectamente. Ha aportado bastantes ideas, pero a la vez ha respetado las canciones. Hemos sido fieles a cómo estaban grabadas en las maquetas previas. El primer álbum lo grabamos en apenas medio día de estudio para todos los instrumentos analógicos. Esta vez hemos tenido tiempo para trabajar con calma, de manera que hemos podido pulir detalles como las transiciones. ´In Ghost Colours´ se aproxima más a nuestro sonido en directo”.
A partir de las canciones de Dan Whitford, siempre en torno al eterno tema del amor/desamor, Cut Copy han desarrollado un alfabeto completo en el que la sensibilidad del indie y la pista de baile coexisten y fluctúan. “La idea cohesiva esta vez ha sido el uso de diferentes texturas y sonidos muy diversos, usar los interludios entre canciones trabajando los temas desde una perspectiva continua”. Para ellos esa mezcla es algo lógico y natural. Forman parte de una generación que ha vivido con ambos géneros y no tiene por qué renunciar a nada. “Cuando nosotros empezamos en Australia no había muchos grupos que combinaran ambos mundos, pero la gente lo acogió en seguida. Hoy la gente es más abierta, no hay tanta separación entre el rock y la música de baile”. Como Justice o Digitalism, Cut Copy juegan en ambos campos, en su caso poniendo el acento en el carácter pop de sus melodías. “Hearts On Fire” o “Lights And Music” son un buen ejemplo, dos de los picos de un trabajo que si carece de algo es de debilidades.
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