“Nos lo hemos puesto difícil”

“La Casa del Mono Furioso” podría ser el título escogido para una película de monjes guerreros shaolín, y aunque en este caso corresponde al nombre del grupo que  firma “Love, Scum & Dust”(Esmerarte /Atresmedia /Universal, 2019) , su historia también habla de magia, disciplina y crecimiento personal.

Durante estos últimos cinco años  Furious Monkey House ha ido transformando algo que comenzó cómo un proyecto educacional en una sólida banda de rock que viene a publicar su segundo disco después de un verano de conciertos, uno de ellos abriendo para Xoel López y Vetusta Morla ante miles de personas en el Auditorio de Castrelos (Vigo), y donde su batería, Carlota, acabaría tocando las últimas canciones con un dedo dislocado; “Nos volvimos para preguntarle si estaba bien. Nos dijo que siguiésemos entre lágrimas, no sabemos muy bien si de nervios, dolor, rabia, o las tres cosas a la vez”. La anécdota que cuentan Mariña, voz, y Amaya, teclado, da buena medida de lo que el grupo significa para ellas, y para el resto de sus integrantes: “Trabajamos cómo profesionales, queremos tocar en directo”, recalcan

"Todo comenzó como un proyecto de educación musical"

Diego e Irene a las guitarras, y Gonzalo Maceiras “Mono Furioso” al bajo, componen en la actualidad Furious Monkey House, una formación surgida a iniciativa de este último dentro de las actividades realizadas  en la escuela pontevedresa donde impartía clases. “Todo comenzó cómo un proyecto de educación musical, componer las canciones formaba parte de un juego que grabábamos en vídeo para luego verlo  y corregir lo que fuese necesario. Un día por casualidad decidí ponerme la máscara antes de comenzar la grabación y hasta hoy”, explica refiriéndose a uno de los símbolos más reconocibles del grupo.

Tras aquellas sesiones llega el primer disco, “Run” (Esmerarte, 2015),  firmado por un grupo de jóvenes nacidos entre 2003 y 2004 que  hacían suyo el legado del “grunge”, y ahora utilizan de sustento para empezar una nueva etapa con la publicación de “Love, Scum & Dust”.  “Preparamos veinte canciones en inglés y castellano, previa selección subjetiva y personal antes de entrar a grabar. "Allí, entre amigos, disfruté y aprendí mucho haciéndolo mal” confiesa Mariña ante el reto que suponía el trabajo en el estudio, y añade: “Desde el principio tuvimos claro que “Echoes” sería el primer sencillo”, actualmente cerca de las quinientas mil reproducciones en Spotify, la mayoría procedentes de Estados Unidos. “Ahora escuchamos más música,  tenemos que hacer cosas diferentes. La magia es la sencillez.  Nos hemos acercado a los samplers cómo podréis comprobar escuchando el bonus track escondido al final del disco, nuestra canción freak”, explica con increíble madurez mientras Gonzalo Maceiras  da la clave: “Nos lo hemos puesto difícil”.