Veinte años de trayectoria, que se dice rápido. ¿Os veíais hace dos décadas en el lugar en el que estáis ahora?
(Juli Saldarriaga) Nadie que nos hubiera visto en nuestros inicios se esperaría que hayamos llegado hasta aquí. Los primeros catorce años fueron una derrota detrás de otra de una manera muy bonita y divertida. Pero como hemos ido creciendo de manera escalonada nos lo hemos tomado de forma muy sencilla y natural. Para nosotros es muy fuerte cuando miramos hacia atrás, pero todo el mundo nos decía que era natural. En este sentido, no hemos perdido nunca la vista de dónde veníamos y hacia dónde íbamos.
"No todo el pescado se tiene que vender durante los primeros meses, como las discográficas esperan. Seguimos conservando esa manera de pensar".
¿Qué es lo más significativo que habéis aprendido durante todo este tiempo?
(Santi Balmes) Que la honestidad es el termómetro principal del que te tienes que fiar. Muchas veces tienes ideas que son contraproducentes para tu carrera y te acabas dando cuenta que no puedes rehuir de tu propio estilo, de aquello que te sale de dentro.
(Juli Saldarriaga) Cuando hemos escuchado realmente lo que sentíamos, aunque no estuviera de acuerdo con lo que se suponía que teníamos que hacer, nos ha ido mejor, como es el caso de “El poeta Halley”.
Contabais hace un par de años en una entrevista en Mondo Sonoro que “El poeta Halley” trataba sobre ir a buscar la esencia creativa. ¿De dónde nacieron los versos para construir ese disco?
(Santi Balmes) Es la vez que hemos hecho un repaso más microscópico verso por verso al crear las canciones. Escribimos los versos en seis meses, pero de una manera muy relajada. Queríamos que se pudiera madurar una intencionalidad del disco más allá de todas las urgencias que habíamos tenido en los últimos años. Otros álbumes han sido más viscerales, pero este fue más calmado, quizás porque fue una temporada de reflexión, de mirar lo que habíamos alcanzado y lo que quedaba por hacer hasta ahora.
(Juli Saldarriaga) Teníamos que hacer un parón imprescindible. Desde “1999” que la maquinaria no estaba preparada para ir a esa velocidad. Fuimos encadenando discos con giras, pero nadie nos enseñó cómo tienes que funcionar cuando todo empieza a rodar. Nos habíamos plantado con seis años de trabajo constante y teníamos el riesgo de perder la frescura.
¿Cómo os tomáis el éxito de “1999” visto desde ahora?
(Juli Saldarriaga) Es un disco al que le tenemos que agradecer muchas cosas. Pero, a la vez, es un disco peligroso porque son de los que hacen olvidar una banda. Hay mucha gente que lo coge con un cariño increíble y, a partir de ahí, no hay nada más que les valga. Es un arma de doble filo.
(Santi Balmes) Estamos muy agradecidos. A partir de aquel trabajo empezamos a relativizar muchas cosas. Todo lo que pasó con ese disco empezó después de un año y medio. Hasta entonces había sido un proceso madurativo muy bestia. Es de esos discos que, de alguna manera, no se llevaron la palma. Empezó siendo el número 33 de ventas y acabó siendo disco de platino. Nos convertimos en un grupo bastante zen: no todo el pescado se tiene que vender durante los primeros meses, como las discográficas esperan. Seguimos conservando esa manera de pensar.
¿El grupo conserva la misma esencia que al principio?
(Juli Saldarriaga) Han cambiado cosas, evidentemente, pero la esencia es la misma. Alguien que venía a vernos desde el principio se encontrará en el escenario el mismo antihéroe. Aunque, claro, la gente cambia. Tenemos menos inocencia que al principio y sabemos lo que queremos, pero el núcleo es el mismo.
¿En qué momento decidís grabar "El gran truco final"?
(Jordi Roig) Lo decidimos cuando tuvimos la oportunidad de tocar en el WiZinc Center de Madrid. Aunque hayamos tocado en festivales, ese fue el concierto más grande en el que hemos tocado en cuanto a capacidad de público. Queríamos tener un recuerdo de eso. No porque no vuelva a pasar, sino por si quizás no vuelve a pasar.
¿Este disco en directo es la culminación de una etapa?
(Juli Saldarriaga) Con el tiempo siento que estamos dejando atrás una catarsis, como una serpiente que quiere mutar de piel. Nos ha servido para dar carpetazo y respirar nuevos aires, aunque en un principio lo hicimos porque tuvimos esta oportunidad. Cuando grabamos “El poeta Halley”, con temas que hasta el momento no habíamos tenido la oportunidad de crear, como “Los males pasajeros”, “El poeta Halley”, "Psiconautas" o "Planeador", que tienen un nuevo registro para nosotros, pensamos que no queríamos perder esta estela que estamos teniendo.
"Desde hace unos años, la gente me para por la calle y me dice: “¡Gracias!”. A veces puedes tener un mal día, o tener muchas dudas, y de repente te pasa esto. Así entiendes perfectamente la importancia de tu profesión".
Pero las canciones de “El gran truco final” no son solamente de “El poeta Halley”.
(Juli Saldarriaga) Y muchas de las canciones que salen no las habíamos tocado en la gira de “El poeta Halley”, como "Nadie por las calles", "La niña imantada" o "Maniobras de escapismo". Teníamos la intención de recoger temas de nuestra trayectoria que todavía no habíamos tocado. Estamos viendo que para la gente es un nuevo disco, pero para nosotros no lo era. Cuando nos preguntan qué haremos a lo largo de 2018, ¡ya digo que hemos hecho un disco nuevo! Estamos empezando a tener ideas y a hablar entre nosotros de un nuevo trabajo, a desvariar y a imaginar cosas imposibles.
Al final del disco en directo decís que este es el mejor trabajo del mundo si hacéis remover algo dentro de alguien con vuestras canciones. Y parece que pudisteis conseguir una gran cercanía con el público en un sitio enorme como el WiZinc de Madrid. ¿Cómo es esa sensación?
(Santi Balmes) Desde hace unos años, la gente me para por la calle y me dice: “¡Gracias!”. A veces puedes tener un mal día, o tener muchas dudas, y de repente te pasa esto. Así entiendes perfectamente la importancia de tu profesión. De lejos puede parecer que somos una banda a la que todo le va bien, pero para llegar a este punto ha habido mucho fracaso. La vida del músico no tiene nada que ver con aquella mitología de la que te alimentabas cuando tenías dieciséis años y querías dedicarte a esto.
¿Qué creéis que significa Love Of Lesbian para vuestros seguidores?
(Jordi Roig) Cuando fuimos a tocar a Colombia, la frontera colombiana con la venezolana estaba cerrada. Aparecieron en el camerino un chico y una chica venezolanos que nos contaron que habían cruzado la frontera ilegalmente en un bus de doce o catorce horas para vernos. Y a mí alguna vez me ha entrado pereza y no he ido a un concierto en Barcelona cuando estaba al lado de casa. A veces, no eres totalmente consciente de los sentimientos que puede llegar a despertar lo que haces.
(Santi Balmes) Estas cosas hacen que le cojas más respeto al trabajo y a la propia banda. La gran suerte es que somos un grupo de la gente, no de medios de comunicación ni de un sector cultural específico. En un concierto, hemos podido ver a un padre y un hijo que estaban disfrutando de un concierto y su vínculo de comunicación estaba cortado, pero, de repente, vuelven a hablar. Abarcamos muchas edades y muchos estratos sociales, y esto hace que seamos una banda más allá de un fenómeno elitista.
(Juli Saldarriaga) Hay otras historias, como un grupo de amigos en el Arenal Sound, en el que todos se habían comprado la entrada para vernos. Uno de ellos murió de una enfermedad antes del festival y lo último que pidió antes de morir fue escuchar Love Of Lesbian. Estaban todos ellos menos su amigo en el festival y lo dijimos en el concierto. Sus amigos saltaron delante nuestro de la emoción. Recuerdo que toqué el tema llorando. Son cosas que te sobrepasan.
¿Qué os ha supuesto el estreno del nuevo disco?
(Santi Balmes) Cuando estrenamos en el cine el directo, me eché a llorar porque no recordaba la tensión que tenía en ese concierto. Descubrí que todavía no había resuelto aquel tema seis meses más tarde porque en ese momento no era consciente de la seriedad que implicaba. La música es un trabajo muy, muy emocional. Tu materia prima son emociones.
La magia se vuelve a apoderar de este directo, un disco con canciones de casi todos vuestros discos. ¿De dónde proviene esta esencia cósmica tan característica vuestra y cómo la transmitís?
(Santi Balmes) Nosotros somos como un médium, componer es un proceso casi inconsciente. Hay algo de esotérico en todo esto. Dedicarse a la música es trabajar con la materia oscura de la vida. Todo el mundo tiene ideas y emociones, pero es cuestión de meter mano a ese universo, sacarlo y que pase por tu filtro que lo convertirá en personal. Ante tantas influencias culturales, te preguntas cómo buscar tu autenticidad dentro de este denominador común.
(Juli Saldarriaga) "Il messagero non è importante". Nosotros somos el vehículo que entra en el trance para enviar un mensaje que está por ahí. A mí me pasan cosas que no sé de dónde vienen. “Oniria e Insomnia” es un riff que me vino una noche de verano en un techo de una casita de campo en el centro de la isla de Ibiza que no tengo ni idea de cómo me salió.
Entre “Psiconoautas” y “Manifiesto delirista” en el directo abogáis por una tolerancia sexual. ¿Cómo os posicionáis en este aspecto?
(Santi Balmes) No tenemos una vida sexual muy interesante. Lo único que nos falta es probarlo entre nosotros [risas]. ¡Yo abogo bastante por eso! No habría amenazas, ni chantajes... ¡Todavía estamos a tiempo de cambiar de bando!
(Juli Saldarriaga) Apostamos porque uno sea como sea: el deseo que uno tenga hacia un lado o hacia el otro da igual. Hay que sentirse libre y no cortarse las alas. "Manifiesto delirista" es un tema con el que nos imaginábamos escribir un decálogo de aspectos que molarían que fuesen así, como no poner las cosas complicadas porque la vida, ya de por sí, es bastante complicada. Decimos "menos mal que hay gente que te lo pone fácil", en el sentido de poder decir: déjame que le dé un beso a un hombre. Si Santi le da un beso a Jordi o a mí en directo, hay gente que todavía nos dice: “no sabía que esto era un grupo de maricones, voy a dejar de seguiros”. En México nos censuraron el cartel del veinte aniversario porque salían dos mujeres abrazadas. En el siglo XXI todavía pasan estas cosas.
Tras veinte años de carrera, es una suerte que casi todo continúe igual. ¿Cómo os afectó lo de que Joan Ramón Planell, vuestro bajista, dejara el grupo?
(Juli Saldarriaga) No ha sido fácil. Llevábamos muchos años juntos y es como perder un miembro de la familia. No fue una cosa de la noche a la mañana. Es como una pareja: si quieres mantenerla hay que cuidarla, y si no quieres mantenerla la rompes de golpe. Nosotros no la rompimos de golpe, aunque de cara a la galería parece que sí. Estuvimos mucho tiempo intentando solucionar una distancia que se había abierto entre nosotros por diferentes motivos. En el momento de plantearlo fue realmente complicado y, de hecho, no queríamos que desapareciese de nuestro entorno porque nadie más que él, que había vivido nuestras miserias y nuestras victorias, como para continuar formando parte de la banda.
(Oriol Bonet) Ahora bien, no estamos tan lejos de Joan Ramon como para no volvernos a abrazar otra vez.
AGENDA
Fecha | Ciudad | Recinto | Hora | Precio |
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sábado 09/06/18 | Barcelona | Gran Teatre del Liceo | 20:00 | De 15 a 65€ |
lunes 09/07/18 | Barcelona | Gran Teatre del Liceo | 20:00 | De 15 a 65€ |
viernes 29/06/18 | Madrid | Teatro Circo Price | 20:45 | De 25 a 45€ |
sábado 30/06/18 | Madrid | Teatro Circo Price | 16:00 | De 25 a 45€ |
sábado 30/06/18 | Madrid | Teatro Circo Price | 20:45 | De 25 a 45€ |
viernes 14/09/18 | Valencia | Palau de les Arts Reina Sofia | 20:00 | Desde 33€ |
sábado 15/09/18 | Valencia | Palau de les Arts Reina Sofia | 20:00 | Desde 33€ |
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