Por ello, y más motivos que terminaremos abordando durante nuestra charla, el cuarteto catalán ha terminado encontrando en esa hermandad suya los mimbres necesarios para armar el concepto de su nuevo disco, “Ejército de Salvación” (24). Una oda al amigo y compañero que siempre ha estado ahí, a las duras y a las maduras, y que homenajea los sentimientos cruzados que ha implicado tener una banda como la suya. No es un adiós, aunque todo resuene a fin de ciclo, pero eso mejor que nos lo cuenten ellos.
Con “V.E.H.N.”, vuestro anterior LP, conseguisteis grandes hitos en vuestra carrera reciente, como un cuarto disco de oro o girar por primera vez por Estados Unidos. ¿Lograsteis disociar entre un proyecto y otro para que no os pudiera la presión?
Santi: Es imposible disociar o huir de la presión a estas alturas. Es algo que nos lleva persiguiendo desde el éxito de “1999” y es ya inherente al grupo. Siempre se va a presuponer y esperar de nosotros que terminemos en los primeros puestos de la tabla. Pero de algún modo hemos conseguido darle la vuelta a la presión y ya no se trata tanto de superarse a uno mismo, como sí de al menos mantenerse. Como un escalador que hace ochomiles, ¿no? A veces se alcanza un 8,400 y otras veces un 8,200. Cada proyecto merece una consideración a parte y tiene sus características propias, pero en lo que sí tratamos de no fallar es que todos ellos muestren la máxima sinceridad posible.
"Es imposible disociar o huir de la presión a estas alturas"
En ese caso, ¿cuáles serían esas características que diferenciarían “V.E.H.N.” de “Ejército de Salvación”?
Julián: “V.E.H.N.” nació de una época muy complicada y creo que en ese sentido fue fruto de una presión autoimpuesta por querer crear algo que estuviera a la altura de las circunstancias. “Ejército de Salvación”, en cambio, vino dado por un sentimiento de libertad compartido por todos los miembros de la banda, en aras de disfrutar del proceso sin complicarnos la vida y desde la ligereza. No ligereza en términos de superficialidad, sino en cuanto a falta de necesidad por competir con cualquiera de nuestros anteriores proyectos. Por eso tal vez descubriréis que se trata de un disco que no es tan contundente ni tan serio como otros. La producción, la portada, los colores de la misma, el hecho de que las canciones sean más cortas… son aspectos que subrayan ese envoltorio más liviano del que te hablo. Aunque por supuesto, en las letras de Santi siempre se ocultan matices y hasta bajando las cosas a lo prosaico se encuentran resquicios de oscuridad.
Hay más literalidad y menos metáfora, ¿verdad?
Julián: Era parte de nuestra intención, sí. Dar menos vueltas e ir más a la raíz del mensaje.
Santi: Cuando escribí las canciones de “El Poeta Halley” me pregunté a mí mismo si acaso había perdido la capacidad de transmitir mensajes de forma más directa y eso me preocupó un poco. Quizás estaba convirtiéndome en un ser incapaz de decir las cosas sin rodeos ni poesías o metáforas.
Julián: Pero tú siempre has sido así, no solo en la música sino en el día a día. Incluso cuando vas a cagar dices “voy a enviar un fax”.
Santi: O “voy a eliminar imperfecciones”.
Julián: ¿Ves? Pues así, todo el rato. No puedes vivir sin metáforas.
Santi: Sin “cacáforas”, más bien.
En ese proceso por bajar las cosas a lo terrenal también encontramos el concepto que da vida al disco, que es la amistad. ¿Por qué reflexionar justo ahora sobre esta idea?
Santi: Supongo que se debe al equilibrio que hemos logrado encontrar en nuestras vidas. De algún modo, hemos sentido que no era necesario inventar nada exagerado ni rocambolesco, sino tirar de ideas comunes que nos rodean diariamente. Y en ese sentido, no hay cosa que nos rodee más que la amistad. Es parte de nuestra profesión y de nuestras vidas. No somos como esa gente que se ve cada tres meses, si llega, sino que constantemente estamos trabajando con amigos e involucrados en las vidas de los otros. Una de las cosas más bonitas que tiene la amistad es que en ella no se folla, ¿no? No hay pasión, pero tampoco hay desenamoramiento. Es un terreno lírico a explorar muy interesante.
Julián: Bueno, yo añadiría que…
Santi: Ah, espera, que igual va a contar que sí que hemos follado.
Julián: No, eso se quedará entre nosotros, tranquilo. Quería decir que en realidad la elección del tema o concepto que el disco abraza no fue tan premeditada. Aunque sí había cierto deseo de querer decirnos cosas a través de las canciones, la forma en la que hemos hecho el disco, más relajada que en otras ocasiones y dándonos espacio, fue realmente lo que nos terminó iluminando y llevando hasta cristalizar este concepto sobre la hermandad. Recuerdo que inicialmente el disco se iba a titular “Nuestros vecinos, los humanos”, o sea que imagínate las vueltas que ha dado todo… No fue hasta un día que quedamos con Leiva que éste terminó por abrirnos los ojos, haciéndonos ver que el disco se tenía que llamar “Ejército de Salvación”. Y nosotros siempre hacemos caso a lo que Leiva nos diga.
"Todos estamos de acuerdo en que después de este disco vamos a querer desvincularnos progresivamente de Love of Lesbian y estaremos un tiempo sin grabar nada"
Hablando de personas involucradas en el disco, de nuevo contáis en éste con Ricky Falkner, Santos y Fluren en la producción. ¿Os imagináis un disco de Love of Lesbian sin este trío a estas alturas?
Santi: En “El Poeta Halley” ya hubo un intento de Golpe de Estado, pero fue anulado por los propios miembros de Love of Lesbian por temor. Y desde entonces fantaseamos con que cada disco sea el último que hacemos con ellos. Mientras componíamos “Ejército de Salvación” recibimos ciertos inputs que nos indicaban que tal vez éste tendría que ser el proyecto que cerrase un ciclo para la banda y eso acarreaba también dejar de contar con ellos, pero al mismo tiempo no vimos del todo claro que éste fuera el momento adecuado para hacerlo. A fin de cuentas, no son solo colaboradores sino familia. Y además, hemos seguido muy de cerca su evolución y lo que han estado haciendo con otras bandas recientemente. Cada vez que nos hemos encontrado con ellos en el camino nos hemos dado cuenta de que son otros, con otras inquietudes y en otro proceso vital que les ha inducido a afrontar más riesgos. Así que siempre terminan por convencernos.
Julián: En honor a la verdad, cabe decir que el propio Ricky en algunas ocasiones ha sido quien nos ha dicho que no creía que debía de ser él quien produjera algún determinado proyecto. Pero es que no vemos a Falkner desvinculado de Love of Lesbian, francamente. Él va incluso por delante de Santi.
Santi: Con ellos somos víctimas de la alternativa Hobson. Ya sabes, esa alternativa en la que en realidad solo hay una opción posible.
Tampoco resulta casual que un disco que habla sobre amistad y hermandad sea a su vez el disco más colaborativo que habéis hecho nunca.
Santi: Que en el disco figuren tantas colaboraciones es algo que, en cierto modo, viene determinado por mi propio cansancio. Desde hace años fantaseo con componer para otros artistas y, de alguna manera, involucrar a más gente en los discos de Love of Lesbian ha sido mi manera de hacer realidad ese deseo. Hemos convertido nuestra cama en una orgía. Pero desde un punto de vista más humano, es evidente que el disco es también un reflejo fraternal de muchos de los amigos que nos hemos cruzado a lo largo de estos años de trayectoria y con los que hemos tenido siempre una muy buena vibra, algo que va incluso por delante de la música en sí. Nuestras decisiones siempre vienen dadas por sentimientos y no por cálculos.
Y además de buena vibra, también hay mucho talento.
Santi: Y tanto, menuda suerte hemos tenido. Rigoberta (Bandini) monta un auténtico espectáculo cuando graba y yo creo que ya le pedíamos que repitiera la canción en el estudio simplemente por el puro placer de verla cantar. Con Eva (Amaral) teníamos una asignatura pendiente desde que cantara con nosotros “Segundo Asalto” hace unos años en Razzmatazz. Tiene una tonalidad que siempre nos ha emocionado y que nos traspasa desde la planta de los pies hasta la cabeza. Y Drexler se vino arribísima cuando vio que contactábamos con él para hacer algo que no fuera bossa nova o pop lánguido. Se lo tomó como un reto y fue maravilloso ver su método en acción. Presenciar cómo comienza memorizando el tema hasta terminar haciéndolo suyo es un show en sí mismo. Estoy convencido de que Drexler es una Inteligencia Artificial y algún día esto saldrá a la luz.
Aunque sin duda creo que el reencuentro más celebrado por los fans ha sido el que habéis firmado con Zahara.
Santi: Puede ser. Lo nuestro con Zahara es una historia que no concluirá nunca. Nuestras voces empastan muy bien y cubren espectros muy distintos que, de alguna forma inexplicable, maridan con mucha magia. Hubiera sido muy injusto que ella no apareciera en este disco, siendo como es la decana oficial de las colaboraciones de Love of Lesbian.
Y no nos olvidemos de Leiva, claro.
Santi: Lo de Leiva fue gracioso. El día que quedamos para hablar del disco y convencerle de cantar un tema con nosotros, estaba algo alicaído porque pensaba que sus conciertos en el WiZink iban a ser un fracaso. Ya sabes, estaba en plena fase paranoica, creyendo que no vendería lo suficiente y demás. Pero mientras hablábamos con él, le llamaron para decirle que ya lo habían vendido todo para las dos noches, y nosotros, evidentemente, nos reímos pensando que ojalá cansar al público o pasar por un mal momento artístico fuese verdaderamente así. Siempre hay una distorsión entre cómo te ves tú y cómo te ve el resto, y el artista no se libra de ello.
"Nuestro secreto reside en que en Love of Lesbian se forjó la amistad antes que el éxito"
Sobre pájaras artísticas y desubicaciones creativas diría que habláis precisamente en “El día que Starman huyó”. Un tema que conecta muy bien con el año tan significativo que hemos vivido en el indie nacional, con tantas bandas de vuestra generación despidiéndose. ¿Os ha removido algo por dentro todo esto?
Santi: Sabemos bien por lo que esas bandas pasan o han pasado, no solo porque muchas de ellas sean amigas nuestras, sino porque a nosotros también se nos ha pasado por la cabeza ese sentimiento de agotamiento que te empuja a comenzar a planear el Golpe de Estado. Empezamos las giras con mucha ilusión, pero también nos cansamos cada vez antes, y esos problemas imprevistos en un aeropuerto o esas fechas extra que se añaden sin esperarlo pesan cada vez más.
Julián: Pero si somos honestos, cada vez que vemos a una de estas bandas anunciar su despedida, automáticamente esperamos su inminente gira de regreso, pues sabemos que tarde o temprano sucederá. En cuanto a nosotros, después de “El Poeta Halley” comenzamos a ser conscientes de lo agotador que supone estar en una banda como Love of Lesbian, y Santi y yo tuvimos una charla reveladora sobre el futuro del grupo, trazando un plan que poco a poco hemos ido llevando a cabo disco tras disco. Por ejemplo, apostando por giras más sostenibles, dejar de hacer tantos festivales, o llevando a cabo más conciertos propios en lugar de otro tipo de espectáculos.
Cuando Santi mencionaba antes lo del fin de ciclo con este disco, me temía lo peor.
Julián: No, para nada, pero sí que es cierto que todos estamos de acuerdo en que después de este disco vamos a querer desvincularnos progresivamente de Love of Lesbian y estaremos un tiempo sin grabar nada. El fin de ciclo es real, pero eso no significará que lo vayamos a dejar. Simplemente no entra dentro de nuestros planes grabar más discos por ahora. La idea es querer expandir Love of Lesbian hacia otros territorios e insuflar así aire al proyecto, en aras de no quemarnos.
Y ese planning, traducido a fechas concretas, ¿cómo sería?
Julián: Está todo aún por decidir, pero inicialmente la idea sería girar este disco por España hasta 2026 y después tratar de hacer alguna cosa en el extranjero. Pero no creemos que nos vaya a ser posible grabar un disco nuevo hasta 2030 ó 2031. El objetivo con esto es, ante todo, intentar hacer cosas que aligeren el esfuerzo que supone mover un proyecto como éste y abrir ventanas de aire fresco dentro de la banda, con ideas y perspectivas que renueven nuestra esencia en el futuro. Ante todo queremos que la banda siga existiendo.
Santi: Bueno, esa es la primera opción. La otra es separarnos, comenzar a insultarnos por redes sociales, sacarnos los trapos sucios… Y dentro de unos años confesar que éramos hermanos. A ver cuánto nos ofrecen entonces para que volvamos.
Desde luego, hay a quien le ha salido rentable esa carta.
Santi: ¿Sabes qué pasa? Que yo no me creo nada de este tipo de disoluciones, vueltas y revueltas. Cuando lo mejor de tu carrera lo has volcado en un sitio, y es algo que a todas luces sabes tú y sabemos todos los demás, ¿por qué apostar por el engaño y el trilerismo? Es por eso que me parece muy tonto y muy poco práctico decir adiós cuando realmente hay otras soluciones posibles. Nosotros, como bien dice Julián, necesitamos este impasse que nos permita coger fuerzas para poder levantarle la pata al elefante de nuevo, pero no creemos que sea necesario jugar con la intermitencia o las despedidas absurdas.
¿Podría nacer de aquí un consejo para esas bandas jóvenes que quieran aspirar a tener una longevidad como la vuestra?
Julián: Bueno, la fórmula la acaba descubriendo uno sobre la marcha si está en el camino adecuado. Cada uno de nosotros ha aprendido con el tiempo a ocupar el espacio que le toca y a no volcar en el grupo las carencias que tenemos como individuos. Conocerte a ti mismo es el primer paso si se quiere cohabitar a largo plazo y de forma saludable con un equipo de personas.
Santi: Nuestro secreto reside en que en Love of Lesbian se forjó la amistad antes que el éxito. Como se dice en catalán, hemos estado "a les verdes i a les madures" y eso ha hecho que cuando la banda ha atravesado situaciones jodidas, hayamos podido sentirnos arropados mutuamente. El sentido del humor ha sido también clave y aprender a reírnos de nosotros mismos cuando toca es lo que nos define. No sé si será el secreto del éxito, pero para pasarlo bien y disfrutar del viaje sí ayuda bastante.
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