En “Acantilados” nos encontraremos con once nuevas canciones plagadas de amor, teclados, guitarras y rock stoniano. Charlamos de todos estos cambios con Ovidi Tormo, cantante, guitarra, teclista y compositor del cuarteto valenciano.
“Acantilados” llega después de muchas cosas. Para empezar, después de una pandemia mundial. ¿Cómo afectó al funcionamiento de Los Zigarros?
Ha quedado tan atrás, que ya me parece como que… Paramos un año o así. Acabábamos de grabar el directo del Price en enero y a los dos meses pasó esto. Teníamos una gira de la hostia por delante, la gira más grande hasta el momento y la que mejor pinta tenía, y nos jodió un montón.
“Las canciones necesitan un vestido y lo eligen ellas”
El directo que mencionas es “¿Qué demonios hago yo aquí?”. Los discos en directo siempre me han parecido un antes y un después para los grupos. Recapitulas todo lo anterior y pasas página. Cierras una etapa y abres otra. ¿Es vuestro caso?
Sí, totalmente. Nosotros nunca habíamos querido colaborar con nadie, ni el rollo de invitar a nadie ni nada, porque siempre quisimos hacerlo nosotros. Nos parecía que llevábamos una velocidad buena, pero nuestro mánager nos dijo: “Molaría invitar a la gente que ha tenido que ver con vosotros. Que os ha ayudado, que habéis compartido cosas, que forman parte de vuestra historia”. Y nos pareció de puta madre, porque lo que no queríamos era tirar de agenda y proponerle cosas a la peña simplemente porque estamos en lo mismo. Al final la gente que estuvo somos como familia, así que todos dijeron que sí encantados. Es un directo cojonudo.
“Acantilados” supone un cambio de discográfica: de Universal a Cultura Rock Records. Muchos grupos de rock de nuestro país están dejando las grandes multinacionales para irse a sellos más pequeños y especializados. ¿Se adaptan mejor a vuestras necesidades?
Sin duda. Nuestra experiencia con Universal no voy a decir que fuese mala, voy a decir que tienen unas prioridades y nosotros nunca fuimos una de ellas. Con Cultura Records estamos en familia. Nunca nos hemos sentido mejor, ni más atendidos.
Y cambio de productor: de Carlos Raya, vuestro productor histórico, a Leiva. ¿Cuál ha sido la mayor diferencia de trabajar con él?
Con Carlos habíamos hecho tres discos, cuatro con el directo. ¿Diferencias? Los dos son amigos, y los dos son buenísimos. A Leiva le llamamos porque tiene un talento tremendo. Somos amigos, con lo que sabíamos que nos íbamos a entender. Queríamos cambiar de productor porque ya llevábamos tres discos con Carlos, y de alguna manera necesitábamos salir un poco del nido. Ha sido maravilloso trabajar con Leiva.
Habéis grabado en Estudio 1, en Colmenar Viejo. ¿Cómo ha sido el modus operandi allí? ¿Habéis grabado en directo, por pistas…?
Siempre grabamos la mayoría de lo que se escucha en directo. Estuvimos un año o así preproduciendo, quedábamos con Leiva, íbamos a su casa, mirábamos las canciones… Esta vez sí, fuimos a Colmenar Viejo y grabamos el disco en directo prácticamente todo, excepto algunas cosas que se graban después. Fuimos tan rápidos y tan inspirados que nos sobró una semana entera. Lo nunca visto, lo normal es que te falte una semana. Pero en ese año de preproducción lo cerramos de una manera que no habíamos hecho antes, y luego fue simplemente ir allí y tocarlo.
“Siempre grabamos la mayoría de lo que se escucha en directo”
Se nota en primer lugar mucho teclado en los temas, tanto en los cañeros como en los lentos. ¿Ha sido cuestión del cambio de productor, os lo pedía el cuerpo…?
No tiene nada que ver con eso. Yo toco el piano, compongo con piano, con guitarra, con lo que tenga. En este disco simplemente había más canciones con piano, con teclas en general: órgano, sintetizadores… Es una cosa que siempre ha estado ahí y nos apetecía. Me apetecía además tocar en directo los teclados. Dan un color que nos encanta.
La nota de prensa dice que es un disco lleno de amor. ¿Estáis de acuerdo?
Sí claro, absolutamente. Es una carta de amor de principio a fin, sí.
“Sé que me insultan en los foros de Internet”, afirmas en “No Pain No Gain”. ¿Os critican mucho por las redes sociales?
La verdad es que no, siempre nos han tratado de la hostia. Tenemos a la gente a favor, la verdad. La canción no va de eso, habla de una chica.
¿Podemos decir que “100.000 bolas de cristal” es música disco?
Un palo más que nos gusta hacer. La verdad es que tampoco lo pensamos. Al final las canciones necesitan un vestido y lo eligen ellas. De hecho es la primera canción que hicimos para el disco. Es el germen, la que empezó todo. Se me viene a la cabeza “Miss You”, de los Stones.
Ahora viene una gira por las principales ciudades españolas, ¿qué vamos a ver?
Vamos a hacer una gira de invierno. Noviembre, diciembre, enero y febrero por salas, como solemos hacer cada invierno. Presentaremos el disco, además de las otras canciones.
¿Qué vendrá después?
Haremos festivales hasta ver dónde nos llevan. Supongo que hasta el siguiente invierno, que haremos lo mismo. Es un poco la rueda de siempre.
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