"Conforme te vas haciendo mayor vuelves a las raíces"
EntrevistasLos Planetas

"Conforme te vas haciendo mayor vuelves a las raíces"

David Pérez — 02-03-2022
Fotografía — Archivo

Los Planetas mantienen su espíritu en el que es su décimo trabajo, Las canciones del agua (El Ejército Rojo, 22), con la jondura poética de Lorca como faro y vacuna contra el caos global.

Buscar grietas en el sistema para comunicar ideas y construir espacios nuevos donde convivir, donde broten como un manantial las relaciones sentimentales, a veces sencillas y sanadoras, otras complejas y dolorosas, pero siempre liberadoras y sustento verdadero del vivir. Lo llevan haciendo desde hace casi tres décadas con su música y ese espíritu reivindicativo perdura en “Las canciones del agua”. Sobre todo ello charlamos con J, líder de la banda granaína.

“Las canciones del agua” es vuestro décimo trabajo de estudio y primer número uno de ventas nacional en vuestra carrera, ¿A qué crees que se debe este éxito de ventas y por qué piensas que no llegó antes?
Creo que con este disco hemos recogido el fruto del trabajo de todos estos años, y el público de Los Planetas siempre va creciendo… Lo curioso es que antes contábamos con el apoyo de empresas potentes como Sony, RCA, y en realidad nunca hemos tenido tanto éxito como ahora, que lo estamos autogestionando todo nosotros desde Granada. Eso sí que tiene mérito, conseguirlo fuera de la industria. Además de ahorrarnos todo el dinero que se llevaban por nuestro trabajo, que era muchísimo, y ahora te das cuenta de que no era el modo más efectivo.

¿Y cómo estás? Menudo susto el accidente de moto… ¿Totalmente recuperado ya?
Sí que fue un susto grande. No, aún no estoy bien del todo. Me rompí cuatro costillas, están ya soldadas, pero lo que no recuperé todavía es el tono físico y la capacidad pulmonar. Estoy un poco flojo, pero voy mejorando poco a poco.

"Además, del trap me interesa mucho la conciencia y posición crítica de algunos artistas"

Centrándonos en el nuevo disco, está claramente diferenciado en dos bloques. Las primeras cuatro canciones que nos llevan a vuestra tierra, a la Granada de Lorca y las raíces; y la segunda, con las cinco restantes, donde realizasteis viñetas, ácidas y críticas del caos global que nos tocó vivir en tiempos de pandemia. ¿En qué momento surge esta estructura del disco, en la que, en esas dos caras, forma y fondo se contraponen y funden dialécticamente?
No sé exactamente en qué punto, pero fuimos grabando esas canciones. La primera fue “La nueva normalidad”, con la intención de ir sacándolas rápidamente, porque hablaban de cosas de actualidad y perdían sentido si se demoraban. Y bueno, empezamos a sacar esos singles y, por otro lado, yo tenía en la cabeza desde hace tiempo el poema de Lorca, “El manantial”, y lo fui montando… Y sí, efectivamente, iba cobrando un poco de sentido todo. Las canciones de la cara B son nuestra expresión personal, nuestro modo de ver el mundo y, en cierta manera, ese caos global nos lleva al “manantial”, a las raíces, a descubrir un poco más de seguridad en tu cultura y en tu gente… bueno, en tu cultura sobre todo, ya que no podíamos ver mucho a la gente en aquellos momentos. “El manantial” le daba sentido a todo eso.

Es un poco como quitarnos la venda capitalista de los ojos, de volver todo lo que se pueda a la naturaleza, a la tierra, al manantial…
Sí, exacto, algo así. Además, contiene una especie de iluminación, del por qué Federico quiere dedicarse al trabajo que hace, a la poesía. Y me siento identificado con esa idea, con esa forma de verlo. El disco explica un poco eso. Expresarse a través de la música y de las palabras. Lorca es un poeta simbólico, su muerte fue simbólica, y sus versos me ayudaban a hacer referencia a que, en tiempos tan difíciles como estos o como los que sufrió Lorca, hay gente especialmente vulnerable que no son culpables de lo que está pasando, pero que de alguna manera pagan el pato. Y bueno, es una forma de ser justos, contando lo que pasó entonces. Reclamar la esencia de Lorca con su arte, con esas palabras y música que fluyen de las entrañas de la tierra, denunciar su persecución y crimen para que no vuelva a pasar y su espíritu nos libere.

Pues sí, más de doce minutos de pura luz liberadora. Yo soy lorquiano a muerte, pero tengo que confesar que no conocía este poema, así que te doy las gracias doblemente. La pieza es una auténtica maravilla. ¿Cómo llegas a “El manantial”?
Sí, desde que lo descubrí me pareció muy fuerte, un poema muy rítmico. Yo tampoco lo conocía, me lo enseñaron hace ocho o nueve años y siempre quise hacer algo con él. No es de los más conocidos de Lorca, es un poema largo, de la primera época, allá por 1919, del primer libro de Federico. El poema llamaba a la música, lo leí y me pareció muy potente, con esa iluminación y claridad de saber a lo que va a dedicar su vida e incluso con esa idea de premonición de su propia muerte, con metáforas y hasta haciendo referencias a sitios concretos, como la Fuente de las Lágrimas, que está cerca de Víznar, donde lo mataron… Es un poema muy especial.

¿Y cómo fue el reto de musicarlo y grabarlo haciendo equipo con David Montañés al piano?
A David le envié una maqueta de la canción con arreglos de cuerda, para que él fuera adaptando la pieza. Y a raíz de los ensayos de este pasado verano, de los “Conciertos esenciales” que hicimos en formato trío, Florent, yo y David, ensayamos “El manantial” a piano y vimos que funcionaba y fluía muy bien, así que lo fuimos puliendo y dándole forma desde entonces.

"Las músicas de Granada, especialmente el flamenco, han tenido gran calado cultural, el acervo de nuestra tierra"

Seguimos recorriendo los surcos y, tras la colaboración en el anterior disco con Yung Beef en parte de la letra de “Islamabad”, ahora volvéis al trap de la mano de Khaled con la versión de “Se quiere venir”. ¿Qué es lo que más te atrae del trap? ¿Ves un poco reflejado vuestros inicios con esta revolución y democratización artística?
Sí, eso es muy importante e interesante, porque mucha gente puede acceder a los medios. En nuestra generación era un poco más complicado, pero ahora pueden grabar y publicar sus canciones de forma más fácil que nunca. Es un gran avance. Un poco por lo que luchábamos en nuestra época, los medios para hacer música y distribuirla. Además, del trap me interesa mucho la conciencia y posición crítica de algunos artistas, un posicionamiento que creo que también tiene muchas cosas en común con nuestra generación, cuando empezó el indie y todo eso.

Pasamos del trap al flamenco con “Alegrías de Graná”, en la que brilla fuerte esa vertiente jonda que lleváis en la sangre y que comenzó a reflotar, discográficamente, con “La leyenda del espacio” en 2007 y desde entonces, con bastante pozo en “Una ópera egipcia” (10) y en “Zona temporalmente autónoma” (17), es una constante en vuestra música. ¿Cómo de importante es el flamenco en el ADN planetario y cuál dirías que fue la chispa que despertó ese interés?
En el ADN planetario es muy importante el flamenco y la cultura de nuestra tierra. Lorca es el más flamenco de los poetas. Las músicas de Granada, especialmente el flamenco, han tenido gran calado cultural, el acervo de nuestra tierra. Cuando eres más joven tiendes a buscar cosas nuevas, cosas de tu tiempo, pero conforme te vas haciendo mayor, vuelves a las raíces, a entender las cosas más antiguas, a investigar en el pasado y descubrir cosas nuevas…

Además, tirando de esas raíces flamencas, tras “La leyenda del espacio” (07), abristeis una puerta para las demás bandas, impensable en aquellos momentos para el mundo indie…
Sí, en aquel momento es verdad que la música de la escena alternativa era muy anglófona, y era normal, porque todo el circuito alternativo había mamado de esa corriente que nos llegaba de Inglaterra. Y en un momento dado, yo creo que cuando fuimos a Nueva York a grabar “Una semana en el motor de un autobús” (98), nos dimos cuenta de que era una escena cerrada y que estaban dejando un poco al margen las culturas más periféricas; nos pareció que era el momento de empezar a reivindicar la cultura de nuestra tierra de forma más intensa, que estaba siendo ninguneada. Al terminar el disco en Nueva York, pensamos en reelaborar nuestro discurso y modo de trabajo, montando nuestro propio estudio en Granada y centrándonos en lo cercano, en desarrollar una visión más localista. Ese fue el camino de vuelta de Los Planetas a las raíces, al flamenco, a la cultura de nuestra tierra.

En relación con esto, cuéntame, por favor, un poco el lazo de amistad y trabajo de Enrique Morente con Los Planetas, la relación que teníais con él y esa retroalimentación pop-rock flamenca tan importante en vuestras carreras.
Yo conocí a Enrique la primera vez que él tocó con Lagartija Nick, en un concierto de Lagartija en Armilla, aquí en Graná. Al final del bis, se tocaron el “Omega” (96). Nosotros compartíamos agencia de contratación con Lagartija Nick y estábamos siempre muy juntos, teníamos el mismo manager, hacíamos muchas giras con ellos y estábamos muy atentos a lo que hacían. Y cuando hicieron “Omega” en esa presentación, fue bastante impactante. Entonces, en aquellos momentos, Enrique estaba ya por aquí en Graná, que antes vivía en Madrid, y empezamos a tener más contacto con él, cada vez más y, claro, se convirtió en una persona muy influyente para nosotros. A la hora de abordar este acercamiento al flamenco, me dio muchos consejos y muchos ánimos cuando estábamos haciendo“La leyenda del espacio”. Yo le preguntaba qué le parecía y, si a él le gustaba, eso me animaba a seguir. Enrique tenía esa idea de abrir el flamenco a un público menos especializado, no solo para los puristas del flamenco que puedan entender un lenguaje más complejo, más clásico. Nosotros seguimos un poco esa enseñanza y ese camino, lo que tú antes decías, abrir la puerta a una generación que entonces escuchaba poca música en español y casi nada de música tradicional, antigua, flamenca o lo que sea… Desde entonces parece que sí que ha habido un cambio cultural en ese aspecto y ha cobrado mucha importancia el volver a las raíces, el excavar en la riqueza de la cultura cercana y pasada.

"Las relaciones sentimentales son la base sobre las que tiene que sustentarse toda la sociedad. Y es una pena que el modelo económico en el que vivimos no lo permita, lo persiga o imposibilite"

Con Morente pasa un poco como con Lorca, ¿no? Enrique siempre está presente en vuestro imaginario.
Sí, sí. Para nosotros tiene un peso enorme. Nos dio a conocer cosas de un universo flamenco que, aunque conocíamos en parte, estaban vacilantes, y al investigarlas gracias a recomendaciones de Enrique, a sus explicaciones y sus cantes… Ha sido una figura muy enriquecedora y una ayuda importantísima para nosotros, clave a la hora de trasladar nuestro lenguaje al acervo flamenco.

Volviendo al disco y a la actualidad, con la nueva reforma laboral aún caliente y siguiendo con las raíces musicales, llegamos a “La Morralla” de Carlos Cano y “lo primero, los obreros”. Transición perfecta para pasar de la cara A, a la crítica social global de la B. ¿Cómo nace esta versión de Carlos Cano?
Es una canción que me gustaba mucho cuando era pequeño, del disco “A la luz de los cantares” (77). Admiro mucho a Carlos Cano y siempre me ha gustado este tema. Y hace cinco o seis años, participamos en un homenaje a Carlos Cano que se hizo aquí en Granada y preparamos la versión. La tocamos allí y de camino la grabamos. Decidimos rescatarla porque cuando estábamos haciendo el disco creíamos que tenía mucho sentido lo que estaba intentando explicar, un poco como la idea de que es fácil encontrar las raíces donde agarrarse, en la tierra y en el pueblo, ahí somos lo mismo y podemos participar de una forma igualitaria. Le termina de dar sentido al disco porque tiene una parte granaína y una parte social, y está situada en la transición de la cara A de Granada y la cara B, más global…

Se quedó fuera del disco una versión de “La Torre de la Vela” de 091. ¿La escucharemos en algún momento?
Al final no cabían las dos en formato vinilo, la de Carlos y la de los 091, así que había que sacrificar una. Pero sí, la sacaremos como single próximamente.

Casi treinta años de historia y siempre habéis sido una banda reivindicativa y os habéis mojado artísticamente, pero en esta cara B sois más explícitos que nunca, ¿no? ¿A qué se debe esta claridad en el discurso?
Como te comentaba antes, empezamos a sacar las canciones como pegadas a acontecimientos que nos llamaban mucho la atención, que estaban sucediendo en ese mismo instante y queríamos señalar sin que perdieran actualidad… Son más explícitas quizás por eso, porque están hechas muy sobre la marcha, muy a la primera, con la urgencia del momento. Otras veces nos comemos más la cabeza y buscamos metáforas más complejas o menos evidentes, pero estas canciones nacieron de esta manera y de ahí su claridad.

¿Qué se mantiene en la banda de aquel espíritu underground de Los subterráneos y de aquel posterior primer éxito con “Mi hermana pequeña”?
Yo espero mantener el espíritu crítico, el no ceder a las presiones cada vez mayores de los poderes que buscan su propio beneficio. Seguir utilizando la música para intentar transmitir ideas poderosas e importantes.

Para terminar, volvemos a “los manantiales y al secreto del agua” y conectamos su latido de raíces con la libertad de la que habla Hakim Bey en esas “zonas autónomas temporales”, en las que las interacciones no están mediadas por la coerción, sino que son espacios que hay que construir a partir de las relaciones más importantes, las sentimentales. Epicentro del cancionero planetario, ¿no?
Pues sí, has dado en el clavo. Las relaciones sentimentales son la base sobre las que tiene que sustentarse toda la sociedad. Y es una pena que el modelo económico en el que vivimos no lo permita, lo persiga o imposibilite. Vivir en un mundo regido por el capitalismo es dramático y doloroso.

Agenda de conciertos 

20.00h (Concierto esencial)
(Concierto esencial)
20.00h 30€
20.00h 30€ (+ El Ultimo Vecino) Festival Tomavistas
20.00h
21.00h 30€ (Concerts de Vivers)
21.00h 36€ (Concierto esencial)

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