¿Cuándo terminasteis de grabar este disco?
(Luis Basilio) Lo grabamos todo en una semana el pasado octubre. Estuvimos todo el verano preparándolo a muerte, y lo llevábamos todo bien clarito. Luego, Paco nos ayudó a meter algunas cositas para hacer las canciones más originales, y salió todo bordado.
¿Qué tipo de cosas?
(Luli Acosta) Él no se metía mucho en realidad, eran cosas muy puntuales, cosas que además siempre sumaron. Meter unas palmas, o unas maracas, o una pandereta…
¿En ningún momento os pareció que patinaba?
(Luli) Qué va, qué va. Bueno, al principio sí hubo algún momento en el que me cambiaba algo de la batería y era como… (pone cara de desconfianza). Pero luego te dabas cuenta de que tenía razón. De todas formas no quisimos adornar en exceso, porque luego en directo a ver cómo lo haces.
(Luis) Además, es que ese no es nuestro rollo. Pero nos hemos atrevido a hacer cosas que antes nos daban vergüenza, por si parecíamos tontos…. Pero al final no pareces tonto, sólo estás un poco más de fiesta. Hemos hecho coros raros, hay sonidos raros…
Mola que el disco salga tan poco tiempo después de grabarlo, ¿no?
(Luli) Mucho, porque si no empiezas a perder las ganas de tocarlo.
O incluso empiezas a componer nuevo material, dejas de pensar en las canciones que has grabado…
(Luis) ¡Pues en esas sí que estamos! Tenemos ya cosillas escritas.
(Luli) Y son muy guapas.
(Luis) Es que nosotros queremos sacar varias cosas al año. Es difícil, por cómo está todo, pero es lo que intentamos. Como Ty Segall o los Oh Sees. Parece que en Estados Unidos eso es mucho más fácil.
Claro, además es que los sellos son suyos. ¿Nunca habéis pensado montar algo con vuestras bandas amigas?
(Luis) Sí, pero nunca hemos tenido pasta. Antes grabábamos nuestras maquetas con nuestros ahorros y si queríamos grabar un disco lo veíamos imposible. Entonces llegó Warner y nos dijo “venga, echamos una mano, ponemos pasta”. Con las típicas movidas de siempre para todos los grupos, de devolver pasta que luego nunca se devuelve… y ya está. Es la única manera de hacer lo que estamos haciendo. Si no estaríamos mucho más atrás, haciendo canciones y ya está.
"Los Nastys tienen ya una identidad. No deja de ser una identidad pequeña, o underground, pero la gente que va a vernos espera algo de Los Nastys"
¿Qué tal fue la reacción de la gente a vuestros dos EP’s, ahora con perspectiva? Aunque tú, Luli, aún estabas con Los Wallas.
(Luli) Sí, ahí yo todavía lo veía todo como fan. Desde dentro no sé cómo sería.
(Luis) Antes de sacarlos yo creía que la gente iba a pensar que somos gilipollas, que iban a decir que para qué damos nuestra opinión. Eso de “Madrid es un cementerio”, igual la gente venía “¡pero qué decís!”. Pero la gente entendió que lo que estábamos diciendo era sólo que las cosas están mal y hay varias opciones: amargarte, luchar contra ello, o llevarlo lo mejor posible. Al final, los EP’s gustaron y yo me llevé una gran alegría, porque era como una señal de que puedo seguir haciendo esto, que es lo que me gusta, y en el fondo lo único que sé hacer. Si no pudiera seguir tocando, no sé qué haría.
Pero estudiaste audiovisuales, ¿no? Por ahí podrías tirar, hombre...
(Luis) Sí, pero es mucho más aburrido (en ese momento, un compañero suyo de facultad que acompaña al grupo en la entrevista dice: “Joder, pues gracias por la parte que me toca”). Ya, ya… pero es que ahora estoy trabajando para mí mismo ¿sabes? Si ahora tuviera que trabajar para otra persona me hundiría.
¿Las canciones se escribieron de un tirón?
(Luli) Hay dos que las tenían desde hace mucho tiempo, de antes de entrar yo en el grupo, pero que no terminaban de cerrarse. Ellos estaban bastante rayados con eso (Luis asiente), pero ahora están muy bien cerradas. Después vino “Never digas never”, y a partir de ahí las demás salieron muy rápido.
(Luis) También es que desde que ella empezó a tocar la batería, nosotros empezamos a tocar mejor las guitarras. Todo mejoró. También hay una cosa que he pensado, que es que cuanto mejor tocas, peor compones. Porque te rayas más intentando hacer algo que sea la hostia, y no que sea natural. Pero creo que hemos conseguido juntar las dos cosas.
Desde luego, aquí están vuestras canciones más elaboradas. “Never digas never” es de las más ricas en matices que habéis hecho.
(Luli) ¿Sí? Joder. Es que yo no lo veía nada claro.
(Luis) Es la más “happy” también. No hemos tenido ningún prejuicio. Nos daba igual no sonar tan punk, o tan rockeros. Sólo queríamos hacer canciones que nos divirtieran.
Entonces Luli, ¿tú tenías miedo de que se perdiera la inmediatez?
(Luli) Yo les dije: “Oye, y qué pasa si el disco no le gusta a la gente”. Porque quieras que no, Los Nastys tienen ya una identidad. No deja de ser una identidad pequeña, o underground, pero la gente que va a ver a Los Nastys espera algo de Los Nastys. Y yo no sabía si este disco sería lo que ellos esperan. Pero claro, como vengo de otro grupo me rayo más.
¿Creéis que vais a sorprender mucho con este disco?
(Luis) Yo creo que sí.
(Luli) Yo lo veo dividido en tres grupos de canciones. Uno sería “Never digas never” y otras dos que llevan ese palo más sencillo, más pop. Otro grupo serían las cañeras, más como los EP’s anteriores, y el tercer grupo serían otras que tienen un toque más original, que las hace más raras.
(Luis) De todas maneras, no deberíamos pensar en qué se espera de nosotros. Desde el minuto uno, Los Nastys es un grupo hecho para gustarnos a nosotros.
Claro, pero cuando llevas cierta trayectoria…
(Luli) Yo voy a hacer un año con ellos, y desde que tenemos el disco lo he escuchado un millón de veces, porque soy un poco obsesa. La opinión de la gente me va a dar igual, pero sí tuve una rayada que me duró un día, preocupándome quizá demasiado por eso. El disco es la hostia.
¿Diríais que vuestra evolución a nivel técnico es uno de los puntos que marcan la diferencia en este disco?
(Luis) Sí, sí…
(Luli) Si, pero no lo hemos planteado así, salió de forma natural.
La adaptación de Luli fue muy rápida, ¿no?
(Luis) Sí. Se aprendió los temas antiguos para poder salir enseguida de gira, y ya esos propios temas empezaron a sonar mejor con ella.
(Luli) El primer concierto que dimos fue en México, después de cinco ensayos. Casi me bajo del escenario llorando, con una frustración enorme. Pero la gente estaba eufórica y todo el mundo me decía que había sido la hostia. Y yo: “No, no ha sido la hostia. No”. Hasta ese momento todo era una sustitución, pero luego me entraron ganas de grabar el disco con ellos, porque ya me sentía parte del grupo.
¿Por qué lo dejó el otro baterista?
(Luis) Pues porque estaba agobiado con un montón de cosas. Con los estudios… eso conlleva que estás agobiado también con tus padres. Y no se veía capaz de continuar. Justo además le pilló una mala época en la que estaba rayado por todo, y se agobiaba.
Y fue un bajón gordo para vosotros…
(Luis) Sí, porque además fue a una semana de irnos a México, con los billetes comprados.
Joder, ¿y no propuso hacer lo de México como despedida, ya que lo teníais tan encima?
(Luis) No. Estaba en la mierda.
"En el último concierto en Siroco una chica se rompió un brazo. Iba tan borracha que siguió con el brazo colgando como un trofeo"
Antes de presentar el disco en Madrid y Barcelona, vais a Estados Unidos. Buena triunfada, ¿no?
(Luis) Vamos a tocar en Dallas, en el South by Southwest, en San Diego, Los Ángeles y Fullerton, con Burger Records. Y otro en México, en el Imperial. En Estados Unidos también se está gestionando firmar con National Records para sacar el disco allí. Llevan a Los Fabulosos Cadillacs, a J. Dávila, Manu Chao…. Latinadas varias.
Y a México volvéis con una hinchada grande ya.
(Luis) Joder, cuando fuimos fue una locura. Nada más llegar estábamos de repente en el cumpleaños de AJ Dávila, los conciertos se petaban, la gente cantaba todas las letras… Allí tienen esa relación que nosotros intentamos promover en Madrid, de que haya buen rollo entre las bandas, entre colectivos de fotografía y vídeo… Lo de ir todos a una. Porque en el fondo, lo que todos queremos es que esta música prevalezca sobre los 40 Principales y todo eso. Si en la Guerra Civil toda la gente de la izquierda se hubiese unido y se hubiese dejado de tonterías…
Vaya símil, jajaja. Oye Luli, ya conocías bien a Los Nastys, pero ¿qué tal la vida de camerino, de furgo?
(Luli) Muy bien. A mí, lo que más me jode es que ya no voy a poder ir a un concierto de Los Nastys. Yo me volvía loca viéndoles, me daba de hostias con todo el mundo, pogos, tal… he tenido que sacrificar eso, jajaja.
(Luis) En el último concierto en Siroco una chica se rompió un brazo.
Joder, ¿en plan drama en la pista, con gritos y todo eso?
(Luis) Pues la verdad es que no, tío. Iba tan borracha que…
Bailando con el brazo colgando ¿no?
(Luis) Jajaja. Sí, sí. Con el brazo colgando como un trofeo.
Luis, recuerdo conocerte en uno de vuestros primeros conciertos en la sala Nasti. Estuvimos hablando de que parecía que se estaba gestando algo en Madrid, ¿te acuerdas?
(Luis) Sí, era ese momento en el que estaba naciendo toda esta movida. Y al final ha funcionado para todos, aunque de maneras diferentes. Ahora mi máxima ambición es que hayamos servido de ejemplo para que ahora las bandas nuevas vean que no hay que estar enfadado con las otras bandas. Que hay que apoyarse, y que el ejemplo de Nastys, Parrots, Wallas, Hinds, Juventud Juché, siga cundiendo.
(Luli) Dentro del estilo que hacemos, lo de Hinds por ejemplo, es uno en un millón. Con esto es muy difícil ganarse la vida. Hay que sentirse a gusto con lo que estás haciendo, y disfrutar de la posibilidad de viajar y conocer gente. Siendo realistas y honestos, el nivel al que hemos llegado nos motiva muchísimo para seguir.
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