Ganarle metros a la industria, alimentar el espectro underground y elevar a su máxima expresión una propuesta del todo personal y singular bien podría ser la osadía de unos veteranos o de unos aguerridos habituales. Sin embargo, el presente arrojo viene firmado por una de esas bandas que, sin importar el punto en el que se halle su trayectoria, demuestra no conocer otra manera de hacer las cosas que nadando a total contracorriente.
Víctor Clemente y Rubén Soler son Los Manises, dueto de inclasificable etiquetaje que lleva años volándonos la cabeza, primero formalizando su aterrizaje de la mano de su EP “Aristocracia y Underground” (Montgrí, 20) y ahora, con un brillante debut titulado “Todas Son Correctas” (Montgrí, 23), la prueba definitiva de que la valentía tiene premio y de que esta dupla logra cabalgar la ola del experimentalismo transgénero como ningún otro nombre de nuestra escena. En un triángulo espacio temporal entre Elche, Alicante y Alemania nos encontramos con ellos para tener una charla surrealista que termina evolucionando en un intercambio de whastapps marcianos dignos de enmarcar.
Descoloca estar hablando con vosotros ahora en términos de debut, cuando realmente lleváis ya bastante tiempo dando vueltas. ¿A qué creéis que se debe que os haya costado tanto dar el paso de publicar un primer disco?
Rubén: Lo de terminar las canciones nos lo tomamos con calma, sí. Somos muy máquinas para eso. Podemos hacer como diez demos de una misma canción y cambiar un millón de cosas antes de sacarla; o sea, que hemos estado dándole muchas vueltas hasta llegar al LP, sí.
Víctor: Es algo que hemos empezado a mejorar con el tiempo, también. Especialmente después de haber trabajado con Isi, con quien nos hemos dado cuenta de que quizás no era necesario tenerlo todo perfectamente atado, ¿sabes? Porque luego, a la hora de grabar, se te ocurren mil movidas distintas y todo cambia. Luego también está el tema del LP, que es que a mí eso me tralla mucho...
Rubén: Ya te digo. Bien a gusto habríamos sacado otro EP. O diez EPs de una sola canción cada uno, en lugar de un LP, y así nos ahorrábamos este parto.
"Podemos hacer como diez demos de una misma canción y cambiar un millón de cosas antes de sacarla"
Parece que lo de no tener un LP publicado sigue siendo un estigma que hace que no se tome demasiado en serio un proyecto, ¿tal vez?
Víctor: En nuestro caso no es que no se nos haya tomado en serio hasta ahora, pero esa obligación velada de tener que sacar un disco para que los medios o los sellos se fijen en ti, simplemente lo vemos absurdo. Leemos ahora eso de “el primer LP de Los Manises”, y parece que acabáramos de llegar, cuando en realidad tenemos ya edad de tener una casa en propiedad. En realidad está guapo, ¿no? La gente se debe pensar que tenemos como 15 años y lo fliparán cuando nos oigan tocar.
Hablando del álbum, se siente casi como una evolución continuista de lo que veníamos disfrutando de vosotros anteriormente, ¿no?
Rubén: En parte puede sonar todo bastante continuista y remitir a la misma movida, básicamente porque seguimos siendo nosotros dos. Además, hemos recuperado cosas de anteriores proyectos nuestros, como la realización de bucles a partir de pedales. Pero el papel de Isi ha sido la clave para que también este proyecto suene, en cierto modo, distinto.
Víctor: También está la cosa de que en nuestros anteriores trabajos teníamos como la rallada auto-impuesta de creer que teníamos que hacer algo que a la peña le gustase. Con este disco sentimos que nos hemos quitado de encima esa presión y hemos ido a hacer lo que nos molaba a nosotros. El disco es por y para nosotros y a quien le encaje, pues perfecto.
Y en cuanto a las letras, ¿os preocupaba que fueran demasiado crípticas?
Víctor: Al principio sí, ya te digo. Fantaseábamos con la idea de que la gente corease nuestras letras, pero también es cierto que nunca labrábamos el terreno para que eso pasase. O no se entendían, o directamente eran indescifrables.
Rubén: Sí, justo. Cuando empezamos era algo que nos rallaba más, pero ahora estoy convencido de que nos hemos liberado de ese lastre. De hecho llegó un punto en el que decíamos, “va, a tomar por culo, métele más reverb a esa voz y que se entienda aún menos lo que estamos diciendo”.
Víctor: Claro, pero ya no solo era cuestión de efectos, si no también a nivel lírico. Estamos en un punto en el que preferimos que cada persona haga suyas las canciones y las interprete como quiera. Una vez haces pública tu obra, favoreces a que la gente le haga su twist personal, y ese significado nuevo es igual de válido que el original.
¿Y qué va primero, la letra o la música? ¿Surge todo de un magma loquísimo de improvisación?
Rubén: Realmente, no partimos de una estrategia marcada, ni de un orden claro. Vamos tirando según nos lo va pidiendo el impulso y la música.
Víctor: Sí, aunque yo diría que las melodías vocales principales siempre surgen a rebufo de la música. Luego hay mucha composición en paralelo, donde tiramos de frases que tenemos apuntadas de cosas que nos inspiran y que creemos que pueden encajar en según qué partes de cada canción. Nos mola mucho lo de descontextualizar frases que le oímos a alguien o que sacamos de algún libro o de algún documental, y las metemos ahí, totalmente out of context, adquiriendo un significado nuevo.
Partís de una filosofía de trabajo en la que no hay etiquetas. ¿Cómo es para vosotros poner orden dentro de ese caos?
Víctor: La fórmula que ha funcionado en este caso, como te hemos dicho antes, ha sido contar con Isi, que es quien ha homogeneizado, a nivel sonido, muchas ideas que podrían ser entendidas, a priori, como dispares. Tenemos muchas influencias y muy distintas, que para nosotros tienen sentido todas juntas, pero que entendemos que para un producto final requerían de una conexión y de una coherencia a la que solo se podía acceder desde una buena producción. Y ahí el punto es para Isi, sin lugar a dudas.
"Nuestro sueño es que este disco le salga a alguien en los related de YouTube a las 3AM y le vuele la cabeza"
¿Y qué tal lo de abrir la dupla por primera vez, introduciendo a I-ACE como productor externo?
Rubén: La verdad es que muy guay, tío. Hemos construido algo muy especial, tanto a nivel profesional como, paralelamente, a título personal. Los tres somos igual de gilipollas y nos llevamos de puta madre. Isidro es un tío increíble y muy profesional, y el hecho de que nuestra relación se fortificase con el paso del tiempo ha repercutido en que el álbum cada vez sonara más y más sólido.
Víctor: El salto de pasar de estar solos a delegar en un tercero siempre se siente como un mini abismo, ¿no? Pero la cosa es que con Isidro ha sido todo siempre muy fácil. No sentimos ese vértigo de pensar que una persona ajena al proyecto iba a deshacer nuestro trabajo, ni mucho menos.
Rubén: De hecho, se lo pusimos bastante fácil, en tanto que el proyecto siempre ha aceptado que todo vale. Nunca partimos de una idea súper-cerrada sobre cómo tenía que sonar el disco. Fue todo lo contrario, le dijimos “Isi, tío, haz lo que te salga del pijo”. Evidentemente, le mostramos referencias de lo que buscábamos pero nuestra filosofía con este disco siempre fue que todo valía. Ya que delegábamos en alguien, lo hacíamos de verdad. Y encima dimos con la persona adecuada.
Víctor: Él agradeció mucho que le diéramos las directrices de lo que esperábamos de él y, como dice Rubén, la evolución de nuestra relación profesional ha ido de la mano con la de nuestra relación personal. Ya le admirábamos de antes, pero ahora encima somos amiguísimos.
Volviendo a ese papel que ha jugado Isi como catalizador de vuestras múltiples y dispares referencias, ¿creéis que el clima actual tolera de mejor forma propuestas tan eclécticas o inclasificables como la vuestra?
Rubén: Joder, tío, es una pregunta muy “complicice” esa, ¿eh?
Víctor: Las etiquetas son una mierda, pero supongo que solucionan mucho la papeleta.
Rubén: Los medios también tienen esa necesidad de encuadrarlo todo para hacérselo más fácil al oyente, supongo.
Víctor: Claro, es que si alguien nos preguntase, rápidamente, qué tipo de música hacemos, acabamos antes diciéndoles que hacemos rock, en lugar de explicarles en qué consiste exactamente nuestro proyecto, ¿me entiendes?
Pero realmente, también os interesa conocer bien el tipo de público al que queréis dirigiros, ¿no?
Víctor: 100%. Tenemos claro que nuestra propuesta es de nicho pero, ¿qué nicho es ese? ¿El que le gusta el punk pero también la electrónica? ¿El que le mola la música africana pero también le interesan los sonidos de los 80s?… ¿Con qué hashtag aglutinamos a toda esa peña? Ya sabes, las etiquetas están guay, siempre que tengas clara cuál es la tuya.
Rubén: Le vamos a tener que preguntar al ChatGPT, a ver si nos echa una mano con eso.
¿Os sentís una rara avis en vuestra Elche natal?
Víctor: Hombre, pues no conocemos a mucha gente que haga lo que nosotros hacemos por aquí. Pero si la cosa va de decirte un nombre que deberías tener en cuenta de esta escena, esos son Plástico en Roca.
Rubén: Justo estaba pensando en ellos, tío.
Víctor: Es una banda que está totalmente por descubrir, y quizás nunca se les descubra, y quizás es mejor que siga siendo así. Pero si ahora nos estás entrevistando a nosotros, los siguientes a los que deberías entrevistar es a ellos, sin duda.
A pesar de esa pulsión nihilista vuestra, ¿también querréis que el disco triunfe, imagino?
Víctor: La verdad es que ahí tienes toda la “ración del muslo”. Vamos del palo, diciendo que hacemos las cosas que nos gustan y tal, pero, ¿sabes? Yo me pongo el disco, y no sé si es porque lo hemos hecho nosotros o qué, pero pienso que está de puta madre. Y las cosas como son, nos encantaría alcanzar ese nicho del que hablábamos antes. No sé cómo se hace eso, pero creo que si este disco llegara a la gente adecuada, podría petarlo. Nuestro sueño es que este disco le salga a alguien en los related de YouTube a las 3AM y le vuele la cabeza. Y si es dentro de un mes en lugar de dentro de cinco años, pues mejor.
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