Tras encontrar de nuevo su lugar y calibrar daños, el segundo disco de esta nueva etapa cumple la necesidad imperiosa de dar salida a una colección de canciones breves y urgentes que vuelven a demostrar su inquietud y la ausencia de un plan maestro. La banda de Josele Santiago, Fino Oyonarte y Chema “Animal” Pérez se mete en el barro para afrontar una nueva e ilusionante etapa que viene marcada por la baja previa de un clásico como Manolo Benítez y la entrada a la guitarra de David Krahe (Los Coronas), quien ya acumulaba una larga experiencia acompañando a Josele en su proyecto en solitario. Hablamos con todos ellos sobre cómo las canciones pedían a gritos ponerse en manos de Carlos Hernández, viejo conocido y productor de moda en la actualidad; o de las consecuencias que han traído sus proyectos personales y los cambios recientes.
El disco arranca muy potente con “Siete mil canciones” y “Vendaval”. ¿Ha sido premeditado? Algo así como un golpe en la mesa o una manera de marcar cómo va a ir la cosa en adelante.
(Fino Oyonarte) Pues sí, un poco así. Porque como el disco tiene esa energía y esa impronta final dijimos: “¿Por qué no empezar con “Siete mil canciones”?”. Lo tuvimos clarísimo. Como ir al grano, esto es lo nuevo que tenemos.
(Josele Santiago) El single primero ha estado claro desde el principio, desde que la tocamos en el local.
Y eso que no habéis sido un grupo especialmente preocupado por los singles.
(Josele Santiago) No, hemos procurado siempre que sea representativo de lo que viene después. Con la música que hacemos, buscar un hit es bastante absurdo. O simplemente que nos mole. No somos muy de conceptos (risas).
"Necesitábamos tocar un disco cañero, darnos ese gusto. Incluso los medios tiempos, los pocos que hay, son muy cañeros".
“Vendaval” quizá sigue la misma línea. El caso es que escuchando vuestro disco anterior, “Vida inteligente” (14), aunque la contundencia sea similar da la sensación de que esta vez habéis buscado un sonido menos limpio.
(Josele Santiago) Teníamos ganas de caña, eso está claro. No hay más que oír el disco. Y las ideas mucho más claras que cuando hicimos “Vida inteligente”(14), que solo llevábamos dos años juntos después de la separación. Tiene canciones muy buenas, pero no la personalidad que tiene este, que tiene una coherencia y un peso específico muy currado. También ha sido muy terapéutico, teníamos verdadera necesidad de grabar un disco así.
¿De grabar un disco en sí o de la manera en que está hecho?
(Fino Oyonarte) No, no, por hacer este disco. Teníamos claro desde el principio un disco corto, canciones muy efectivas, muy contundentes, refrescantes. Con contenido, lógicamente.
(Chema “Animal” Pérez) Y con pegada, energético.
(Fino Oyonarte) Era lo que nos pedían las canciones al tocarlas y al ensayarlas, y el resultado ha sido muy gratificante.
(Josele Santiago) Las que no tenían eso, esa energía, no las he usado. Necesitábamos tocar un disco cañero, darnos ese gusto. Incluso los medios tiempos, los pocos que hay, son muy cañeros. Todos somos conscientes de haber hecho un disco muy especial, por eso estamos tan contentos.
(David Krahe) Hay muchas canciones que tienen la urgencia del punk. En este caso punk con mucha melodía, pero se nota. Hay canciones como “Vendaval”, “Siete mil canciones”… Tienen urgencia. Esa tensión que solo tienen géneros como el punk. Luego ya tú lo puedes todo matizar en la dirección que quieras, pero esa raíz la tienen. “Mar de sendas” también.
(Fino Oyonarte) Todo ha ido cogiendo ese camino que parece que necesitábamos. Transmitir esa frescura y esa luz de alguna manera, y nos hace sentir como rejuvenecidos, entre comillas. La forma de hacerlo ha sido muy rápida desde que decidimos ponernos manos a la obra. Justo veníamos de quedarnos los tres nada más y de buscar otro guitarrista. Se incorporó David (Krahe) rápidamente y a las tres semanas estábamos ya ensayando, preparando el disco.
¿El cambio fue algo traumático al principio?
(Fino Oyonarte) Bueno, fue un cambio que era vital para la supervivencia del grupo, para por lo menos tener ganas de enfrentarnos a un nuevo disco.
(Josele Santiago) No ha sido traumático.
¿Era algo que tenía que pasar?
(Josele Santiago) Sí. No había otra opción. Y, bueno, por más que le dije a David: “¿pero no conoces a nadie más? ¿seguro? Pero, tío, tú que tienes tantos amigos musiqueros, ¿seguro?” (risas).
David ha sido alguien que ha estado ahí siempre, ¿no? Sois contemporáneos. Desde el origen de todos vuestros grupos siempre habéis estado mezclados.
(David Krahe) Siempre ha habido mucha conexión. Llevo años tocando con Josele en su proyecto en solitario.
(Josele Santiago) ¿Desde 2006 puede ser?
(David Krahe) Yo me estrené en una presentación en la Razzmatazz en la que tocaba Clovis y Mastretta.
Para ti, David, ¿cómo ha sido entrar a una banda que tiene tanta historia detrás?
(David Krahe) Pues, bueno, una parte de responsabilidad, porque conoces el bagaje del grupo, y porque has sido fan suyo y yo lo veía también desde esa perspectiva. Y a la vez con mucha ilusión por formar parte de un proyecto así. Al principio, cuando me propusieron tocar en unos bolos me dije: “Esto pasa muy rápido y esto lo quiero hacer, porque si no lo hago ahora no lo voy a poder hacer nunca”. El hecho de que hubiera además un proyecto y la posibilidad de grabar un disco, que yo eso no lo sabía, pues redobla la ilusión y la responsabilidad. Para mí ha sido un verano muy intenso, de mucha concentración, que he disfrutado como muy pocas veces en mi vida en un estudio de grabación y en un local.
¿El cambio supone un subidón anímico?
(Fino Oyonarte) Sí, sí, todos los cambios han un sido un subidón, tanto la aportación de David como la de Carlos. Todas las aportaciones externas al núcleo de toda la vida, por decirlo así, han sido energía muy positiva.
Musicalmente, tanto con la suma de David como con el trabajo de Carlos Hernández a la producción, ¿en qué habéis ganado?
(Fino Oyonarte) Se ve en el disco, aparte de las canciones en sí su aportación está ahí y suma a toda esa energía de la que estamos hablando.
(Josele Santiago) La apertura de miras también, estilísticamente hablando. Nos enfrentamos a las canciones con una paleta de colores más amplía que la que teníamos hace un año, por ejemplo. Porque David es muy coloristas y detallista. El juego con las guitarras es constante.
¿Vais combinando rítmica y melódica?
(David Krahe) Sí, sí, todo el rato.
(Chema Pérez) Eso nos obliga a nosotros, escuchando lo que hacen, a que de repente podamos cambiar un poco lo que ha sido muchos años atrás sota, caballo y rey. Entra un elemento que te aporta nuevas cositas.
(Josele Santiago) Llega un momento en el que ya sabía lo que me podía esperar de Manolo. Son demasiados años. Y con éste llevo tocando muchos años pero en otros terrenos, en rock así contundente pues yo no lo conocía y es una fiera el jodío. Porque nosotros andamos por tesituras más limpias, con muchos más silencios, incluso los dos con la acústica. Me ha sorprendido, el cabrón, con una guitarra bien distorsionada. Tiene mucho criterio también para los efectos. Su paleta de colores como guitarrista es asombrosa.
¿Y sobre el productor?
(Chema Pérez) Carlos también nos ha tocado el sonido, se lo ha llevado un poco al power pop.
(Josele Santiago) Han sido las canciones las que nos llevan a Carlos. Él como profesional hace lo que sea, pero estas canciones vimos en el local de ensayo que pedían músculo y una producción poderosa, y resulta que casualmente es su especialidad. Yo no sé quién se acordó de él pero pensamos que es perfecto.
(Chema Pérez) Carlos fue técnico de sonido de Los Enemigos en los noventa, venía con nosotros de gira.
(Fino Oyonarte) Antes de que empezase a producir con Los Planetas y todo eso.
(Chema Pérez) Luego ya se metió al estudio y le dejamos ahí preparándose para que luego nos grabase este disco (risas).
(Josele Santiago) Cuando era un buen chico.
(Fino Oyonarte) Ha respetado un montón a Los Enemigos en sí, no se los ha llevado a un terreno en el que no lo parezcan. Puede sonar un poco más actual y tal, más contundente y musculoso como dice Josele, pero manteniendo la esencia.
(David Krahe) Conociendo el discurso tan bien como lo conoce, en el momento en el que a lo mejor él ve que puede hacer pequeños cambios que no alteren la esencia de lo que estás haciendo, pero que influyan en ese resultado final que él tiene en la cabeza, es más fácil.
(Josele Santiago) Yo sospecho que uno de los síntomas que le decían a él que tenía que actuar era vernos demasiado cómodos. Cuando nos venía apalancados yo notaba que se le encendía la alarma. Es un buen criterio. No lo he hablado con él, pero lo sospecho. Cuando nos sentíamos seguros metía baza, básicamente putearnos un poquito.
(David Krahe) Sacarte de ahí a ver hasta dónde puedes llegar. A lo mejor estás tocando algo y te está diciendo “está guay, pero eso ya lo has hecho”. Porque tú al final por autocomplacencia, por seguridad mismo, te vas al terreno donde te sientes más cómodo.
(Fino Oyonarte) Y no lo tenía fácil porque cada uno es como es. Cámbiale a Chema una cosa… Son parámetros que él ha ido utilizando, que nos ha ido colando.
"Estamos sintiendo a nivel personal y artístico como que es un momento muy guay de Los Enemigos".
Digamos que os habéis puesto en tensión para intentar sacar algo diferente.
(Chema Pérez) En interpretación siempre me decían si te estás meando encima del escenario esa tensión que tienes se la transmites al público y está mucho más atento. Carlos nos ha hecho estar con esa tensión a la hora de tocar y eso se transmite.
De todos modos, no sé si es una visión general o solo la tienen algunos de vuestros seguidores, pero habéis sido un grupo muy curioso y casi todos vuestros discos son muy diferentes entre sí.
(Josele Santiago) Eso te iba a decir, tampoco ha sido tan dramático. Pero sí que ha tenido mucha cintura, porque la tiene como persona y es muy diplomático. Y no siempre se ha salido con la suya tampoco… Tenemos el culo pelado y sabemos cuándo tenemos que pararle los pies a un productor. Pero ahí hemos hecho muy buen equipo, sin estridencias, sin entrar en conflicto nunca. Entre todos hemos conseguido un resultado, unos tirando para un lado y otros para otro, del cual estamos contentísimos todos.
(David Krahe) Aunque haya habido cambios sobre lo que tú puedas tener en la cabeza, pero un resultado en el que siempre te acabas reconociendo. Sin lugar a dudas.
(Josele Santiago) Insisto, es el repertorio el que nos ha llevado a Carlos. No le hemos llamado a ver qué nos proponía.
(Chema Pérez) Y como nos conoce desde hace tantos años también sabe por dónde podemos ir nosotros.
Lo habéis titulado “Bestieza”, que viene del catalán: “cualidad de quien actúa de manera irracional o con falta de sensatez”. ¿Para vosotros qué significa?
(Josele Santiago) Generalmente se refiere a una burrada o a una salvajada, o por lo menos en la zona de Cataluña en la que yo vivo. A mí me lo dijo un médico, me dijo que estaba haciendo una “bestiesa”… Y yo le pregunté que esto qué era. Y me dice: “Algo irracional, propio de alguien incivilizado” (risas). Como concepto nos sentó muy bien. Tenía mucho que ver con nuestra manera de resolver los problemas.
(Fino Oyonarte) Totalmente, en el local todo era “bestieza”. Arrancábamos una canción y esto suena a “bestieza”, ese arreglo… Fue un nombre que formó parte del vocabulario.
(Josele Santiago) A la hora de buscar un título es muy difícil dar con uno de una sola palabra que tenga tanto que ver con lo que transmite el disco. Las canciones, los arreglos, hay guitarras muy bestias. La interpretación es bastante burra también. Como título y como concepto nos pareció de puta madre. Un palabro además que no existe, el título mola mucho.
“Siete mil canciones”, el primer adelanto que conocimos de este nuevo disco, habla de un futuro que ya es presente. ¿Es un ataque de nostalgia? ¿Aceptación del paso del tiempo?
(Josele Santiago) Puede serlo. La canción empieza con una serie de reflexiones así. Es una historia muy normalita de un tío que va buscando el amor. Podría ser una canción country, es así de sencillo. Lo de “el futuro fue” es una frase que para empezar el disco está de puta madre pero no tiene nada de nostálgico, es al contrario. Es la manera que encontraba yo de expresar lo poco que tenía yo en cuenta el futuro hace 20 años. El futuro para mí consistía en la siguiente media hora.
¿La letra existía ya desde hace un tiempo?
(Fino Oyonarte) La música, sí.
(Josele Santiago) No, la letra es de ahora, por eso hemos tardado tanto en sacarla. Teníamos la melodía más o menos y los arreglos pero nos faltaba una letra y un estribillo. Han tardado veinte años en venir pero al final han venido.
(Fino Oyonarte) La canción venía de las maquetas del “Nada”(99), que la grabó Carlos Hernández precisamente.
En cuanto a vuestro presente y futuro, ¿qué es lo mejor de esta segunda etapa de la banda?
(Fino Oyonarte) Lo mejor está por llegar, aunque sea una cosa muy típica (risas). Pero lo mejor es que hemos hecho este disco y que estamos deseando tocarlo en directo.
(Josele Santiago) Yo estoy muy impaciente. Mucho, mucho.
(Fino Oyonarte) Eso es emocionante. Que pase después de haber hechos tantos discos, tener una edad, etcétera. Estamos en la música por algo, seguimos haciendo canciones, seguimos teniendo esos nervios y esas cosas que suceden. Creo que es bonito que pase. Si no pasa sería un poco triste. Conozco mucha gente que ha dejado de tocar en directo porque le pierde el gusto o lo mismo no ha tenido, no éxito, pero sí miedo escénico. Muchísimos factores que pueden separarte de la rueda esta, porque cada vez se va poniendo más complicado. Hay más obstáculos, hay muchísimos grupos, va pasando la edad y los años y no lo tienes fácil por muchos discos que hayas grabado. Tienes que tener mucha fuerza interior y rodearte de un equipo, que todo lo que tengas alrededor sea muy positivo y gratificante para que no te vengas abajo y puedas tirar para adelante. Estamos sintiendo a nivel personal y artístico como que es un momento muy guay de Los Enemigos.
Da además la sensación de que estáis muy bien organizados, con todo en vuestras manos. No quizá como en otros momentos.
(Fino Oyonarte) Claro, tenemos que dejar cosas en manos de otros que nos ayuden porque si no es una puta locura. Y ojalá pudiéramos permitirnos tener más ayuda. Pero todas las decisiones están en nuestra manos, todo lo decidimos nosotros, si hacer esto o lo otro. Y, bueno, tiene sus pros y sus contras pero yo me quedo con lo positivo.
Es un momento diferente porque ahora mantenéis carreras en solitario, trabajos o proyectos con los que tiene sentido continuar.
(Fino Oyonarte) Ahora la cuestión es organizarse bien. Ya desde hace unos años va sucediendo pero al entrar este proyecto con tanta intensidad otras cosas tienen que quedar en un segundo plano. Yo creo que nos merecemos disfrutar de este momento todo lo que podamos.
Josele, ¿crees que las diferencias entre las canciones de tu carrera en solitario y las de Los Enemigos son cada vez más pequeñas?
(Josele Santiago) Me cuesta mucho distinguir desde dentro. Se ve todo más continuo y no tan planeado como parece ser que parece. No hay una estrategia. Tengo un repertorio en solitario y sé qué sonido le conviene y no tengo más que meterme en el local con mi banda para que las cosas vayan por ahí. Y luego están Los Enemigos, que es bastante más sagrado para mí, y la cosa va sola. A la hora de componer, mucha gente no se lo cree, pero yo no sé muy bien hacia dónde van a ir las canciones.
(David Krahe) Cualquiera que vea las cosas con un poquito de detalle se daría cuenta de que hay canciones de Josele que ya están en Los Enemigos y viceversa.
(Fino Oyonarte) Sí, pero eso lleva pasando ya un tiempo.
(David Krahe) Eso demuestra que no tiene por qué haber una idea premeditada.
(Josele Santiago) La mayoría son intercambiables.
(Chema Pérez) Lo único es que los elementos que baten esa mezcla somos nosotros por un lado y por otro la banda que tenga Josele.
(Josele Santiago) Las diferencias son más de forma que de fondo.
(Fino Oyonarte) Pues yo tengo que decir una cosa: a mí me ha pasado con una canción. Yo, que tengo menos volumen de canciones que Josele. Una de las canciones que yo tenía preparadas para mí disco iba a ser “Mar de sendas”, y cuando la escuchó Josele dijo: “tío, esto encaja”. No me lo esperaba. Aunque sabía que podía encajar, algo intuía.
(Josele Santiago) “La costumbre” iba para un hipotético futuro disco mío. ¿Y cuál era la otra? “Sacrilegio sideral”.
(Fino Oyonarte) “Sacrilegio sideral” ha quedado brutal.
(Josele Santiago) Y “La ofensa” era una balada, cuando no tenía letra todavía. Hice la letra cuando ya estaba burra.
(Fino Oyonarte) Yo te cambio el bajo en balada (risas).
(Chema Pérez) Eso ya nos pasaba antes también. Yo traje “Dentro” en su momento y era una balada.
En tu caso, Fino, ¿sí lo tienes mentalmente más separado?
(Fino Oyonarte) Sí, yo estoy en el yin y el yang. Tengo mi parte radicalmente más acústica, que es la fase que he querido desarrollar. Necesitaba expresarme de esa manera. Y después está toda la parte energética, punk, rockera y visceral, que también siento muy dentro.
¿Has llegado de otra manera al nuevo disco de Los Enemigos después de un disco tan tremendo en lo personal?
(Fino Oyonarte) Bueno, no… He llegado con la actitud de sentir ser honesto. De sentirme bien, al cien por cien.
(Josele Santiago) Yo creo que Fino ha llegado a este disco satisfecho, con una necesidad satisfecha que tenía él de sacar esas canciones. Muy distinto a llegar a una grabación con algo pendiente y dándole vueltas a la cabeza. Es una necesidad muy personal de cada uno, yo le entiendo perfectamente. Y creo que eso también ha influido mucho en la energía positiva que hay merodeando por este disco. No me gusta nada la expresión energía positiva, pero no encuentro otra.
(Fino Oyonarte) Es una energía que no es chunga.
(Josele Santiago) Por cierto, antes hemos conseguido hablar un buen rato de eso sin decir “zona de confort”. ¡Es una expresión que odio!
(Fino Oyonarte) Es curioso... Son casualidades realmente. Cuando estaba más inmerso en mi fase acústica, metido en mi disco, recién salido, yo creo, estaba escuchando música muy en ese ambiente. Y una semana, no sé por qué, me puse a hacer una canción y es la que se ha convertido en “Océano”. Cuando llevaba dos o tres días guitarreando fue cuando me llamó Josele y me dijo “Fino, ¿tienes algo por ahí?”. Y precisamente estaba haciendo una canción medio punk, pop con melodía. Y yo llevaba un año sin hacer nada así. Es un pequeño detalle, no sé si es algo simbólico.
El otro día, entrevistando a una banda, os citaban como ejemplo de grupo en el que pesa más la personalidad que el estilo, dentro del rock. ¿Os parece que os define?
(Fino Oyonarte) Bueno, pues es un detalle, es un piropo. Yo creo que Enemigos ha trabajado muchos estilos.
(Chema Pérez) El estilo de Los Enemigos es más difícil definirlo realmente porque hemos tocado tantos palos que al final lo que está más presente es la personalidad.
(David Krahe) Totalmente, el estilo va modulado por la personalidad.
(Josele Santiago) Es un piropazo.
(David Krahe) ¿Quién fue?
Bruno Fuentes, de Rojo Omega.
(David Krahe) Ah, coño, claro. Qué guay.
Quizá “Nada” es el disco en el que empezaron a surgir canciones claramente distintas, pero en realidad siempre habéis tenido un repertorio bastante heterogéneo.
(Chema Pérez) Siempre, siempre. Igual en éste es en el que menos distancia hay entre las canciones, pero en todos los discos siempre había alguna que se salía del estilo que podía tener el disco.
(Fino Oyonarte) Incluso en “La vida mata” había una canción como “Firmarás”, que era más pop. O “El gran calambre final”, que era lo más rock and roll sureño, y estaba ahí de contrapeso.
(David Krahe) Sí, pero al final la personalidad se imponía al estilo, porque a “El gran calambre final” si le quitas la huella de la personalidad se queda en un rock rollo sureño pero de pronto no tiene nada que ver.
(Fino Oyonarte) Aparte de toda la armadura sónica, Josele ha dado una personalidad con sus textos. También el carácter, la actitud que hemos tenido para afrontar toda nuestra trayectoria. Todo eso forma parte.
¿Pensáis que este disco pueda acabar teniendo una o varias de esas canciones que acaban siendo clásicos de la banda?
(Josele Santiago) Yo creo que sí, estoy seguro de que sí.
(Fino Oyonarte) Hombre, “Siete mil canciones” sí, evidentemente si ha aguantado veinte años (risas).
(Josele Santiago) Yo de éstas que se quedan en el repertorio pegadas creo que hay unas cuantas. “La costumbre” también.
¿Cuanto más larga es la trayectoria de una banda de éxito más pesa la presión? ¿Llegas a pensar en lo difícil que será volver a hacer una canción tan buena?
(Josele Santiago) A la hora de meterte a escribir, lo mejor que puedes hacer es dejar esas cosas en la puerta en la medida de lo posible, porque si no te vuelves loco. Si hubiésemos tenido un exitazo que te cagas quizá no estaríamos aquí hablando, cuidado con eso.
(Fino Oyonarte) Quizá el no haberlo tenido te provoca para seguir buscando una canción.
(Josele Santiago) Muchos grupos se han ido a tomar por culo por culpa de un hit. Porque crea expectativas y casi nunca son buenas.
(Fino Oyonarte) Ahora Rosalía tendrá que ser super inteligente, y lo será, para poder igualar todo lo que está haciendo. Porque es una cosa espectacular.
(David Krahe) Está entrando en el terreno de lo inigualable. Es muy peligroso.
(Fino Oyonarte) Me consta por gente que ha tenido cierto éxito que después les ha condicionado. No es que te hunda, a ver si me entiendes. Como no es el caso y nosotros siempre hemos estado ahí tirando para adelante… Hemos tenido casos cerca, eso sí, grupos como Dover, M Clan...
(Josele Santiago) Yo he llegado pensar que telonearnos a nosotros tenía algo. Nos han teloneado The Refrescos, Amaral, Dover, Los Ronaldos, y todos nos han pasado.
(Chema Pérez) Éramos la barriga de Buda, grupo que nos tocaba grupo que triunfaba, y ahí nos quedábamos nosotros.
(Fino Oyonarte) Hombre, podíamos hacer una cosa, tocar de teloneros nuestros.
(Josele Santiago) Yo eso lo hice el año pasado en Tenerife. Por contrato tenía que salir antes con la acústica a hacer dos temas, y luego con toda la banda. Entonces salí y estaba la gente jugando al bingo o algo así. Salí y dije: “es un placer para mí telonearme a mí mismo porque he sido una gran influencia en mi carrera, tanto en lo artístico como en lo personal. Me admiro una barbaridad” (risas).
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